lunes, 30 de abril de 2012

LETAL COMO UN SOLO DE CHARLIE PARKER


   Las Vegas, años 50, los solucionadotes de problemas emergen del desierto, las estrellas de Hollywood alternan con la mafia más refinada, y sólo los detectives  inteligentes sobreviven entre cámaras y pruebas nucleares. Eddie Bennett, alias el Figura, es un hombre con contactos, algo impagable en esta época retratada magníficamente por Javier Márquez Sánchez, con un ritmo vertiginoso; sólo por el pasaje en el que Bennett y John Wayne se conocen, ya merece la pena leer esta novela, además de que no hay una sola página de respiro.
  
Letal como un solo de Charlie ParkerJavier Márquez Sánchez.
Editorial: Salto de Página. Madrid, 2012. 268 páginas.
(LA VERDAD , ABABOL, 28/4/2012)

UN BUEN DETECTIVE NO SE CASA JAMÁS


            El detective Zarco, cuarentón, solitario y gay, se refugia en la mediterránea casa de su amiga Marina, ignorante de que entra en los enigmáticos dominios de un extraño pedicuro, una fámula vengativa y una estirpe de gemelas monocigóticas. Marta Sanz juega con las sombras, con la niebla de los recuerdos y con inconfesables secretos en esta novela en la que Zarco parece un convidado de piedra, sólo sacudido por la voz de su ex, Paula, y el deseo de su actual, Olmo, sus dos únicos salvavidas.

Un buen detective no se casa jamásMarta Sanz.
Editorial: Anagrama. Barcelona, 2012. 314 páginas.
(LA VERDAD, ABABOL, 28/4/2012)

domingo, 22 de abril de 2012

UN TAXI PARA PRIDEN


Quien lo probó, repite


     Si alguna vez alguien se pregunta si el destino puede fiarse al veleidoso capricho de la cara y la cruz, habría que recomendarle esta novela pergeñada al alimón por Fefa Martí y Francisco G. Marín, porque ellos se encargarán de demostrarle al lector que, por muy bien que se lance siempre esa moneda, su trayectoria en el mapa hay que seguir alimentándola con cada párrafo. Y eso es lo que han hecho con las existencias de Eva y de Max, dos barcos a la deriva de la madurez que terminan por encontrarse, casi chocando, en la pequeña y aislada localidad de Priden, y que, tras algunas dudas y no pocos miedos, deciden darse una nueva oportunidad en una singladura más.

Y eso que cada uno de ellos arrastra tras de sí un voluminoso equipaje de nostalgias, la profesora Eva, varios desengaños y la muerte de Antonio, el último hombre que se empeñó en intentar hacerla feliz; el sarcástico Max, la certeza de haber perdido la fidelidad y el amor de Ana, y la voluntad de dejarse llevar por esa moneda que echó a rodar sobre un mapa en busca de un rincón donde empezar de nuevo y en el que poder terminar su novela. Con todo, el cortejo que ambos inician, y que está relatado de manera magistral por los dos autores, cultivando hasta tres voces narrativas distintas, no deja de ser una apuesta que exige de los dos personajes el progresivo abandono del pasado y las desconfianzas, y un brindis dedicado a las oportunidades casi adolescentes, las mismas que les ayudan a hacer frente, y hasta a burlar, a las murmuraciones propias de un pueblo tremendamente endogámico.

Tal vez el lector crea estar ante una historia poliédrica, pero las piezas empezarán a encajar con una suavidad extrema, porque no hay mayor delicadeza, mayor ilusión, que las que prometen las segundas, o terceras oportunidades, ésas en las que los baúles del pasado sirven para dar naturalidad, y mucha viveza, a los diálogos, y para que hasta resulte coherente una cena en la que asesinar a los espíritus, celebrar una boda ficticia, asistir a una misa de madrugada socialmente escandalosa, o presenciar una intervención divina en mitad de una nevada. Para quien dude de la literatura escrita a cuatro manos, ésta es una novela capaz de demoler tópicos, capaz de darle todos los triunfos de la partida al amor, por maduro y estrambótico que a veces pueda parecer.


