En una de las miles de rotondas que han florecido a las afueras de la ciudad, un galgo amaga con cruzar la carretera por un paso de cebra. Un galgo negro con la pechera blanca, o blanco con el lomo negro, lustroso, si es que la fibra enjuta de los galgos puede tener lustre. Me obliga a dar un frenazo pero retrocede con la misma elegancia con la que iniciara el cruce. Sus ojos opacos me miran cuando paso, tal vez debería haber detenido el coche y cederle el paso, aunque sólo fuera porque se movía con más delicadeza que muchos humanos, aunque sólo fuera para que no termine mezclando sus colores en una paleta de sangre y alquitrán.
ANTONIO PARRA SANZ (Madrid 1965), profesor de Lengua y Literatura, de Escritura Creativa y crítico literario. Novelas: Ojos de fuego, La mano de Midas (Premio Libro Murciano 2015), Los muertos de las guerras tienen los pies descalzos; Acabo de matar a mi editor, Dos cuarenta y nueve y Entre amigos (Serie Sonia Ruiz 6). Relatos: Desencuentros, El sueño de Tántalo, Polos opuestos, Cuentos suspensivos, Malas artes. Artículos: La linterna mágica, Butaca de patio. Ensayo: Tres heridas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario