domingo, 30 de diciembre de 2012

GALATEA DE LAS ESFERAS


Rubén Castillo vuelve a demostrar que es un especialista en diseccionar los rincones del alma humana, con un lenguaje y unas imágenes tan envidiables como brillantes.


Como un titán desterrado

            Tal vez sea un poco pretencioso pretender resumir una vida en tres noches febriles ante un ordenador, pero si quien se lo propone es Rubén Castillo, todo puede convertirse en posible, puesto que estamos ante uno de los escritores que mejor disecciona los rincones del alma humana, uno de los más brillantes a la hora de concederle la voz narrativa a un personaje y hacerse a un lado para que su criatura vuelque ante los ojos de los lectores sus anhelos y miserias.

            Enrique Saorín no es un hombre bueno, ni tampoco un engendro del mal, es un ser atormentado por los pliegues que la existencia le ha cosido en la conciencia: un padre que lo ignoró, una madre que acaso nunca le quiso, unos congéneres que le despreciaron como rinocerontes sin ceguera, un amor esquivo y un destino marcado por coincidencias arrasadoras que le llevan a encerrarse durante un fin de semana en el instituto en el que trabaja como conserje.

            En toda la trayectoria narrativa de Rubén Castillo, y trece libros atestiguan su largueza y experiencia, no ha existido jamás un solo personaje plano, y ésta no iba a ser una excepción. Si hay algún rasgo que caracteriza a este autor, amén de la brillantez lingüística y unas metáforas por las que asesinaría más de un reputado poeta, es la complejidad con la que arma a sus protagonistas, los poliedros humanos que crea y la total ausencia de maniqueísmos. Enrique Saorín escucha la japonesa música de Kitaro, mira a sus peces de colores, y ha cifrado su vida, y la búsqueda de la perfección sentimental, en un lienzo de Dalí que reúne tantos sueños como desasosiego. Así se presenta, sumando todo el equipaje que ha tenido que echarse a la espalda, y que permite que su padre literario se explaye en fabulosos y variados registros narrativos y léxicos.

            Los juicios, en las novelas de Rubén Castillo, quedan siempre para el lector, como los asteroides narrativos del universo superior que presenta; este autor conoce los entresijos de la educación (es docente, y eso no puede olvidarse), la brutalidad de los adolescentes, las metas de los universitarios, los dobles filos de las habladurías, la desesperanza de los amores perdidos y los sueños rotos, pero también la tenacidad necesaria para que un personaje, uno solo, sostenga una novela como un titán desterrado del Olimpo del éxito. No habrá un lector que pueda quedarse impertérrito ante esta novela, porque todos tenemos bien guardadas nuestras galateas en el corazón.


Galatea de las esferas. Rubén Castillo.
Editorial: Gollarín. Caravaca, 2012. 212 páginas.
(LA VERDAD, ABABOL, 29/12/2012)

viernes, 28 de diciembre de 2012

PRESENTACIÓN DE ACABO DE MATAR A MI EDITOR

Yo creo que hay pocas formas mejores de empezar el año.


sábado, 22 de diciembre de 2012

SÓLO FUE UN POST - NOEMÍ TRUJILLO


            De la brevedad celérica de las reflexiones cibernéticas al verso reflexivo, tamizado por los sentimientos y la revisitación. Noemí Trujillo conforma este poemario con gotas de belleza, chaparrones de cotidianeidad y chorros de corazonadas, días vividos, suspiros, cuadros, cines, experiencias compartidas, hijos y parejas, meses y años que se esconden tras los rincones, diminutos momentos de felicidad... Un gran sensibilidad puesta al servicio de la poesía y al mismo tiempo una muy buena forma de inaugurar el nuevo proyecto de la editorial Playa de Ákaba.

Sólo fue un post. Noemí Trujillo.
Editorial: Playa de Ákaba. Madrid 2012. 92 páginas.
(LA VERDAD, ABABOL, 21/12/2012)

sábado, 8 de diciembre de 2012

LA MARCA DEL MERIDIANO - LORENZO SILVA


El puente de Greenwich

            La trayectoria de Rubén Bevilacqua está, para quienes frecuentan el género policial, más que asentada, tal y como ha quedado demostrado en las seis entregas creadas por Lorenzo Silva a lo largo de estos años, y el hecho de que ahora su último caso haya recibido el Premio Planeta no va a hacer sino darle por fin la difusión que en verdad merecen los personajes de las buenas novelas, por lo que todos deberíamos felicitarnos. Eso sin olvidar que es una figura señera de la literatura negra en el continente europeo, capaz de competir sin arrugarse con primeros espadas policiales como Montalbano, Wallander, Brunetti, Adamsberg o Jaritos, por citar sólo algunos.

            Y es que esta historia que transcurre a caballo entre Barcelona y Madrid ha supuesto en muchos aspectos la sublimación de la escritura de su autor, porque ha sido capaz de nacer y desarrollarse al amparo de cuatro aspectos que son fundamentales para el avatar diario de Bevilacqua, mejor dicho, tres que son necesarios para el brigada: lo personal, lo sociológico y lo criminal, y uno que resulta fundamental para Lorenzo Silva: lo literario.

Lo personal, lo sociológico y lo criminal

            En el ámbito personal, Vila ya ha asumido lo cruel que puede llegar a ser el tiempo, y eso le hace mirar con cierta nostalgia a los que considera sus sucesores: Chamorro y el joven Arnau; el viejo caimán procura no sorprenderse ante las sorpresas que le dispara el destino, como la muerte de Robles, compañero suyo antaño, y trata de sobrevivir a la espada damocliana del retiro, a la irrupción de jóvenes turbadoras, e incluso al recuerdo de los años que vivió en Barcelona, y a los fantasmas previos a su divorcio, sin dejar que se aleje de él el hijo al que ahora ya ha recuperado como adulto. Uno a cero.

