miércoles, 23 de febrero de 2011

CRÍTICAS LITERARIAS - PACO LÓPEZ MENGUAL

Ojos sedientos

Tan solo un escritor de mirada ávida podría atreverse a narrar cruentos episodios de la Guerra Civil desde la perspectiva de un joven pastor. Paco López Mengual, ya lo ha demostrado en sus dos novelas anteriores (“La memoria del barro” y “El mapa de un crimen”), tiene ojos siempre sedientos, y no sólo en lo literario, sino también en lo humano y cotidiano, por eso se agradece tanto una novela de este calibre, porque a pesar de las sombras de la muerte, cada página está repleta de vida.


El joven Marcial, humilde pastor de Barreiro, es el elegido por los espectros de los once fusilados del pueblo para que se convierta en su mensajero, y les ayude así a seguir luchando por una República cada vez más cerca de la extinción y la derrota. Nadie más que él puede verlos salir de esa fosa atropellada y furtiva que cavaron los futuros vencedores, y cuya huella en al tierra se asemeja a la de América del Sur. En manos de otro narrador, ni la situación resultaría creíble ni tampoco daría paso a una acerada crítica social de la España rural de la guerra, pero Paco López Mengual consigue que Marcial se gane el respeto de todo el pueblo, excepto de las fuerzas vivas, cuyos intentos por volver a eliminar a las once víctimas rayan la hilaridad.


Además de esta crítica social ya mencionada, del trazo sutil de personajes que pulularon por todo el país (maestro fusilado, cura fanático, falangista rijoso), no podía faltar en la novela una mujer espectacular y magnética, Elisa Febrero, con la que Marcial se empeña a toda costa en estrenar su masculinidad y huir después a América. Añádase a todo ello una buena sarta de historias tangenciales, mejor dicho, complementarias, atesoradas por ese afán que tiene el autor por recopilar vivencias y conversaciones ajenas, y estaremos ante una novela ágil e intrahistórica, de esas que nadie quiere que alcancen su punto final.


‘El último barco a América’. Paco López Mengual.

Editorial: Temas de Hoy. Madrid, 2011. 221 páginas.



sábado, 19 de febrero de 2011

CRÍTICAS LITERARIAS - MANUEL RIVAS


Fronteras de silencio

Tiene ojos y no ve, tiene orejas y no oye, tiene boca y no habla, ése es el abecé del buen habitante de Brétema, ése debe ser para Mariscal, el amo de la zona y del contrabando. Manuel Rivas aborda con gran valentía un tema que ha sido tabú en muchas localidades costeras de Galicia, y lo hace con el trazo habilidoso de unas criaturas que nacen, viven y mueren en esa naturaleza fronteriza repleta de silencios.


Además del capo, teñido por un hálito mitad cinéfilo mitad caribeño, estas páginas recogen las vidas de tres jóvenes: Brinco, Leda y Fins Malpica, tres niños acostumbrados a lidiar con lo que el mar devuelve a cada playa, y cuyas andanzas infantiles protagonizan la primera parte de la novela. Tres niños que se convierten en adultos en la segunda parte, a diferencia del eterno Mariscal, que como buen forajido parece estar por encima del paso del tiempo. Tres seres que verán cómo sus caminos se alejan y vuelven a cruzarse en un ambiente denso, embravecido, o teñido a la fuerza por las exquisitas maneras de Mariscal.


Brinco siempre fue un ganador, y siguió siéndolo cuando decidió trabajar al lado de Mariscal. Leda, indómita y salvaje, sobrevivió como pudo al lado de Brinco, criando a su hijo Santiago y colaborando de vez en cuando con el clan. Fins Malpica, en cambio, fue quien más se alejó de Brétema, pero todos los años pasados fuera le dieron la fuerza necesaria como para volver y tratar de ajustar una antigua cuenta pendiente. No hay dogmatismo en estas páginas, ni tampoco son maniqueas, Manuel Rivas perfila con enorme calidad la atmósfera callada y opresiva de la complicidad en los desembarcos, primero de tabaco, más tarde de drogas, pero evita hacer juicios, tan sólo presta sus ojos y su voz a las personas, de ahí la intensidad de todos los acontecimientos que narra. Nada hay silencioso cuando un buen escritor empuña su pluma.


‘Todo es silencio’. Manuel Rivas.

Editorial: Alfaguara. Madrid, 2010. 245 páginas.


miércoles, 16 de febrero de 2011

CRÍTICAS LITERARIAS - PABLO SÁNCHEZ


Sólo dinero

Pocas veces el tema central de una novela es el capitalismo más salvaje y las guerras intestinas de las grandes compañías, pero no se puede achacar únicamente la calidad de esta obra a la elección del tema. Si Pablo Sánchez obtuvo con ella el Premio Francisco Casavella fue también por el ritmo despiadado que imprime a su prosa, tan despiadado como las vidas de sus yuppies, y por la habilidad para la disección de los personajes que pueblan estas páginas.


