Análisis de la novela La noche de los Nibelungos, de Miguel Ángel Casaú
Título: La noche de los Nibelungos
Autor: Miguel Ángel Casaú
Editorial: Amazon. Año: Polonia 2019.
Páginas: 205
Autor
Miguel Ángel Casaú es veterinario clínico y compagina esta labor con la escritura de misterio, ciencia ficción y terror. En 2003 publica su primera novela, De dioses, hombres y demonios, traducida también a la lengua francesa. Se trata de un thriller sobrenatural que se sumerge en los intrincados suburbios de las sectas satánicas. En 2006 sale a la luz Felicity, una distopía en la que recrea la subordinación de los hombres a los fármacos de diseño actuales. En este caso, una multinacional farmacéutica crea un medicamento que induce la supuesta felicidad a quienes lo consumen.
En 2010 queda finalista en el Premio de Terror Ciudad de Maracena y publica Dalípoli, su tercera novela. Obra que supone una crítica feroz de la sociedad de consumo actual. En 2015 edita Al final del túnel, novela que se convirtió en todo un fenómeno editorial con miles de ejemplares vendidos. Suspense y terror, a partes iguales, en el más puro estilo de las novelas tradicionales.
Sinopsis de la obra
Álex Sistiaga se encuentra de paso en su ciudad natal asistiendo al entierro de uno de sus mejores amigos. Allí se reúne con otro buen compañero de toda la vida. Juntos, charlan sobre los viejos tiempos y disfrutan recordando aventuras de su adolescencia. Pero, una vez acabadas las exequias, mientras dan un paseo por el puerto deportivo, algo anómalo ocurre en la ciudad: hay una caída generalizada de las conexiones móviles y de internet coincidiendo con el paso de un enorme meteoro en el cielo. Casualidad o no, a raíz de este acontecimiento comienza “La noche de los Nibelungos”, presagio de una barbarie que pronto se convertirá en caos.
Unas criaturas antropomorfas, hasta entonces desconocidas para el ser humano, emergen de repente entre las sombras masacrando todo lo que encuentran en su camino, por eso Álex los ha bautizado como Nibelungos: entes oscuros materializados del interior de la tierra. En realidad, nadie conoce su procedencia o naturaleza, ni el motivo por el que han surgido. Los Nibelungos son un enigma. Un enigma, salvaje y despiadado, que se alimenta de carne humana…
Reseña
El mañana
Tiene la narrativa de Miguel Ángel Casaú unos rasgos que ya empiezan a ser muy reconocibles para quienes le leemos, a saber: situación distópica, revisión del pasado del protagonista, importancia de un grupo de amigos, desafíos actuales, y una búsqueda y reflexión acerca del entorno, de nuestra actitud como animales sociales y presuntamente racionales. Claro que únicamente con eso no se arma una novela, al menos una buena novela, esos rasgos conforman un punto de partida que luego hay que desarrollar alcanzando la consabida comunión con el lector.
En esta ocasión es una tormenta solar la que ha puesto al mundo patas arriba, liquidando las conexiones electrónicas y mandándonos casi de vuelta a la edad de piedra. Con todo, no ha sido definitivo, hay supervivientes, y no pocos, y lo peor no ha sido esa desconexión, sino que desde entonces han surgido del interior del planeta los Nibelungos, unas monstruosas y voraces criaturas que son las que verdaderamente están contribuyendo a liquidar la especie humana. En medio de todo ese caos se alza Álex Sistiaga, que busca sobrevivir y que no para de hacerse preguntas, tanto sobre lo ocurrido como sobre el daño que en las últimas décadas le hemos hecho al mundo.
Utilizando en todo momento una segunda persona narrativa llena de fuerza, lo cual no es nada fácil y le otorga a la novela un peculiar estilo, Casaú nos hace acompañar a Sistiaga al tiempo que nos invita a recordar el pasado, a reflexionar sobre nuestra conducta, situándonos en un futuro que, si bien es posible, no es precisamente halagüeño. En este viaje un tanto iniciático, el protagonista deberá superar unos cuantos obstáculos, algunos reales, como esos nibelungos, y otros interiores, los que marcan su conciencia y sus propios traumas para terminar, o intentarlo al menos, encontrando un sentido a la nueva vida que le han permitido vivir, otra cosa es que le guste la sorpresa que aguarda al final del camino.