            Pero la vida personal no es un islote, pertenece a una sociedad en la que cuesta un poco encajar, y cuyas costumbres a veces sobrepasan al brigada; las manzanas podridas en el cuerpo (la empresa, como ellos llaman a la Guardia Civil) son un espejo de otra manzana mucho mayor, con forma de piel de toro, que se agusana progresivamente y que no se ha podrido del todo porque aún queda gente de a pie dispuesta a pelear por ella. En cierto momento, Vila puede hasta admitir que roben los políticos, tal vez esté en su naturaleza, como le ocurría al escorpión de la fábula, pero se asusta si son las fuerzas del orden las que roban, porque parece que con esos actos se diluyen las últimas esperanzas. Empate a uno.

            No obstante, la profesionalidad de Bevilacqua y Chamorro, la misma que Lorenzo Silva se ha empeñado siempre en conocer de primerísima mano, es un asidero para no dejarse hundir en la tempestad que desata el inminente caos social. La fidelidad a las ordenanzas no les impide manejarse con la sabiduría que otorga la experiencia, y Rubén es capaz de coordinar varias pistas del circo de una investigación en la que parece que van siempre por detrás de quien maneja los hilos, y lo hará sin que ninguno de los egos participantes resulte herido, ni el de los Mossos d’Esquadra, ni el de la Guardia Civil, y mucho menos el de los zorros de Asuntos Internos. Hay que saber nadar muy bien entre jurisdicciones, tender puentes en vez de quebrarlos, y aunque a Chamorro le toque recoger el testigo de la opinión que a muchos españoles les ha provocado la fiebre independentista de Artur Mas, Lorenzo Silva, por boca de su hijo literario, aboga por la labor de estrechar lazos y no de romperlos, y defiende que la única frontera que debería existir entre las dos ciudades, entre ambos países, es el imaginario puente del meridiano de Greenwich. Dos a uno.
 
Brillantez literaria

            Queda entonces lo más profesional, mejor dicho, el plano artístico, el valor literario de esta novela, y no se trata, porque no se puede a estas alturas, de descubrir a un autor como Lorenzo Silva, pero sí es justo reconocer la brillantez de unas metáforas que crecen lozanas hasta llegar a la alegoría, y con las que él parece disfrutar sobremanera, como tampoco podemos dejar de señalar cierto culteranismo sintáctico en algunos párrafos, que se solapan con la naturalidad de unos diálogos en los que entra la jerga benemérita con la misma suavidad que un cuchillo en la manteca. Goleada.

            “Ningún hombre que se muera sin haber llorado alguna vez frente al mar puede decir que ha vivido”, confiesa Bevilacqua tras haber llorado ante Chamorro frente al Mediterráneo, (sólo ante ella podría abrirse así tras los años compartidos), y ésta es una buena muestra de que en estas páginas hay una historia trepidante, una profundidad psicológica de altura y mucha calidad literaria. Quienes se asusten porque una novela negra gane el Premio Planeta, amén de olvidar al gran Vázquez Montalbán, deberían felicitarse porque lo haya ganado, sin más, una novela muy buena, que no es poco.


La marca del meridiano. Lorenzo Silva.
Editorial: Planeta. Barcelona, 2012. 399 páginas.
(LA VERDAD, ABABOL, 8/12/2012)

A LAS ÓRDENES DEL VIENTO. ANTOLOGÍA - RAQUEL LANSEROS


            Raquel Lanseros ha recopilado gran parte de la poesía que ha dado a la imprenta en los últimos siete años, y lo hace en una antología regida por el ideario poético al que nos tenía acostumbrados: el aprendizaje de lo cotidiano, los sentimientos a flor de piel y una sensibilidad capaz de hermanarse con los versos, a ratos para jugar con ellos, a ratos para bañarse en su nostalgia, pero siempre refugiándose en la autenticidad, la valentía y el amor por el género con los que encara cada poema.



A las órdenes del viento. Antología. Raquel Lanseros.
Editorial: Valparaíso. Granada 2012. 92 páginas.
(LA VERDAD, ABABOL, 8/12/2012)

BETIBÚ - CLAUDIA PIÑERO


     Empleando en su narración un riguroso y potentísimo presente, Claudia Piñeiro entrega una historia de crímenes justicieros que han sobrevivido al tiempo, y que unirá, en su investigación, a tres periodistas muy diferentes pero con el mismo extravío vital. Nurit Iscar, la protagonista, no podría enfrentarse sola a una cadena de muertes de cuya resolución las fuerzas del orden parecen muy alejadas, como si no pudieran hacerle sombra a una buena indagación periodística. El viejo zorro Jaime Brena, y el innombrado pibe de Policiales cierran un trío narrativo de grandes posibilidades.

Betibú. Claudia Piñeiro.
Editorial: Alfaguara. Madrid 2012. 354 páginas.
(LA VERDAD, ABABOL, 1/12/2012)

AL OESTE DEL SANCTI SPÍRITUS


Rezumando metal

            Dicen algunas voces que Dionisio Martínez ha trazado esta novela con tintes faulknerianos, y puede que tengan razón, pero adaptándolos a la idiosincrasia española y a la que predomina en La Unión y su Sierra Minera. Esta historia es mucho más que una herencia, tiene latido propio desde el mal y los odios hasta la última de sus reyertas, pero también tiene el compromiso y la fidelidad de Espinosa parta impedir que el tiempo entierre su memoria.

            Acaso sea una de las primeras veces, salvando al gran Asensio Sáez, en las que las estribaciones mineras de La Unión se transmutan en un universo narrativo poderoso, árido y salvaje, y para ello había que recurrir al siglo XIX, cuando una veta cambiaba de manos con suma rapidez en cuanto su propietario se alejaba de ella, aunque fuera para registrarla como suya. Entonces la vida se depreciaba, los rencores escapaban de las pieles y las órdenes del General eran misas latinas ante las que nadie osaba rebelarse.

            El aire serrano se vuelve asfixiante, los burdeles están llenos de trampas, bajo las camas de La Manca puede aguardar una navaja infiel, una escopeta adúltera que reordene el caos universal a su antojo. Ante tamaños desmanes, un niño no puede hacer otra cosa que huir, refugiarse en el norte de África y alimentar los deseos de venganza durante años.

