lunes, 27 de mayo de 2019

NO DIGAS NADA - RAQUEL GÁMEZ SERRANO

Reseña NO DIGAS NADA

de Raquel Gámez Serrano

por Antonio Parra

Título
No digas nada.
 Datos publicación
Editorial Delito. Barcelona 2019. 230 págs.
 Autora
  Raquel Gámez Serrano nació en Barcelona. Es Graduada en Educación Social en la Universitat Oberta de Catalunya, Graduada en Estudios inmobiliarios y de la construcción por la Facultad de Económicas de Barcelona y es Técnica especialista en relaciones públicas y administración. En la actualidad trabaja como educadora social en diferentes recursos. Es autora, entre otros libros, de A la seva pell (2016, Llibres del Delicte) —novela finalista del Premi Tuber Melanosporum del Festival Morella Negra com la Trufa—, el año 2017 publicó Els CIE o la il·legalitat institucional (Llibres del Delicte) y participó en la antología Barcelona. Viatge a la perifèria criminal (Editorial Alrevés, col·lecció Crims.cat). Autora, también, de Assassinat de cambra, relato y actividad permanente que inaugura la serie Crims artístics, del Museu Nacional d’Art de Catalunya (2018). Con el relato En nom de Cecília gana el primer premio de prosa del IX Concurs Literari Esteve Albert (2018). No diguis res es su última novela (2018, Llibres del Delicte), que ahora aparece en la colección en castellano de la misma editorial. Desde hace tres años también imparte cursos de escritura creativa y es la autora del blog EN CLAU DE NEGRE.

Sinopsis de la obra
            Cuando Edit y Jan se casan y se van a vivir a una casa en un pequeño pueblo, los planes de crear una familia feliz pronto chocan ante la imposibilidad inicial de tener hijos. La obsesión de Edit la empuja a vivir en un mundo irreal mientras Jan aleja de la macabra fantasía que parece rodear el hogar. Hasta que adoptan en Demian. El miedo y los conflictos del pasado no resueltos se apoderarán de sus vidas. La situación se convertirá en angustiosa e insostenible. Pero en una sociedad donde las decepciones se esconden, si no se mencionan, no existen.

Reseña
Lo que no se quiere ver no existe
            Ésa era la filosofía de Edit, la esposa protagonista de esta novela, encerrada en unas costumbres indolentes y ciegas, temerosa por una maternidad que no llega, por una madre castradora, y por la presencia de Jan, el marido que ha resultado estar mucho más lejos de ser lo que ella habría querido e imaginado. Raquel Gámez crea a un personaje a medio camino entre el tormento y lo pusilánime, y le hace sufrir, con su particular visión de la realidad, durante toda una novela que está escrita para converger en un último cuarto febril, a ratos incluso agobiante.

Se trata de una pareja extraña, en la que los deseos de paternidad y maternidad se llegan a desajustar tanto que, cuando surge la posibilidad de adoptar a un bebé ucraniano ya las fuerzas no son las mismas en ambos cónyuges. En Edit encontramos la ceguera por el hijo que no ha logrado parir, en Jan el fracaso cuando descubre que ese hijo está enfermo, que ha nacido con el síndrome del alcoholismo fetal (SAF), y que eso le condicionará toda su vida, hasta casi llegar a convertirle en un monstruo.

No estamos, estrictamente, ante una novela negra, no hay crimen ni investigación que vertebre la trama, pero hay una intriga constante, una perturbadora sombra que se apodera de la familia, de los vecinos, y sobre todo de Berta, la hija que al final sí lograron concebir Edit y Jan, justo cuando su matrimonio comenzaba a desintegrarse.

Esa sombra dota a la narración de negritud, Demian consigue que se nos corte la respiración poco a poco, e incluso que afloren turbios deseos en cada lector, hasta el punto de que llegamos a querer, como hace Edit, como siempre ha hecho Edit, ocultar la realidad que no nos gusta. Algo peligrosísimo.

