BUEN ESTRENO
Escribir literatura para jóvenes es algo muy serio, máxime si ese paso lo da un escritor que habitualmente crea para adultos, porque hay algunos autores que se plantean ese cambio como una especie de divertimento y terminan por menospreciar al público infantil y juvenil. Por fortuna, ese no es el caso de Rubén Castillo, que se estrena en el mundillo juvenil con una novela muy bien armada, salpicada de misterios, y con una intriga que a buen seguro atrapará a todos los lectores.
La historia de Joaquín, durante los días que pasó lejos de sus padres, alojado en el campo con su tía Paloma, podría parecer a priori un manido recurso argumental, pero su autor la plantea con el mismo rigor con el que encara todas sus obras, con un lenguaje que en todo momento respeta tanto a su protagonista como a los lectores que disfrutarán con estas páginas. El desencanto del joven por tener que verse relegado a estar con su tía, en unos momentos en los que también se decide su futuro familiar, y la posible monotonía de esa estancia campestre, se ven rotos por la peculiaridad de una cueva en la que se suceden hechos inquietantes, y lo mejor de todo es que asistimos a esos hechos, dosificados con maestría, al mismo tiempo que lo hace el propio Joaquín.
Con independencia de los valores que esta novela transmitirá a los jóvenes, y de las espléndidas ilustraciones de Mar del Valle que la acompañan, resulta de lo más gratificante disfrutar de la buena mano de Rubén Castillo, porque ha sido capaz de emplearla con la misma habilidad que ya ha demostrado tanto en la novela como en el relato, e incluso en el ensayo, a lo largo de una trayectoria literaria que amplía ahora sus registros con la seguridad del trabajo bien hecho y del talento bien administrado.
‘La cueva de las profecías’. Rubén Castillo.
Editorial: Edimáter. Sevilla, 2010. 117 páginas.
(LA VERDAD, "ABABOL", 8/1/2011)
Gracias por tu generosidad, Antonio. Es un gusto tener lectores como tú, te lo digo en serio. Un abrazo desde Molina.
ResponderEliminarHermano, lo que da gusto es leer buenas novelas como las tuyas, más gente debería saber lo que es bueno acercándose a tus páginas. Un abrazo
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