            Porque ni las canas pueden tapar el ansia de justicia, sólo un cuerpo de mujer tal vez sea capaz de atemperarlo, pero antes el metal debe rezumar sangre por los poros de la tierra explotada por ingleses, oportunistas y militares, por los montes agrestes a los que había que arrancarles sus corazones a golpe de barreno. Y barrenazos son los que propina Dionisio Martínez con una escritura escueta y dura, como la propia tierra, y en la que caben muy pocos rincones para la ternura.


Al oeste del Sancti Spíritus. Dionisio Martínez.
Editorial: Huerga y Fierro. Madrid, 2012. 248 páginas.
(LA VERDAD, ABABOL, 1/12/2012)

domingo, 18 de noviembre de 2012

LA DANZA DE LA GAVIOTA


      La desaparición de uno de sus ayudantes lleva al comisario Montalbano hasta los umbrales del tráfico de armas en esta nueva entrega del genial Camilleri. Con el mismo humor de siempre, alrededor del policía siciliano germina un desencanto sociopolítico que no es más que un reflejo de la actualidad, aunque eso no le impedirá llegar hasta las últimas consecuencias, con la cabezonería y el desprecio por los superiores que se han convertido en sus dos mayores virtudes. Sin olvidar su olfato y sus afiladas conversaciones con los otros Montalbano.


La danza de la gaviota. Andrea Camilleri.
Editorial: Salamandra. Barcelona 2012. 221 páginas.
(LA VERDAD, ABABOL, 17/11/2012)

IRA DEI


            Apasionante intriga que enlaza crímenes del siglo XVIII con la actualidad tinerfeña de La Laguna. M. Gambín reparte la trama entre un policía, una arqueóloga, un refinado ex funcionario de Hacienda y una hábil periodista, y el resultado son trescientas páginas de un vértigo trepidante que llevan al lector hasta casi perder el aliento. Las herencias de un marqués ilustrado pueden ser muy perniciosas, hasta desembocar en todo un asesino en serie que se mueve en una atmósfera silenciosa y perfecta, como mandan los cánones de la buena literatura negra.

 Ira Dei. La ira de Dios. M. Gambín.
Editorial: Rocabolsillo. Barcelona 2012. 317 páginas.
(LA VERDAD, ABABOL, 17/11/2012)

sábado, 10 de noviembre de 2012

EL MAPA DEL CIELO


Telaraña cronológica

            El universo de la narrativa tiene infinitos caminos, y una acertada singladura a través de ellos marca la diferencia entre una buena novela y una novela inolvidable. El gaditano Félix J. Palma ha vuelto a sumergirse en su particular anillo de Moebius para relatarnos hasta qué punto puede resultar peligroso desear que algunos sueños se conviertan en realidad. Con el mismo estilo contundente y magnético derrochado en El mapa del tiempo, y tomando de nuevo la figura de H. G. Wells como eje protagónico, en esta segunda entrega se supera a sí mismo creando en el lector verdadera ansiedad por seguir devorando páginas.

            La invasión marciana augurada por el escritor inglés en La guerra de los mundos se hace demoledoramente real, y en ella se ven inmersos personajes a los que ya conocimos en la novela anterior, el oportunista Gilliam Murray, el ingenuo Charles Winslow o el supuesto héroe Dereck Shakleton, además de sus respectivas parejas, e incluso figuras reales como Edgar Allan Poe, habitantes casi todos de un Londres finisecular descrito siempre con una gran maestría. La telaraña cronológica y tetradimensional que arman las diferentes voces cumple su papel a la perfección, homenajeando sin pudor a las novelas por entregas propias de la época narrada, con sus tramas en suspenso y los habituales guiños de un narrador más que omnisciente.

            El bloque argumental desarrollado en la Antártida, con la llegada a la Tierra de la criatura interestelar, resulta magistral tanto en su planteamiento como en esa estancia inexorable y asfixiante del barco encallado entre los hielos, con un ambiente solitario y sofocante, en el que son propicias las profundizaciones psicológicas al hilo del terror cerval ante lo desconocido. Pero los otros bloques no desmerecen en absoluto, la historia de amor entre Emma y Murray, motor desafiante de la invasión, recoge numerosas pizcas de humor y todos los elementos necesarios en un cortejo en toda regla, con sus concesiones y sus desafíos; y el nuevo orden generado tras la batalla, en el que el futurismo se hace dueño de la narración, muestra la alegoría de los totalitarismos que asolarían Europa tiempo después, un simbolismo que crece en cada página. Todos ellos no hacen más que darle a la novela una dimensión espectacular, necesaria para que Félix J. Palma tense el hilo hasta una resolución que no deja indiferente a nadie.

            Leyendo esta novela, además, se nos regala la sensación que vivirían nuestros antepasados aguardando la siguiente entrega semanal. Un verdadero lujo.


El mapa del cielo. Félix J. Palma.
Editorial: Plaza y Janés. Navarra, 2012. 739 páginas.
(LA VERDAD, ABABOL, 10/11/2012)

sábado, 3 de noviembre de 2012

BIOY


            La voz del peruano Diego Trelles Paz se erige como digna continuadora del Vargas Llosa más encendido, y lo hace con una triple historia en la que se alternan la tortura, la búsqueda de una paternidad perdida y la más rabiosa actualidad de las bandas peruanas, eso sin olvidar la metaliteratura, en forma de blogs y memorias, y la potencia de un narrador que sabe manejar los hilos de sus tramas. Esa potencia le valió el último premio Francisco Casavella, y le ha abierto de nuevo las puertas del mercado español.


Bioy. Diego Trelles Paz.
Editorial: Destino. Barcelona 2012. 304 páginas.
(LA VERDAD, ABABOL, 3/11/2012)

LO QUE NO ESTÁ ESCRITO


            Un padre desencantado se lleva a su hijo de acampada mientras le deja a su ex mujer el manuscrito de su novela; ni el hijo ni el padre habían conectado nunca, ni la madre se imaginaba que con esa novela se iban a ajustar algunas cuentas de su extinto matrimonio. Rafael Reig vuelve a cauterizar los sentimientos humanos con una novela intensa y dolorida, a través de cuyas páginas hay que encontrar más de una verdad demoledora, porque el presente no siempre cumple con lo que habíamos soñado para él.

 Lo que  no está escrito. Rafael Reig.
Editorial: Tusquets. Barcelona 2012. 287 páginas.
(LA VERDAD, ABABOL, 3/11/2012)

sábado, 27 de octubre de 2012

MEDUSA


Ricardo Menéndez Salmón ha logrado que sus novelas insuflen al lector una calma inusual, provocada por su prosa detenida y reflexiva, la misma que condecora cada línea con una joya literaria, incluso cuando sigue desentrañando la maldad de la Europa del pasado siglo. La figura del artista Prohaska, gran observador que plasmó su mundo en la pintura, el cine y la fotografía, y del que no se ha conservado una sola imagen, prueba que el hombre es capaz de mirar a la cara al odio y a la justicia, aunque el peaje sea terrible.


Medusa. Ricardo Menéndez Salmón.
Editorial: Seix Barral. Barcelona 2012. 153 páginas.
(LA VERDAD, ABABOL, 27/10/2012)

sábado, 20 de octubre de 2012

EL ASESINO DE LA PEDRERA


La rosa de fuego

            Monumental novela negra de Aro Sáinz de la Maza, con una Barcelona latente en cada página no sólo como escenario, sino como tablero en el que asesino e investigadores se enfrentan en una partida de ajedrez demoledora y salpicada por el fuego y unos particularísimos homenajes a Gaudí. El inspector Milo Malart es un auténtico outsider de la policía autonómica catalana, suspendido de empleo y sueldo, maldito por todos sus compañeros, que le consideran un soplón informante de los medios, está a un solo paso de la expulsión del cuerpo y de la vida (el suicidio de su sobrino Marc le sigue destruyendo por dentro), y sólo tiene una aliada, la jueza Susana Cabot, que le volverá a meter con calzador en el Grupo de Homicidios de los Mossos, ante el aterrador caso de un hombre que ha aparecido calcinado en La Pedrera.

            A cambio, debe visitar a una psiquiatra y soportar a Rebeca Muntaner, una especie de compañera canguro formada en las mejores escuelas de Quantico. Frente a ellos, un asesino frío y psicópata, que secuestra a prohombres barceloneses y después de varios días de tortura los cuelga en emblemáticos edificios de Gaudí y los prende fuego para su deleite y el pánico de toda la ciudad. Además, Milo sigue escarbando entre sus ruinas familiares y conyugales para averiguar las causas de la muerte del joven Marc. Todo ello con los consabidos coqueteos con el alcohol, la dureza de trato y el desprecio de los compañeros de la Comisaría Central, aunque todavía cuente con algún que otro aliado, como el incansable Toni Crespo, o el forense Bonhora.

            Aro Sáinz de la Maza ha debutado en la narrativa negra con una máquina potente y muy bien engrasada, que está incluso por encima de cierta trilogía sueca que tanta fama recolectó en nuestro país. Sus maneras son las de un sobrado conocedor del género, que además sabe cómo explotar las teclas para que el lector no pierda comba en ningún momento ni de la investigación en curso, ni de las vicisitudes sociales y humanas que rodean a sus personajes, cuya naturaleza y variedad merecerían una reseña completa, por la gama de caracteres que es capaz de desplegar. Hay escenas absolutamente antológicas, tanto policiales como criminales, y un cuidado extremo en la escritura y en el planteamiento de hechos y personajes, de tal manera que sólo podemos hacer dos cosas al ir pasando páginas: disfrutar mucho y dejarnos llevar hasta el desenlace que él ha ideado.

El asesino de La Pedrera. Aro Sáinz de la Maza.
Editorial: RBA Serie Negra. Barcelona, 2012. 579 páginas.
(LA VERDAD, ABABOL, 20/10/2012)

MATERIA ELEMENTAL



El universo poético de Vicente García Hernández crece todavía un poco más con estos versos trabajados desde el crisol de una herencia literaria que se complementa con un corazón grande y unos ojos capaces de capturar las imágenes más hermosas, robadas a la metáfora en su mismo seno. No es la materia de la que se hacen los sueños, sino el barro que nos forma, con nuestros anhelos, amores, odios, el Dios de cada cual y una naturaleza que proporcione la armonía lógica para cada momento sentido por el alma humana.


Materia elemental. Vicente García Hernández.
Editorial: Azarbe. Murcia 2012. 80 páginas.
(LA VERDAD, ABABOL, 20/10/2012)

sábado, 13 de octubre de 2012

VISADO PARA SHANGHAI


            El inspector jefe Chen Cao se ve obligado a colaborar con una atractiva agente judicial norteamericana, y no sólo para entregarle a una mujer que testifique contra una tríada, sino para que las relaciones entre ambos países fluyan como desean en el Partido. Qiu Xiaolong perfila una nueva entrega de su policía, alternando con mano habilidosa la intriga con la sociología y la política, lo que da a la lectura de esta novela unas perspectivas más que atractivas, al tiempo que nos regala una visión muy real del gigante asiático.


‘Visado para Shanghai’. Qiu Xiaolong.
Editorial: Tusquets. Barcelona 2012. 381 páginas.
(LA VERDAD, ABABOL, 13/10/2012)

A MI MANERA


            Aires de fado se respiran en este nuevo poemario de Francisco Javier Illán Vivas, aires de cierta nostalgia pero sin olvidar elementos vitales para cualquier poeta, para cualquiera capaz de sentir. Con estos versos, breves a veces, atinados siempre, se recoge una forma de encarar la vida, sin dobleces, o mejor dicho, con  todos sus dobleces de penas y alegrías, de amores y olvidos, de canciones y silencios, de pasados gozosos y futuros inciertos, en definitiva, con los rincones del motor que nos mueve a cada uno, a nuestra manera.


