Telaraña cronológica
El
universo de la narrativa tiene infinitos caminos, y una acertada singladura a
través de ellos marca la diferencia entre una buena novela y una novela
inolvidable. El gaditano Félix J. Palma ha vuelto a sumergirse en su particular
anillo de Moebius para relatarnos hasta qué punto puede resultar peligroso
desear que algunos sueños se conviertan en realidad. Con el mismo estilo
contundente y magnético derrochado en El
mapa del tiempo, y tomando de nuevo la figura de H. G. Wells como eje
protagónico, en esta segunda entrega se supera a sí mismo creando en el lector verdadera
ansiedad por seguir devorando páginas.
La
invasión marciana augurada por el escritor inglés en La guerra de los mundos se hace demoledoramente real, y en ella se
ven inmersos personajes a los que ya conocimos en la novela anterior, el
oportunista Gilliam Murray, el ingenuo Charles Winslow o el supuesto héroe
Dereck Shakleton, además de sus respectivas parejas, e incluso figuras reales
como Edgar Allan Poe, habitantes casi todos de un Londres finisecular descrito
siempre con una gran maestría. La telaraña cronológica y tetradimensional que
arman las diferentes voces cumple su papel a la perfección, homenajeando sin
pudor a las novelas por entregas propias de la época narrada, con sus tramas en
suspenso y los habituales guiños de un narrador más que omnisciente.
El
bloque argumental desarrollado en la Antártida, con la llegada a la Tierra de
la criatura interestelar, resulta magistral tanto en su planteamiento como en
esa estancia inexorable y asfixiante del barco encallado entre los hielos, con
un ambiente solitario y sofocante, en el que son propicias las profundizaciones
psicológicas al hilo del terror cerval ante lo desconocido. Pero los otros
bloques no desmerecen en absoluto, la historia de amor entre Emma y Murray,
motor desafiante de la invasión, recoge numerosas pizcas de humor y todos los
elementos necesarios en un cortejo en toda regla, con sus concesiones y sus
desafíos; y el nuevo orden generado tras la batalla, en el que el futurismo se
hace dueño de la narración, muestra la alegoría de los totalitarismos que
asolarían Europa tiempo después, un simbolismo que crece en cada página. Todos
ellos no hacen más que darle a la novela una dimensión espectacular, necesaria
para que Félix J. Palma tense el hilo hasta una resolución que no deja indiferente
a nadie.
Leyendo
esta novela, además, se nos regala la sensación que vivirían nuestros
antepasados aguardando la siguiente entrega semanal. Un verdadero lujo.
El mapa del cielo. Félix J. Palma.
Editorial: Plaza y Janés. Navarra,
2012. 739 páginas.
(LA VERDAD, ABABOL, 10/11/2012)