César, el triunfador, capaz de abandonar la Filosofía por la consultoría empresarial, es un hombre dotado de un sexto sentido para sobrevivir en la jungla capitalista, pero en su armario hay un fracaso matrimonial y un par de esqueletos, sobre todo uno demoledor. No obstante, eso no le impide buscar contactos e influencias y tratar de reflotar la delegación que su empresa tiene en Barcelona, una oficina salpicada por los trastornos de una ex empleada, Yolanda, que ha dejado tras de sí un reguero de amenazas, pesimismo y mucha mala suerte. Los entresijos de la vida empresarial son jugosos, pero hay que saber cómo narrarlos, y Pablo Sánchez parece conocerlos de primera mano.


El ritmo de la escritura es intenso y a menudo hasta frenético, los escrúpulos brillan por su ausencia, y los cadáveres, ya sean reales o burocráticos, deben dejarse en la cuneta para que no le impidan al triunfador proseguir su estela ascendente. La política se hace presente porque hay muchos niveles de influencias en los que moverse, y las dentelladas vuelan por doquier. Pero por encima de todo ese ambiente wallstreetiano hay un objeto, un macguffin, un rosebud que preside muchas de las acciones, una vieja cámara de súper ocho que desempeñará un papel vital en esta historia cuya lectura es adictiva, casi tanto como se vuelve el trabajo para sus protagonistas, que se aferran a él como si en ello les fuera algo más que la vida.


‘El alquiler del mundo’. Pablo Sánchez.

Editorial: Destino. Barcelona, 2010. 315 páginas.

LA VERDAD - ABABOL (29/1/11)


lunes, 14 de febrero de 2011

TRAMPANTOJOS


Un hombre agreste va sentado en el autobús, junto a la ventanilla, de espaldas a la marcha, con un sofisticadísimo teléfono móvil enclaustrado en su mano, uno de esos aparatos con teclado minúsculo, agenda electrónica y centenares de aplicaciones. El aparato suena con frecuencia y él se limita a interrumpir la llamada, sin contestar, para devolver de nuevo la mano a su mejilla. Una mejilla surcada por décadas de trabajo en el campo, al aire libre, llena de las grietas de tantas cosechas recogidas. La expresión es mitad indiferente mitad triste, de nuevo pulsa el botón e interrumpe la melodía. En su oreja izquierda brilla una pequeña bola de oro, el pendiente y el móvil serán la marca de los hijos, el hierro con el que lanzar al exterior al patriarca de su propiedad, como si con ambos adminículos tranquilizaran el remordimiento de conciencia de no acompañarle en sus últimos años.

martes, 8 de febrero de 2011

LA LINTERNA MÁGICA - LISÍSTRATA

LISÍSTRATA

Las mujeres siempre han tenido un ojo especial para la política, ya lo demostró Aristófanes con su comedia, en la que una huelga de piernas cerradas ponía fin a varios años de guerra, claro que con Maribel Verdú en la pantalla, la guerra no hubiera durado ni lo que se tarda en pronunciar la palabra. El caso es que como la Historia suele repetirse, ahora ha surgido una política belga dispuesta a rememorar la lucha de Lisístrata, y ha propuesto que las mujeres de los políticos de aquel país se entreguen a la abstinencia hasta que sus cónyuges formen gobierno, porque al paso que van batirán en marzo el récord mundial (todas las estupideces tienen su plusmarca, como ya sabemos) de días sin gobierno, título que ostenta todavía Iraq.


La señora Marleen Temerman, ginecóloga (olé ahí la manera de garantizarse revisiones, por aquello de la inactividad) y socialista, retoma el testigo que algunos días empuñara el actor Benoit Poelvoorde (sí, ya sé que con el apellido de marras habrán pensado si no habrá sido éste el inductor de la medida de austeridad sexual), quien pretendía que no se afeitara un solo belga hasta que hubiera gobierno… Digo yo que se referiría a los varones, porque si no, la propuesta dela Temerman iba a ser, por fuerza, consecuencia de la del actor.

La verdad es que Europa anda revuelta, y no me extraña, porque los líderes políticos tienen el sexappeal más o menos donde la honradez, vamos, donde las avispas tienen la gracia, no hay más que ver a Zapatero, Rajoy, Berlusconi (pagando no vale, ¿eh?) o Sarkozy…, vaya plantel, así es muy fácil mantener las piernas cerradas. Me había prometido no hacer comentarios hirientes, pero es que viendo la cara de esta mujer, me da a mí que en Bélgica va a triunfar la anarquía, porque con tal de no acercarse a ella no va a haber quien gobierne. Tal vez sea una estrategia más sibilina, y se le haya ocurrido para justificar el hecho de que su marido no le ponga un dedo encima ni en el día de su cumpleaños.




Ojalá no triunfen este tipo de protestas, porque con la que está cayendo, si nos quitan ciertos desahogos muy necesarios, cualquier día nos da por hundir el continente, eso o buscar políticos macizos tipo Maribel Verdú o José Coronado, a ver si nos alegran la vista parlamentaria, que anda muy decaidita, la pobre.