Felicitamos a Raquel Gámez por la obtención de su premio con esta obra en Valencia Negra 2019.

domingo, 19 de mayo de 2019

FACTBOOK, EL LIBRO DE LOS HECHOS - DIEGO SÁNCHEZ AGUILAR


MÁS ALLÁ DEL 15-M

Solo la voz clarividente de Diego Sánchez Aguilar podía poner negro sobre blanco las consecuencias de aquella crisis que tanto nos marcó

Es muy probable que en los últimos tiempos, a poco que alguien se haya sentado a reflexionar con cierto juicio, nos estemos encontrando con autores que cayeran en la tentación de intentar explicar la crisis que nos removió no hace muchos años, tal vez incluso alguno llegara a hacerlo, lo que ya es más cuestionable es que lograra explicarlo con la clarividencia de la que hecho gala Diego Sánchez Aguilar en esta novela, porque en sus páginas, algo distópicas, qué duda cabe, está casi todo: lo que vivimos, lo que sentimos, lo que llegamos a soñar, lo que nos contaron, lo que nos hicieron creer, lo que logró aterrorizarnos, lo que perdimos, lo que nos quitaron. En definitiva, todo lo que nos ha hecho estar ahora donde estamos.

Las vidas de Gustavo y Rosa andan zarandeadas como resultado de aquellos años, a los que pasan revista desde un presente en el que algunos capitostes de la economía mundial aparecen ahorcados en los toros de Osborne, como si la picota tradicional se hubiera trasladado a uno de los pocos símbolos patrios que no han sido discutidos del todo. Y como eco de lo sucedido, de repente surge una red social paralela al famoso Facebook, en la que únicamente vale lo objetivo, en la que nadie invita a nadie por sus autorretratos o sus florituras, sino por su verdad.

Y por último, para dar fe de esa distopía antes mencionada, florecen clínicas clandestinas que ofrecen salidas criogenizadas a quienes deseen concederse una tercera o cuarta oportunidad en su existencia. Por encima de todo ello, además, vemos también páginas en las que los responsables del orden público tratan de dar su versión de los hechos, como si fuera fácil explicarles lo ocurrido a unos ciudadanos cada vez más desencantados que han cambiado la acampada de la Puerta del Sol por el amparo que les proporciona un gigantesco toro de cartón piedra.

Hasta ahora conocíamos a Diego Sánchez Aguilar en su faceta de cuentista, lo que le llevó a ganar con todo merecimiento una edición del Premio Setenil, y ahora se destapa con una novela febril a la que las primeras personas narrativas le confieren una voz sosegada, juiciosa pero no apocalíptica, y sobre todo un tono de análisis que quizá haya necesitado algunos años para forjarse, porque no era fácil hablar de aquellos tiempos cuando su estela, o su resaca, todavía se deja sentir en muchos sectores sociales.

El vacío ante un futuro mucho menos que incierto, el miedo ante la enfermedad, el horror ante la soledad, la certeza de haber errado y perdido el camino inicial, el pensamiento crítico, el análisis, la reflexión sobre lo que pudo ser y terminó no siendo, todo ello está presente en unas páginas entre las que el lector deberá encontrar un hueco para seguir manteniendo viva la esperanza.

‘FACTBOOK. EL LIBRO DE LOS HECHOS’
Diego Sánchez Aguilar.
Candaya. Barcelona 2018.
349 págs. 18 euros.
(LA VERDAD, "ABABOL", 18/05/2019)

miércoles, 15 de mayo de 2019


Fotografía: de Hanska, por @Jeosm
Cuando aún está muy reciente la aparición en las librerías de La Red Púrpura, la segunda entrega de la inspectora Elena Blanco, hemos charlado con su autora, Carmen Mola, que nos ha confesado un buen puñado de secretos, tanto de sus personajes como de su percepción de la literatura y del género negro.
– ¿Qué le ha parecido el recibimiento que el lector le ha hecho a Elena Blanco?
Maravilloso, sólo puedo estar feliz. Ni en el mejor de mis sueños, mientras escribía La novia gitana, imaginé que en tan poco tiempo existirían dos novelas protagonizadas por Elena Blanco y tantos lectores que hubieran decidido dedicar parte de su tiempo a disfrutarlas. Se lo agradezco a todos, a los que les ha gustado más y a los que les ha gustado menos. También a los que me han hecho críticas, de todo se aprende.
– Ahora que ha pasado ya algún tiempo desde que Elena apareció, ¿cómo valora la llegada de su personaje a este mundo tan complejo de la novela negra?
No estoy metida en el mundo de la novela negra. Nunca he ido a jornadas, semanas de novela negra, encuentros entre autores y demás. No tengo relación con otros autores y autoras y desconozco su opinión, más allá de la que reflejan en las redes sociales, a las que tampoco soy muy aficionada. Supongo que son los demás escritores los que tienen que valorar a Elena Blanco. Yo sigo siendo lectora de novela negra y sigo descubriendo muy buenos autores, tanto en España como fuera.
– Háganos una confesión, si se puede, ¿el personaje de Elena nació antes de las tramas o primero surgieron las historias y luego su protagonista?
La verdad es que no lo sé. Supongo que nacieron a la vez Elena y La novia gitana. Un crimen, una investigadora, un proceso… No he sido muy consciente del orden, o por lo menos no lo recuerdo. Evidentemente, en el caso de la segunda novela, La Red Púrpura, ya tenía tanto a Elena como a la BAC. 
– Y ya que estamos, ¿por qué está tan baqueteada, va a concederle algún respiro en algún momento?
Hay lectores que se quejan de que no haya investigadores que tengan una vida feliz, que terminen de trabajar y se vayan a su casa, en la que tengan una familia encantadora, unos niños preciosos, un jardín bien cuidado y una bonita colección de bonsáis. No estoy de acuerdo, ni como escritora ni como lectora. La gente feliz está muy bien en la vida real, las novelas piden personajes que sufran y que se sobrepongan. Así que la respuesta es no: por muchas novelas que pasen, la vida de Elena Blanco será siempre un caos.
– Además de haber protagonizado ya dos tramas muy adictivas, ¿cuál cree que es el motivo de que ella y sus compañeros calen tan hondo en el público?
No lo sé. Yo trato de que mis personajes me caigan bien a mí, que es un paso importante para que le caigan bien a los demás. Creo que los miembros de la BAC, pese a sus peculiaridades, son simpáticos, entrañables, personas a las que tendría cariño en la vida real. Me gustan mucho Elena, Chesca, Mariajo… Hay algunas características de las tres que me gustaría tener a mí. Reconozco que siento una simpatía especial por Orduño. Quizá los lectores piensen de ellos lo mismo que yo y de ahí que los hayan aceptado.
– Como lector, he de decirle que el equipo de la BAC me parece una auténtica joya en cuanto a caracteres, ¿le ha sido fácil gobernarlos o alguno ha tenido tentaciones de rebelarse?
Te agradezco el elogio. Me hace gracia esto de la rebelión de los personajes. A mí no se me rebelan, tal vez a medida que pasen las novelas alguno lo haga, pero no tendré piedad y lo mataré. Lo que sí adquieren es personalidad propia en el sentido de que hay decisiones que no puedo tomar en su contra. Me explico, hay veces que escribo a uno y, al releerlo, sin saber por qué, digo: esto Zárate no lo haría, tengo que cambiarlo. Tal vez sea el mismo Zárate, o el personaje que sea, el que me avisa y esa sea la mayor rebelión que se permiten.
– Hay un personaje, Rentero, que parece la antítesis de Elena y su equipo, ¿cree que España es un país en el que abundan este tipo de caracteres entre quienes ostentan mayores responsabilidades?
A mí me hacen gracia Rentero y sus lujos a costa del presupuesto. Me divierte documentarme para saber qué whisky pediría o a qué restaurante le gustaría ir. Supongo que hay muchos personajes de esos en nuestro país, pero no estoy segura de que no tengan su parte de utilidad. En las novelas de Elena Blanco, Rentero sirve para anclar los pies al suelo a la inspectora.
– El mal está muy presente en ambas novelas, ¿tanto nos acecha en la realidad?, ¿estamos tan expuestos como parece mostrar en estas dos tramas?
Creo que sí, aunque yo, afortunadamente, no lo noto en la vida real. Pero veo los telediarios y leo los periódicos y me escandalizo. Hay verdaderos canallas sueltos. La gente dice que mis novelas son fuertes, pero no reflejan ni una mínima parte de lo que ocurre un día cualquiera.
– En La novia gitana se habla de los rasgos calés, su concepto de la vida, sus costumbres, y a veces hay grandes barreras, ¿tan diferentes somos unos de otros?
No soy una especialista en el mundo gitano. He contado varias veces que mi fascinación por los gitanos viene de una época de mi vida que viví cerca de Tirso de Molina y me cruzaba con ellos a diario, hasta llegué a tener alguna confianza con varias vecinas gitanas con las que coincidía tomando café por Cascorro. Tenía sentimientos encontrados con sus costumbres, unas me gustaban y otras no, pero me parecía admirable su forma de luchar para conservarlas.
– Muertes en directo, malos tratos, vejaciones, apuestas…, un gran despliegue en La red púrpura. Da un poco de miedo intuir lo que puede hallarse en las profundidades de Internet, ¿usted las ha visitado para escribir esta novela?
Las he visitado, poco y con una pinza en la nariz para no oler su peste… He contado con la ayuda de un amigo con más experiencia que yo en esos asuntos que me ha guiado por ese inframundo. No le recomiendo a nadie que lo visite, ni siquiera como experiencia. Si puedo, no volveré.
– En ambas entregas aparecen personajes jóvenes, y enfrentados a situaciones bastante duras, ¿se nos está cayendo un poco el mito de confiar en los que vienen detrás y han de cambiar el mundo?
¿Existía ese mito? Debe de ser que pertenezco a la generación del baby boom y nunca he confiado en el poder regenerativo de las generaciones. Yo creo que, como en cualquier grupo de gente, entre los jóvenes hay gente muy preparada, que va a cambiar el mundo, gente a la que el mundo le va a pasar por encima y otros —los más— que se limitarán a ver la vida transcurrir. La gran diferencia entre los de mi edad y los siguientes es que nosotros no conocimos Internet hasta muy tarde y ellos han crecido usándolo. Antes pensaba que eso era una ventaja para ellos, ahora he dejado de estar segura.
– ¿Y qué hay de los que ostentan el poder, siguen moviéndose entre la impunidad?
Esa es, por lo menos, la sensación que muchos tenemos. Quizá no sea más que una variante de las teorías conspiranoicas: hay alguien arriba que conspira y para quien no valen las reglas…
– Volviendo al género negro, ¿qué le parece la expansión que está viviendo algo que al nacer fue catalogado como literatura de segunda?
Eso, volvamos a la literatura. A mí el género negro siempre me ha gustado como lectora; siempre me preguntan por él, pero eso no quiere decir que sea el único género que lea. No creo que la novela negra sea literatura de segunda, aunque sí pienso que puede ser literatura de entretenimiento. Pero es que eso no me parece mal, no debemos olvidar que dedicar a la lectura el tiempo de ocio es apasionante. Hay ratos en los que me apetece leer un tipo de novelas y ratos en los que prefiero sólo evadirme, para esos es perfecta la novela negra.
– Y ya que seguimos hablando del género, dicen que cada vez aumentan más las protagonistas femeninas, ¿cree que eso es una moda o una necesidad que debía haber sido cubierta hace mucho tiempo?
Las mujeres vamos tomando protagonismo en muchas áreas en las que nos había estado vedado. Y no olvidemos que el porcentaje de mujeres lectoras, en comparación al de los hombres, es muy alto, es normal que las protagonistas de las novelas lo sean. Yo viajo mucho en metro y suelo ir leyendo, pero me gusta levantar la vista y ver cuánta gente va con libros o con dispositivos de lectura, somos más las mujeres que los hombres. Ahora bien, pienso una cosa, ya hemos conquistado el mundo de las inspectoras y el de las víctimas, ¿para cuándo el de las culpables?
– ¿Qué es lo que impulsa a escribir a Carmen Mola?
Escribo por diversión. Intento pensar en más causas, pero no se me ocurren. He dedicado gran parte de mi ocio a la lectura durante toda mi vida y siempre he pensado en que sería capaz de escribir una novela. Había veces en que en la cabeza reescribía la novela que estaba leyendo, no siempre mejorándola. Por circunstancias de la vida lo había ido posponiendo, pero llega un momento en que te encuentras con el tiempo y la predisposición para escribir y te lanzas. Me lo pasé muy bien haciéndolo, pero supongo que si La novia gitana hubiera pasado sin pena ni gloria, mi atrevimiento se habría quedado ahí. Al funcionar como ha funcionado, me puse con La Red Púrpura. También lo he disfrutado. Ya veremos hasta dónde sigo.
– Tiene que satisfacernos otra gran curiosidad, ¿volveremos a ver pronto a Elena Blanco?
Tiene relación con la pregunta anterior. Con La Red Púrpura me he divertido, ya veremos cómo la reciben los lectores. Son mis dos requisitos, el día que uno de ellos falle, o yo no disfrute o a la gente no le guste, dejaré de escribir o, por lo menos, dejaré de escribir a Elena Blanco.
– Esta sección lleva un título emblemático y eso casi nos obliga a cerrar la entrevista con una pregunta también emblemática: ¿de qué material están forjados los sueños de Carmen Mola?
Éstas son las preguntas que más temo. Siempre pienso en lo difícil que tiene que ser contestar un cuestionario de esos en los que te preguntan por un olor, un sabor, una cualidad que prefieres en los demás… Temo no ser ingeniosa y defraudar a quienes lo leen. Puede que esa sea una de las razones de firmar con seudónimo.
Mis sueños, por decir algo, están forjados de tinta y papel, aunque escribo directamente en el ordenador. No sé, ¿ves como no era ingeniosa?