‘A mi manera’. Francisco Javier Illán vivas.
Editorial: Vitruvio. Madrid 2012. 66 páginas.
(LA VERDAD, ABABOL, 6/10/2012)

domingo, 30 de septiembre de 2012

MISIÓN OLVIDO

Camino de madurez

            Uno de los momentos más peliagudos en cualquier carrera literaria es la aparición de la segunda novela, sobre todo si la primera ha sido bendecida por los lectores, se crea entonces una tremenda expectación entre la que el escritor corre el riesgo de extraviarse. La mejor manera de solventar ese escollo suele consistir en volcar, en la nueva obra, tanto cariño como experiencia, y María Dueñas ha construido su nueva criatura con esas dos premisas como equipaje, el cariño que profesa tanto a sus personajes como a los lectores, a los que respeta siempre, y la experiencia literaria y vital que hasta ahora ha ido acumulando.

            Porque si hay una palabra con la que podemos calificar esa novela es la de madurez, la prosa de la autora manchego-cartagenera ha subido unos cuantos enteros en cuerpo, soltura y calidad, y eso se nota casi desde las primeras páginas, y lo notan también los personajes protagonistas. Los perfiles de los profesores Blanca Perea, Daniel Carter y Andrés Fontana aparecen delineados con trazos tan humanos como profundos, la coincidencia de las sombras que los tres han vivido va ampliándose hasta crecer en un delta narrativo enriquecido por los diferentes saltos temporales entre los que María Dueñas se mueve con admirable soltura.

            Y si en el ámbito temporal sale airosa, igualmente lo hace en el tratamiento espacial, la California finisecular, el Madrid de los años treinta y la Cartagena de finales de los cincuenta son recorridos con un ojo certero que no hace más que envolver al lector en una atmósfera que va más allá del simple recuerdo de los personajes.

            Esta novela rezuma vida por todos sus capítulos, con sus correspondientes alegrías y sinsabores, con escenas antológicas como el discurso de Carter en la cena de Acción de Gracias o el complot cartagenero, y en ella cobran también gran notoriedad los personajes secundarios, porque si el trío protagonista es certero, la galería de acompañantes roza la perfección, no hay uno solo al que le falte un gramo de la atención de su autora. Rebecca Cullen, Luis Zárate, Aurora Carranza, la adorable Tata o la venenosa Darla Stern quedarán para siempre en la memoria del lector.

            Este medio centenar de páginas es un homenaje a las segundas oportunidades, al respeto por el pasado, a la capacidad de lucha del ser humano, y su autora ha logrado algo muy difícil: que nos cueste trabajo interrumpir la lectura. Si El tiempo entre costuras era un patrón, ahora María Dueñas nos ha sorprendido con todo un vestido de fiesta.


Misión Olvido. María Dueñas.
Editorial: Temas de Hoy. Madrid, 2012. 512 páginas.
(LA VERDAD, "ABABOL", 29/9/2012)

RAYLAN


Leyendo las andanzas de este agente judicial se entiende que Tarantino o los hermanos Cohen sean admiradores de este personaje y de su creador, posiblemente el mejor autor negro que pulula por los Estados Unidos, un país muy bien radiografiado en estas páginas en las que lo mismo encontramos a una peculiar solucionadora de problemas sindicales como a una familia traficante de riñones frescos que luego suministran a las propias víctimas, previo pago de astronómicos importes. Da gusto ver a Raylan moverse con sus particulares códigos y un estilo de lo más directo y contundente.


RaylanElmore Leonard.
Editorial: Alianza. Madrid 2012. 312 páginas.
(LA VERDAD, "ABABOL", 29/9/2012)

sábado, 22 de septiembre de 2012

CLARABOYA


Cronos juguetón

      El manuscrito perdido y hallado en el tiempo, tal y como lo ha bautizado Pilar del Castillo, está por fin en nuestras manos. Por una de esas extrañas gamberradas del dios Cronos, y como si supiera muy bien a quién se la jugaba, José Saramago tuvo que esperar décadas para recuperar el texto de esta novela, y lo que era peor, para saber cuál era la valoración que de él había hecho la editorial a la que se lo envió. La situación tuvo que ser para deleitarse, el responsable de Ia editorial pidiendo perdón por el retraso y al mismo tiempo frotándose las manos por la oportunidad de publicar un nuevo saramago, y don José diciéndole que entonces no quería que la novela viera la luz.

Por fortuna, ahora podemos leer esta historia colectiva en la que están presentes tanto la forma de mirar el mundo y la sociedad del autor portugués, como sus preocupaciones literarias. Todos los inquilinos de esta vivienda se organizan en un cosmos biosociológico en el que se pueden resumir todos los caracteres del ser humano, nuestros vicios, nuestras virtudes, si es que alguna tenemos, y los pequeños resquicios de la convivencia, que tan pronto nos enfrentan unos a otros cual si fuéramos fieras, como nos hacen buscar en conversaciones nocturnas aquellas afinidades que nos encaminan hacia algo parecido a la amistad.

La Lisboa de comienzos de los cincuenta es un escenario en el que caben la insatisfacción matrimonial, la pobreza y los alquileres, las amantes del empresario ricachón, las jovencitas ambiciosas, y hasta la sombra de la homosexualidad entre dos hermanas confundidas. Peculiaridades de calendario aparte, son situaciones atemporales, como ya demostró Saramago a lo largo de su obra, por lo que es un auténtico placer poder disfrutar de nuevo de su prosa certera, escueta y brillante, y de su peculiar habilidad a la hora de perfilar los caracteres humanos, a veces con una docena escasa de palabras, o con dos o tres miradas.

