DOCE LUNAS
PACO RABADÁN AROCA
PENSIÓN
COMPLETA
Charlamos con Paco Rabadán Aroca, poquitos días después de que haya presentado su nueva novela, Pensión completa, una sátira sobre la sociedad actual que combina el humor con la crítica social más afilada.
1) En
Pensión completa ha pasado usted de
hablar de frailes a diseccionar la sociedad de la mano de Padilla con una
novela muy cáustica, ¿siempre ha sido un narrador tan versátil?
Sé que es un cambio de
registro muy grande, pero no quiero ser previsible. No me gustaría que mis
lectores esperaran lo mismo de mis obras año tras año. La novela que publiqué
en 2014, Los caprichos de Dios,
hablaba de cinco hombres que dedicaron su vida a ayudar a los demás, en pleno
Siglo de Oro murciano. Es una obra basada en hechos reales y que ha tenido un
gran éxito, precisamente porque sus protagonistas consiguieron aquello que se
proponían. En Pensión completa, sin
embargo, las intenciones del protagonista son totalmente opuestas. Es un
egoísta, un pícaro capaz de engañar a cualquiera sin ningún remordimiento.
2) ¿Puede
explicar quién es Padilla y por qué no tiene nombre?
Padilla es un joven de
treinta años que nunca ha desarrollado ningún trabajo ni le ha preocupado
tenerlo. Estudiar tampoco le atrajo. Es una persona que se mantiene con un
mínimo de dignidad gracias a la generosidad de su novia. Hablamos de un Ni-Ni
en toda regla.
El nombre del
protagonista es Germán Chacón. Padilla es el apellido de alguien con quien es
confundido en la sala de espera del hospital, y por el que es tratado durante
su estancia en el mismo. Al ser algo accidental, Germán jamás llega a saber el
nombre de pila del tal Padilla, provocando situaciones muy comprometidas para
el personaje. Una de las claves del humor se basa en los malentendidos y
situaciones enredadas, y me apeteció que el personaje se viera envuelto en
alguna de ellas gracias a algo tan básico como el nombre de pila.
3) Su
personaje cifra la supervivencia en tres necesidades básicas: comida, techo y
sexo, ¿cómo cree que reaccionaría Darwin si leyera su novela?
Yo creo que estaría de
acuerdo. Todo lo que hace cualquier especie, desde una perspectiva básica, está
encaminado a cubrir esas tres necesidades. El ser humano no es distinto. La
sociedad de consumo nos empuja a poseer muchas cosas, y eso hace que perdamos
el enfoque sobre lo único que realmente necesitamos. Aparte de esos tres
principios, todo lo demás es prescindible, superfluo.
4) ¿Hasta
qué punto es importante el humor para Paco Rabadán?
El humor para mí (y creo
que para todo el mundo) es un método infalible para afrontar el día a día sin
caer en la desesperación. Llevo tiempo estudiándolo porque me interesa mucho.
En Pensión completa, por ejemplo, el
lector encontrará distintos sustratos humorísticos. Harán gracia o no
dependiendo del pasaje y el público concreto, pero he intentado arrancar una
sonrisa en un determinado momento a todos los lectores. Es una tarea difícil y
ambiciosa, puesto que todos tenemos nuestro propio sentido del humor, de ahí
abrir el abanico hasta donde he sabido.
5) En
sus páginas aparece una amplia galería de tipologías sociales, para ser
denostadas, ¿se ha quedado con ganas de castigar a algún grupo social más?
Sí. Tuve que eliminar a
algún colectivo social por el tamaño de la obra. Hubo un momento en el que creí
que ya estaba suficientemente claro el mensaje. Los grupos sociales, aunque
parezca una redundancia, están formados por personas, no son entes abstractos nacidos
por sí solos, así que es lógico pensar que dentro de ellos hay gente buena y
gente mala. Jamás podremos afirmar que un colectivo es perfecto ni tampoco que
sea absolutamente nefasto. En Pensión
completa no me meto con los colectivos implicados, mi intención se centra sólo
en las personas buenas y malas.
6) Por
otro lado, Padilla refleja un sinnúmero de vicios y defectos humanos, ¿es que
Paco Rabadán tiene una visión pesimista de la vida?
En absoluto. Me
considero una persona optimista, me despierto cada día pensando en que el mundo
será un poco mejor. No obstante, creo que los defectos de Padilla los tenemos
todos, lo que ocurre es que, al tratarse de un personaje literario, he elevado
al máximo exponente ese sesgo. Avaricia, egoísmo, envidia…, son comunes en
todos nosotros, sólo que los vemos más fácilmente en otras personas.