LA MUJER GEOMÉTRICA - VICENTE MARCO

EL QUINTO LIBRO
Análisis de la novela La mujer geométrica
por Antonio Parra Sanz

Título: La mujer geométrica
Autor: Vicente Marco
Año: 2019
Páginas: 248

Vicente Marco

Novelista, cuentista, dramaturgo y profesor de talleres de escritura creativa, ha publicado el ensayo Manual de Escritura Creativa y Premios Literarios, las novelas Murmullos, Los trenes de Pound, Ya no somos niñas, Opera Magna, Mi otra madre, El collage de Orsson Beans, Las revelaciones de Mackenzie y El cuadrilátero, así como la recopilación de cuentos Los que llegan por la noche, El desorden de los números cardinales, y las piezas teatrales Viernes trece y sábado catorce y Los guanchu guanchu.

Como dramaturgo, Vicente Marco, ha obtenido el Premio Nacional de Teatro Castellón a Escena 2013, el Fray Luis de León de Teatro 2014 y el Ciudad de Requena de Teatro 2017. Sus obras han sido representadas en distintas ciudades españolas y en México. En narrativa ha obtenido más de cincuenta galardones, entre los que destacan, además de los mencionados, el Premio Unamuno, el Premio Julio Cortázar, el Premio Alberto Lista o los Premios Hucha de Oro.

Sinopsis de la Mujer geométrica
Leer un mensaje ajeno puede cambiar tu vida…

Sara, una mujer de mediana edad, descubre en el móvil de su hijo un mensaje que la aturde. De su lectura se desprende que Mario, de tan solo diecisiete años, mantiene una relación sentimental (¿o únicamente sexual?) con una mujer mucho mayor que él. Ese descubrimiento hace que Sara, contra la opinión de Humberto, su marido, intente contactar con esa desconocida para disuadirla de continuar con Mario.

Lo que Sara ignora es que sus pesquisas la sumergirán en una inquietante espiral que hará saltar por los aires las convenciones de una vida marcada por la rutina y la ausencia de alicientes, para adentrarla en un sendero tan excitante como turbio y peligroso. Vicente Marco nos conduce por los vericuetos de una trama absorbente. El lector, como la misma protagonista, llegará a su desenlace siendo otro distinto del que inició el trayecto.