Claraboya. José Saramago.
Editorial: Alfaguara. Madrid, 2012. 424 páginas.
(LA VERDAD, ABABOL, 22/9/12)

LA EDAD DE LA DUDA


    Quién ha dicho que un comisario maduro no puede sentir como un adolescente, quién insinúa que no puede comportarse como todo un héroe, que no puede mentirle a sus jefes, que no pueda presumir de olfato privilegiado y del estoicismo suficiente para no asesinar a alguno de sus hombres. De todo ello es capaz Montalbano en la reciente entrega de Andrea Camilleri, que va a hacer disfrutar, y pensar, como nunca, a sus incondicionales, y también a todo el que se acerque a él por vez primera.


La edad de la duda. Andrea Camilleri.
Editorial: Salamandra. Barcelona 2012. 219 páginas.
(LA VERDAD, ABABOL, 22/9/12)

viernes, 31 de agosto de 2012

TRES HERIDAS

Se acaba de publicar mi libro sobre Miguel Hernández, aquí dejo el enlace de su edición electrónica (a ver si los hados económicos cambian de rumbo y algún día puede ver la luz en papel). Mi agradecimiento, especialmente, a Salvador Martínez Pérez, que diseñó y maquetó la obra además de crear esta magnífica portada; y también a Pascual García y Ángel Peñalver, de la Consejería de Educación de Murcia, por hacer posible la publicación.

http://www.carm.es/web/pagina?IDCONTENIDO=10415&IDTIPO=246&RASTRO=c943$m4331,4330 





domingo, 26 de agosto de 2012

TRAMPANTOJOS


         ¿Puede la edad exacerbar las manías o ciertas intolerancias? Siempre pensé que el tiempo atemperaría las tempestades, regalaría paciencia (lo de esperar sabiduría me parece pretencioso de más) y comprensión hacia todo aquello que uno no practica. Pero me sorprendo bastante ante ciertas conductas que me sacan de quicio, como la indigencia estética o indumentaria que parece extenderse en los últimos años.

         El derecho de cada quien a vestir como le plazca es inalterable, pero también lo es el de los demás a disfrutar de ciertos cánones estéticos que ahora no sólo no son respetados, sino que se violentan sin pudor en cada esquina. Ropas colocadas al desgaire, sin ningún sentido de la elegancia o la combinación, gentes vestidas como si se hubieran anclado en una pubertad eterna y asesina de futuro, como un rapero que encuentro, una vez más, en el autobús, tal vez llegue a los treinta, pero su envoltura lo ha disecado más o menos en la mitad.

         Gorra ladeada y enorme, pantalones culeros (alguien debería contarle que esa moda viene de las cárceles norteamericanas, y que quienes se bajaban los pantalones así transmitían un mensaje de disponibilidad sexual), camiseta tres tallas mayor, zapatillas de marca italiana con el logotipo más grande que la suela, una cadena uniendo el ombligo y la cartera y, por supuesto, enormes auriculares de los que escapan los decibelios, que creo debe ser lo que más me molesta. Que el tipo vaya moviendo la mano como si se hubiera escapado de un vídeo neoyorquino ya es casi lo de menos.


         Suspiro (y un cuarto de autobús también lo hace) cuando el peter pan de rap se baja, pero no hay tiempo para el alivio, porque sube una joven con los brazos completamente tatuados, la cara labrada de aceros y media cabeza rapada. Por suerte ya no soy joven con disposición a enamorarme, porque me cuesta entender que con semejante aliño se pueda encandilar a alguien que no profese la misma tribu. ¿Libertad de identidades o esclavitudes de clan?

viernes, 17 de agosto de 2012

TRAMPANTOJOS


         Mientras espero para acceder al andén de la Estación de Atocha, llega un legionario vestido con su uniforme de paseo, incluyendo abertura de camisa y gafas de aviador, no de espejo, pero casi (eso debe prohibirlo la ordenanza correspondiente). Calculo que habrá pasado ya la cincuentena, lleva una barba cerrada pero de estreno, por todo equipaje acarrea una bolsa de plástico de contenido incierto, unas irredentas ansias de fumar, y en las mejillas los deltas sanguíneos que el alcohol hace desembocar en la epidermis.

    Durante las cinco horas del viaje, no intercambia palabra alguna con nadie, fuera de las cortesías necesarias, y eso que va sentado en esos cuatro asientos enfrentados que aún conservan los trenes más antiguos, como el que nos lleva hasta el sur. Eso sí, en varias ocasiones visita el cuarto de baño, bien para fumar a escondidas, bien para dejarnos una mítica herencia odorífera que inunda el vagón entero.

       También se aprovisiona de los consabidos lingotazos en la cafetería, siempre sin destocarse ni quitarse las gafas. Cada vez que recorre los vagones, las cabezas se vuelven a su paso, como si contemplasen un agujero negro del pasado.

         Cuando falta menos de una hora para llegar, saca de la bolsa de plástico un viejo transistor, extiende su antena y trata de sintonizar alguna emisora. No puedo abortar la sonrisa mientras los portátiles, móviles, ipods, iphones, smartphones y demás setas tecnológicas crecen a nuestro alrededor.

         Al llegar a Cartagena, se adecenta con una nueva visita al cuarto de baño (¿llevará su provisión privada de Varon Dandy?), recoge sus cosas empuñando la bolsa y, ajustándose las gafas aunque sean las diez de la noche, baja del tren. Es curioso, pero él y yo somos los únicos viajeros a los que nadie aguarda en el andén.

miércoles, 1 de agosto de 2012

LA LINTERNA MÁGICA - GATTACA


GATTACA

  
            En un futuro no muy lejano, los padres elegirían el sexo y las condiciones físicas e intelectivas de los hijos, y los que no cumplieran con las expectativas, o trabajarían al servicio de los perfectos, o acabarían en un desagüe genético, que se lo digan a Ethan Hawke, Uma Thurman y a Jude Law cuando trataban de burlar al perfeccionista sistema social de su país.

