Para todo hay días, y ahora que acaba de celebrarse el día del condón, perdón, el día mundial de la anticoncepción, acontecimiento importante donde los haya, me dio por curiosear en un calendario mundial, para encontrarme efemérides tan absurdas como la celebración de las enfermedades raras, el día mundial del sueño, la cooperación entre generaciones, el buen uso de los antibióticos, el uso indebido de las drogas (ignoraba hasta hoy que hubiera una manera correcta de usarlas) o el día de la salud prostática, lo juro por el ala este de mi biblioteca.
Estoy ya un poco harto de tanta celebración de papel de fumar, parece que trescientas sesenta y cinco ocasiones de conmemorar no pueden quedarse en blanco, hay algunas que me chirrían especialmente, por no decir que las odio con fervor, porque aún espero la llegada del día del hombre trabajador o del día del orgullo heterosexual. Tengo compañeras a las que les molesta lo del ocho de marzo, porque trabajan todo el año más que muchos hombres, y tengo compañeros que arrinconan su hombría porque ahora, por un quítame allá esas pajas de corrección o estupidez política, enseguida le tachan a uno de homófobo o de sexista.
Y lo mejor de todo es que, insisto, existe todo un calendario para que nadie olvide la celebración de turno, o para que elija fecha si se le ocurre una nueva, los meses de julio y agosto están casi vacíos, que una cosa es conmemorar y otra volverse idiota. Aun así, el tino de los que escogen día no tiene precio, este mismo mes de septiembre, sin ir más lejos, se ha celebrado el día de la próstata junto a la explotación y el tráfico de mujeres, el del turismo y el ya citado de la anticoncepción, vamos, que en Tailandia y el Caribe no ha parado la juerga. En octubre, en tres días se solapan el día del docente, el de la depresión y el de la pena de muerte, nada menos; pero la palma se la lleva noviembre, con el día de la televisión, el de la filosofía y el del ictus, todos en la misma jornada, a ver quién es el guapo que averigua si el ictus viene por pensar mucho o por ver la caja tonta.
En fin, de momento se han dejado uno, en septiembre, a juzgar por cierta foto hecha junto al matrimonio Obama, el día mundial de las hijas siniestras, porque han dicho los expertos que a góticas no llegaban, pero no sé yo si en Moncloa aceptarán mi propuesta.