La mujer geométrica: mentes peligrosas

Siempre se ha dicho que la curiosidad mató al gato, pero quienes acuñaron esa expresión no conocían a Vicente Marco, y nada sabían de su capacidad para juguetear con la mente humana; de haberle conocido tal vez no hubieran sido tan categóricos.
Sí es cierto que esa curiosidad marca el punto de arranque de esta novela, junto a la oportunidad de toparse con un móvil temporalmente huérfano en el que duerme, oferente como todas las tentaciones, un mensaje privado de un hijo adolescente, pero la trama va avanzando después como los tentáculos de una bestia ambiciosa, dispuesta a devorar y a llevarse por delante a quien sea.

La existencia de Sara está teñida de gris, el conformismo, la comodidad, diríase que incluso la abulia marcan la pauta de su relación con Humberto, con quien todo lo más vive el vértigo de jugar a resolver crímenes teóricos los sábados por la noche.

Entre tanto, su hijo Mario ha conocido las mieles del sexo con Nat, una mujer bastante mayor que él, y eso azota la conciencia de Sara, no se sabe bien si por el prurito de la maternidad o acaso por la envidia de esa mujer que disfruta de un cuerpo joven y no de un marido adocenado y algo pusilánime.

Ahí llega, entonces, la primera conmoción de la mano del autor, y digo que la primera porque no será la única. Vicente Marco acumula ya experiencia suficiente como para saber de qué forma jugar con la paciencia, o la tranquilidad (e incluso con la libido en este caso) del lector, y gracias a ello sacude la existencia de Sara tanto como a ella misma le sacudirá la presencia de Rodri. Entrar ahora en detalles sería traicionar al autor valenciano y privar al lector de un buen puñado de sorpresas.

Claro que para cuando ese lector al que estamos respetando está ya instalado en la nueva vida de Sara, le caerá encima un mazazo de magnitudes tremendas tras el cual ya no podrá cerrar la novela hasta que haya llegado a sus últimas líneas. Y es que todo se habrá convertido en un juego de guiñol en el que cualquiera de nosotros podría ser la marioneta, así de débiles nos podemos mostrar, y tremendamente fácil puede resultar, para un buen manipulador psicológico, el hecho de cortarnos los hilos.

Esta novela nos hace sentir mucho, pensar mucho, y dudar todavía más, pero la vida sin dudas sería con un pan agostado y seco, que no esponja, que no se deja seducir por la levadura, por el fermento de un hongo que lo ponga todo patas arriba. Otra cuestión es lo que resulte al abrir el horno, lo que se puedan quemar quienes rodean a Sara o lo indigestas que puedan resultar algunas cortezas. Buen provecho.

martes, 14 de mayo de 2019

EL ERROR DE CLARA ULMAN - CRISTINA HIGUERAS

SOLO NOVELA NEGRA

EL ERROR DE CLARA ULMAN de Cristina Higueras por Antonio Parra

Título
El error de Clara Ulman.
 Datos publicación
Editorial La Esfera de los Libros. Madrid 2018. 399 págs.
Autora
Cristina Higueras, actriz y productora de éxito, ha compaginado en los últimos años su trabajo sobre las tablas y delante de las cámaras con la creación literaria. Es licenciada por la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid y miembro de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España.
Su trayectoria como intérprete incluye haber protagonizado, entre otras, obras teatrales como La trama, Magnolias de acero, Sola en la oscuridad, La calumnia, Agnes de Dios o Nathalie X; y series de televisión como Hermanos de leche, El secreto u Obsesión. Su labor como actriz la ha llevado también a participar en diversas producciones internacionales. Ha recibido el Premio Mostra de Valencia a su trayectoria artística y el Cope-Cadena-Cien de Teatro.
El error de Clara Ulman es su segunda novela, tras el éxito de El extraño del ayer.
 Sinopsis de la obra
            Un inquietante y subversivo thriller científico-criminal ¿Dónde está la frontera ética de la investigación médico-científica? Si alguna vez la doctora Clara Ulman se hizo esta pregunta, pronto encontró la respuesta: no hay límites, porque la moral es algo que ella decidió dejar atrás en su niñez. Sin embargo, hasta las mentes más privilegiadas cometen errores. Cristina Higueras construye en esta novela un turbador thriller en el que su protagonista transgrede todas las normas para adaptar el mundo a sus principios.
 