            Esto de la genética, amén de un mundo un tanto virgen, tiene también sus peligros, y el mayor de ellos radica en las experimentaciones bajo cuerda, en los tratamientos secretos que todo el mundo ignora hasta que son demasiado palpables. Tras mucho tiempo en el dique seco, he vuelto a poner a trabajar a mis contactos en el espionaje patrio, y los resultados son demoledores: la clase política dirigente lleva décadas participando en experimentos de selección genética, cuyo único fin es el de perpetuarse en el tiempo, y ponerse a salvo de las hordas de pelagatos indignados (y hasta funcionarios incluso) que amenazan con desterrarlos.

            Las pruebas han ido saliendo a la luz muy poco a poco, y en los últimos meses la avalancha ha sido ya brutal. No contentos con esquilmar todos ellos la ubre estatal, han criado a sus vástagos con genes manilargos, caripétreos y ausentes de conciencia y remordimiento algunos. ¿Que no me creen? Ahí van algunos ejemplos demoledores: un hijo de Esperanza Aguirre entra como asesor en el Ministerio de Economía, una hija de Eduardo Zaplana lo hace (“asesorar”) en materias turísticas, otra hija de Federico Trillo ayuda a la alcaldesa de Cartagena (que además de munícipe es también diputada, no vayamos a dar puntada sin hilo). Ya, ya sé que alguno pensará que sólo son puestos laborales, y que de ahí a llenarse la bolsa aún va un trecho, cada vez más pequeño, pero trecho al fin y al cabo. Ah, y no me olvido de los de la rosa y la ceja, que tampoco se libraban del mal ni del contubernio genético.

            Pero la cosa no acaba así, porque ahí están también Andrea Fabra, hija del hombre que posee el récord nacional de boletos de lotería premiados, sí, sí, el angelito que se hizo amigo de los parados en el Congreso, y Oriol Pujol, que anda manejando a su antojo las ITVs catalanas y todo lo que se ponga a tiro. Ahí ya no me pueden refutar la teoría de la génesis de Monipodio, llevan tatuado en lo más hondo del ADN el lema: “nacíos p’a trincar”, y luego se extrañan de que la gente proteste y los amenace, si total, son impunes ante la ley, a qué tanto revuelo.

            En Irán han condenado a muerte a cuatro banqueros corruptos, y me da cierta envidia, aunque entre el corte de manos de la ley Islámica y la impunidad de aquí habrá algún término medio, digo yo… ¿O es que la modificación de los supuestos del aborto emprendida por Ruiz Gallardón tiene fines más altruistas que desconocemos? Seguiremos investigando, porque hay cierto duquesito ahora camuflado cuyos genes serían muy jugosos de analizar.




domingo, 15 de julio de 2012

LOS TRABAJOS Y LOS DÍAS


            Se estrenan para el gran público las reflexiones de Lorenzo Silva de la mano del primer proyecto de crowdfunding realizado en España, un mecenazgo a cargo de un grupo de lectores que permite que este libro vea la luz de la imprenta y de los formatos electrónicos. Buena iniciativa si además sirve para recoger el verbo de un autor dotado de un gran juicio, una desbordante pasión por la literatura y una capacidad comunicativa que no está al alcance de todo el mundo. Nos sobran, por tanto, los motivos para congratularnos.


‘Los trabajos y los días’. Lorenzo Silva.
Editorial: Libros.com. Madrid 2012. 153 páginas.
(LA VERDAD, ABABOL, 14/7/2012)

sábado, 7 de julio de 2012

EL ENREDO DE LA BOLSA Y LA VIDA



Antología del colmillo retorcido

            Vuelve el ínclito, el maravilloso, el de la floja conciencia y el verbo vertiginoso, el lunático detective con el que tantas sonrisas ha arrancado a los lectores Eduardo Mendoza, y lo hace con el eco sociológico de una crisis ante la que, visto lo visto, lo mejor que se puede hacer es empuñar la ironía, el sarcasmo, el esperpento y todo el ridículo que seamos capaces de imaginar, porque de otra manera terminaríamos como el propio protagonista, durmiendo desnudos en el suelo de su tocador de señoras, o con la cabeza dentro de un secador industrial y chupando el mango de un cepillo en vez de una anémica cuchara huérfana de los jugos del progreso.

La desaparición de Rómulo el Guapo, antiguo compañero de celda de nuestro particular investigador, es el punto de partida que trae a la escena de su vida a una serie de personajes disparatados, una parada de monstruos narrativos que roza la genialidad, una esposa despampanante y lúbrica con la que no hay manera humana o divina de yacer, una adolescente turbia llamada Quesito, timadores profesionales, mimos de alcurnia, africanos albinos, acordeonistas callejeros que aún esperan una orden del Partido para hacer estallar de una vez por todas la revolución. Y, cómo no, chinos, porque los chinos han dejado de ser una amenaza, son una realidad económica capaz de adaptarse al medio con una facilidad sobrecogedora, guerreros del euro que compran locales y rinden homenaje a los políticos catalanes del General Tat.

Es imposible leer esta novela sin esbozar una sonrisa, incluso sin carcajearse a veces, y sin envidiar la manera tan sibilina con la que Eduardo Mendoza retuerce una vez más su colmillo, porque lo hace con un estilo con el que ya nos hemos familiarizado, capaz de narrar los disparates más estrambóticos con una naturalidad pasmosa, tal y como hace con el atentado que se le atribuye al desaparecido Rómulo el Guapo, verdadera sublimación de un deseo que más de una vez habrán tenido algunos de los cinco millones de parados de este país. Además, la presencia de Barcelona como personaje, y no solo como fondo escénico, resulta imprescindible una vez más en las aventuras de este perturbado que hace años se ganó un hueco, nada respetable, por cierto, en la literatura española. Menos mal que no han  vuelto a encerrarle a pesar de sus tropelías, resulta mucho más interesante en libertad, salvo que algún día se le rebele del todo a su autor.