7) El
lector asiste a los hechos a través de los ojos de su personaje, ¿en algún
momento se planteó escribir esta novela en tercera persona?
Claro. Creo que es la
primera pregunta que nos hacemos los escritores antes de iniciar el proceso de redacción.
Me decidí por la primera persona porque me pareció más divertido, le añadía
cierto toque de cinismo que fuese el mismo Padilla el que contara sus
“hazañas”. La elección, como es lógico, también tiene sus limitaciones: todo
hay que verlo a través de sus ojos.
8) ¿Cree
que hay muchos Padillas en la sociedad española actual?
No creo que haya muchos,
pero sí que existen. Han crecido viendo un espejismo creado por el Estado del Bienestar,
donde los privilegios inherentes se les mostraban como un elemento que nacía de
forma natural, sin ningún coste, y sobre el que tenían pleno derecho aunque
nunca hayan colaborado en su sostenimiento. La sobreprotección de los padres
también condiciona su manera de ser y su falta de ambiciones. Si la sociedad,
en un momento determinado, no les da lo que desean, sus padres o familiares lo
hacen. Yo vengo de una generación donde se nos educó bajo el principio de que
las cosas sólo se consiguen con esfuerzo. Las personas que conozco, y en los
que está basado el personaje de Padilla, culpan a todo y a todos cuando carecen
de algo que desean, pero no hacen nada para conseguirlo. Se quejan, esgrimen
sus derechos (que por otra parte no hacen nada para protegerlos) esperando
salirse con la suya. El esfuerzo, por antigua que pueda parecer esta frase, es
necesario para valorar las cosas que se consiguen con él.
9) ¿Es
consciente de que, por el tono y la estructura de la novela, puede que comparen
a Padilla con otros personajes de la tradición picaresca española?
Es que, básicamente,
Padilla es un pícaro en toda regla. No me molesta en absoluto; me alegra pensar
que se le pueda enmarcar dentro de ese grupo, porque es el sentido que
precisamente he querido darle. Las letras españolas han proporcionado
personajes e historias maravillosas y altamente divertidas con ese elemento
narrativo, o género si se me permite el término.
10) Confiese,
si se puede, una preferencia: cine o literatura.
Literatura, por supuesto.
Las historias son multidimensionales. El cine tiene sus limitaciones y en la
literatura no existe ninguna. El cine se basa en guiones, y en un guión los
personajes sólo hacen o dicen cosas, no piensan, no se puede manifestar un
pensamiento directamente en una imagen sin que el personaje haga o diga algo.
La literatura, sin embargo, ofrece la posibilidad de narrar todo lo que se nos
ocurra en un mismo pasaje.
11) ¿Hasta
cuándo cree que tendremos que seguir practicando la crítica social, con el
panorama que vemos cada día?
A lo largo de la
Historia, siempre ha sido necesaria la crítica social. El inconformismo es, en
gran medida, lo que hace avanzar a la sociedad. No hay nada más cómodo para el
que toma las decisiones que el sometimiento del resto a esas decisiones. Nos
quejamos, por ejemplo, de los políticos. Pero hemos sido nosotros los que hemos
consentido que hagan lo que quieran sin que tengan que dar explicaciones más
allá de una rueda de prensa que, por otro lado, no siempre acceden a conceder. De
alguna forma hemos accedido a que se sitúen por encima del bien y del mal, a
que sean intocables. Ahora nos va a costar mucho que cambien, probablemente
varias generaciones y muchas novelas como Pensión
completa u otros medios de crítica para rebajarlos al nivel en el que
deberían estar: servidores públicos al servicio de la ciudadanía. Nuestros
empleados, en definitiva.
12) Una
doble para terminar, ¿qué planes literarios tiene y qué le diría a los lectores
para que se acerquen a esta novela?
Me he sentido muy cómodo escribiendo Pensión
completa, por lo que es posible que la siguiente novela vaya en la misma
dirección. El lector encontrará una situación rocambolesca y divertida. La
novela la escribí para arrancar alguna sonrisa, al mismo tiempo que para
aumentar nuestro sentido crítico hacia situaciones que creemos normales pero que
no lo son tanto, y sobre las que deberíamos ejercer nuestros derechos de forma
contundente. Leer, reír y reflexionar al mismo tiempo, ésa ha sido mi intención
al escribirla, y espero que el lector caiga en la trampa.