Reseña
El misterio de la diosa
            Mary Shelley reconvertida en científica moderna, buscando un Prometeo femenino en una sociedad que permite las experimentaciones teóricas pero que tiembla asustada al pensar en el momento en que todo aquello cristalice en un ser vivo. Ha fabricado Cristina Higueras una novela intensa en la que, a diferencia de lo habitual en el género negro, no se trata de ocultar un cadáver sino un cuerpo nuevo, fresco y lozano.
            La propia portada del libro huye de la tentación de incluir la novela en el género negro, y la califica como un thriller científico, en esa perenne obsesión de ponerle etiquetas a las cosas. Es cierto que no es una novela negra pero tiene elementos propios de la misma, como alguna muerte y la conspiración para cometerla, o justamente para todo lo contrario, para no cometerla, pero sobre todo el parecido radica en el tono, en la intriga, en la manera con la que su autora, que algo sabe de intensidades argumentales y dramáticas, le va hurtando al lector el paso siguiente, o le va sembrando el camino de interrogantes imposibles de ignorar.
            Corporaciones científicas, luchas sin cuartel, turbios manejos de poder, en ese ambiente ha de moverse Clara Ulman, más concretamente de ese ambiente debe aislarse la doctora, porque está llamada a empresas mayores, a ejercer de diosa que logre desentrañar el misterio de la creación. Pero claro, cuando un humano se mete a trastear en esos grandes secretos, algo tiene que pagar, algo le van a exigir los entes superiores, llámense Dios, destino o ley.
            Tampoco ha olvidado Cristina Higueras un elemento capital: la naturaleza humana, algo que tal vez no se pueda exportar del todo a un clon, o sí, ¿quién puede saberlo?

lunes, 13 de mayo de 2019

LAS SUPLANTACIONES - PEDRO PUJANTE


NO ERA SAMSA

    No lo era, era el primo de George Simurg, un hombre medio checo medio español que es requerido de urgencia para acudir a Praga, ante los extraños acontecimientos que por allí le están ocurriendo a su rama europea de la familia. Y eso precisamente es lo que convierte a este hombre en un personaje idóneo para Pedro Pujante, un autor acostumbrado a manejarse hábilmente entre la ficción y la realidad, entre lo objetivo y lo kafkiano, entre los diferentes planos de lo increíble y la verosimilitud. Lo ha demostrado anteriormente en sus relatos y en sus novelas y ahora lo ha vuelto a hacer.

    No es fácil adaptar la realidad a la ciencia ficción, a lo paranormal, y mucho menos hacerlo manteniendo altos niveles de ironía y una línea narrativa coherente, el delirio es complejo de manejar, tanto para quien lo practica como para quien lo lee, pero el autor alhameño se ha convertido ya en todo un experto, tanto que cuando abrimos una de sus novelas no nos queda otra que dejar que nos lleve de la mano pro el paisaje que su mente se empeñe en construir, y permitir también que poco a poco vaya respondiendo a la multitud de preguntas que pasarán por nuestras cabezas.

     La más intensa de ellas tiene que ver, en este caso, con el título, porque una vez que nos sumergimos en esta historia debemos asumir que nuestras conciencias son endebles, que tal vez no seamos quienes creemos ser, y lo que aún es más contundente, que quizá nos gustaría habitar otra realidad muy diferente a la que nos acoge. La búsqueda, por tanto, es algo inherente al ser humano, casi tanto como las dudas, y Pedro Pujante nos abre una puerta, o cientos de ellas, en un laberinto de espejos en el que casi lo de menos es que al final nos aguarde un escarabajo gigante, sino que no nos guste el reflejo que en realidad veamos. Además, lo hace con una prosa de calidad, para que el viaje, además de inquietante, pueda disfrutarse desde la plenitud literaria.

‘LAS SUPLANTACIONES’. Pedro Pujante.
 MAR Editor. Madrid 2019.
149 págs.14’00 euros.
(LA VERDAD, "ABABOL", 11/05/2019)


viernes, 10 de mayo de 2019