‘El enredo de la bolsa y la vida’. Eduardo Mendoza.
Editorial: Seix Barral. Barcelona, 2012. 277 páginas.
(LA VERDAD, ABABOL, 7/7/2012)

sábado, 30 de junio de 2012

LA REALIDAD QUEBRADIZA


Prismas y poliedros

            Incrementa Páginas de Espuma su colección ‘Vivir del cuento’, y le toca el turno ahora al coruñés José María Merino, una de las referencias de la narrativa breve en lengua castellana. La selección realizada en este volumen cuenta con el mérito de las agudas intervenciones de Juan Jacinto Muñoz Rengel, otro gran especialista del género, quien perfila un magnífico prólogo con el que adentrarse en la mente laberíntica de Merino, y una posterior entrevista que ahonda tanto en los matices del relato como en la literatura fantástica y la distopía, dos grandes pilares de este autor.

            Entre ambos pórticos, la visión que José María Merino ha tenido siempre sobre la realidad, ese prisma poliédrico en el que se multiplican hasta el infinito personajes que se buscan a sí mismos, a ambos lados de los espejos, existencias alternativas cuya cara más coherente nunca es la lógica, presencias y presciencias demoledoras esculpidas por el destino, el pasado e incluso por la propia muerte, que no lleva nada bien eso de quedarse fuera de estas páginas. Por supuesto, también hay un hueco para las minificciones de este académico que ha dado lustre a un género que allende el Atlántico tiene y cuerpo y respeto, mientras que aquí no termina de desembarazarse de algunos advenedizos de ocasión.

            Aquellos lectores que imaginen la realidad como una planicie mesetaria, sin dobleces ni fisuras, absténganse de leer estos relatos. Por el contrario, los admiradores borgianos y cortazarianos, los discípulos de Lovecraft, Wells, Clarke, Cervantes, Orwell, y tantos otros, quienes gustan de moverse entre los lados de acá y de allá, o los viciosos de los juegos metaliterarios, estarán encantados de abrir estas páginas e introducirse por quién sabe qué pasadizos de qué universos alternativos. Mejor no podría titularse, por lo tanto, este volumen, esa realidad quebradiza y frágil es la que alimenta siempre la mirada y la calidad literaria de José María Merino.


La realidad quebradizaJosé María Merino.
Editorial: Páginas de Espuma. Madrid, 2012. 262 páginas.
(LA VERDAD, ABABOL, 30/6/2012)

AQUELLA EDAD INOLVIDABLE


            De marcar un gol que valía una final a ensobrar su propio cromo tras una brutal entrada de un defensa centralista, el paso fugaz por el Athletic de Bilbao de Souto Menaya lo cuenta Ramiro Pinilla con la crudeza propia del primer franquismo y la profundidad de la que hace gala en su escritura. Un destino atroz para un luchador que nunca renunciaría a su orgullo de futbolista y de vasco, pero sobre todo a su orgullo de hombre, aun atado a una muleta, a una madre muda y a una joven lechera voluntariosa.


Aquella edad inolvidableRamiro Pinilla.
Editorial: Tusquets. Barcelona 2012. 227 páginas.
(LA VERDAD, ABABOL, 30/6/2012)

domingo, 24 de junio de 2012

DEJA EN PAZ A LOS MUERTOS


      Pocos motores hay más poderosos que el misterio y las relaciones humanas, Juan Ramón Barat lo sabe y con ellos ha construido las andanzas del joven David Villena durante sus vacaciones en un pueblo del sudeste mediterráneo. Secretos guardados a voces, presencias inexplicables, pesquisas inquisitivas y una prosa directa y cautivadora que le guarda un hueco al lector para acompañar a Daniel en cada uno de los episodios. Novela madura, sin estridencias y con la sencillez que los años suelen regalar a los buenos escritores.


Deja en paz a los muertosJuan Ramón Barat.
Editorial: Ediciones Carena. Valencia 2012. 211 páginas.
(LA VERDAD, ABABOL, 23/6/2012)

domingo, 17 de junio de 2012

EL ASESINO HIPOCONDRÍACO


Asesino imaginario

            Puede que los mayores enemigos de un asesino profesional sean las coincidencias, las casualidades o incluso los olvidos, circunstancias que amenazan con no permitirle cumplir con su trabajo, pero con lo que hasta ahora no habían contado es con un vademécum de dolencias, como las que padece el protagonista de esta novela, el señor Y., que van aumentando a medida que avanzan sus páginas y se va demoliendo su prestigio laboral.

Juan Jacinto Muñoz Rengel ha vuelto a hacer gala de su prosa incisiva, irónica y mordaz, para soltar en el universo literario a una criatura que ya conmovió en su momento a los miembros del jurado del premio Clarín, Rosa Montero entre ellos, hasta el punto de recomendar encarecidamente la publicación de las andanzas de este sicario de honor kantiano y reducidas esperanzas de vida, porque no hay cuadro, síndrome o dolencia que el señor Y. no haya contraído, con el consiguiente retraso en sus funciones, y la alegría, aunque ignorada, del señor Eduardo Blaisten, quien debía ser su última víctima.

Esos intentos fallidos, así como la voluntad indesmayable de este hombre enfermísimo, le granjean cierta simpatía entre los lectores, porque además Juan Jacinto Muñoz se encarga de recordarnos que no está solo, que el mundo de los hipocondríacos famosos ha sido ancho pero no ajeno, sobre todo entre los filósofos y literatos.

Así, cada nuevo mal aparece acompañado de las memorias clínicas de Kant, Voltaire, Tolstoi, Lord Byron, Coleridge, Descartes, Molière, Poe, Jonathan Swift o el mismísimo Joseph Merrick, ‘El hombre elefante’ que inmortalizara el celuloide. No obstante, nuestro señor Y. es capaz de combinar esas visitas al pasado con el uso de los medios más sofisticados de espionaje y control psicológico de víctimas, porque la obligación siempre está por encima de todas las devociones, aunque éstas le lleven a ser un visitante más que asiduo en todos los hospitales de Madrid.

El asesino hipocondríacoJuan Jacinto Muñoz Rengel.
Editorial: Plaza y Janés. Barcelona, 2012. 224 páginas.
(LA VERDAD, "ABABOL", 16/6/2012)