Un taxi para PridenFefa Martí, Francisco G. Marín.
Editorial: Atlantis. Madrid, 2011. 386 páginas.
(LA VERDAD, ABABOL, 21/4/2012)

EL FINAL DE LA RAZA BLANCA


            Tras varias novelas reconocidas, emprende Eugenia Rico el camino del relato, y lo hace conociendo bastante bien sus engranajes, pues cultiva el asombro, los enigmas, las realidades deformadas por la lente del recuerdo o del doble plano de la ilusión, y hasta las sorpresas encerradas en las líneas finales. Y tampoco se olvida del humor, la ternura y la crueldad que pueden ejercer tanto el poder como el mal, en estas catorce piezas que rozan la delicia literaria y la precisión de los buenos artesanos.


El fin de la raza blancaEugenia Rico.
Editorial: Páginas de Espuma.  Madrid, 2012. 101 páginas.
(LA VERDAD, ABABOL, 21/4/2012)

martes, 17 de abril de 2012

DÍA DEL LIBRO, VOCES PARA ANTONIO PARRA

Es un orgullo que unas cuantas personas de mi ciudad decidan celebrar el Día del Libro leyendo una de mis novelas en plena calle.


2012-04-23

Voces para Antonio Parra
Imagen actividad 
Lugar C./ San Miguel
DescripciónDentro de la Semana de Abrirlibro, organizada por la Red de Bibliotecas Municipales de Cartagena
con motivo de la celebración del Día del libro, este año hemos propuesto la lectura en cadena
del libro "Ojos de fuego" de Antonio Parra.
La lectura será ininterrumpida desde las 10:00 h. hasta las 12:30 h. en la calle San Miguel.
Contaremos con la presencia del autor Antonio Parra.
Si estás interesado ponte en contacto con la Red de Bibliotecas a través del correo bibliotecas@ayto-cartagena.es

lunes, 16 de abril de 2012

RESEÑA SOBRE APOCALIPSIS 17,1

Dejo aquí la reseña sobre mi novela que publicó Antonio Ortega en La Verdad, el sábado 14 de Abril. Aprovecho para darle las gracias por su palabras.

LA NOVELA DE UN ASESINO EN SERIE

11/4/2012 Antonio Ortega


La prosa exuberante, culta y densa de Antonio Parra (Madrid, 1965, y afincado en Cartagena) se acelera al tiempo que la trama policiaca se adentra en la selva del mal, hasta encontrarse con los ojos del asesino.

Elisa Montes apacigua a los noctámbulos en su programa de radio, 'La sonrisa de la luna', al que llama un iluminado que confiesa con frialdad una serie de crímenes. El detective Alonso Marquina se hace cargo del caso como si fuese el último de sus fracasos, mientras desahoga en alcohol las penas de familia, una mujer ausente y una hija perdida. El desasosiego y la soledad de la madura locutora es un buen caldo de cultivo para la mente enfermiza de Denis, su peligroso interlocutor. El trío de protagonistas está marcado por la culpa de unas vidas truncadas, los tres son personas solitarias, tienen un pasado que olvidar y un futuro desolador.

Antonio Parra ha conseguido ensamblar una excelente novela policíaca, la novela de un asesino en serie, de una popular periodista atrapada en el universo de las ondas y de un policía fracasado como Carvahlo de Vázquez Montalbán o Bevilacqua de Lorenzo Silva, o como el mismo Sergio Montes de su anterior novela 'Ojos de fuego'. Enfrente hay un maniaco que lee el 'Apocalipsis' y descuartiza mendigos como Patrick Bateman en 'American Psicho'.

El ritmo trepidante de la segunda mitad de la novela, casi cinematográfico, nocturno, de la ciudad de Cartagena, nuevo espacio mítico, es ignorado por los ojos glaucos del joven mensajero que, con la música de Vivaldi en sus auriculares y a lomos de una vieja moto, busca víctimas al azar por la geografía carnavalesca de sus calles. Como los ninjas vengadores de Murakami.

Pero la mirada de nuestro escritor se posa en los detalles que hilvanan la cadena de la vida y de las gentes de la ciudad y así descubrimos la placidez de la burguesía cartagenera en las amigas que se reúnen en el Gran Café; la aséptica soledad de los pacientes del hospital y del geriátrico; la sordidez carnal de los prostíbulos del puerto; la sempiterna lucha de poder en la comisaría. No faltan algunas gotas de humor en los diálogos de máxima tensión y una cercana reflexión metaliteraria con el pseudoescritor Prado, quien pone nombre al asesino y rehace con desgana una reseña en 'La Verdad'.

Una novela agria, dura, como la vida inquietante que nos rodea. Una novela de género con los ingredientes de un largometraje realista y comprometido. Enhorabuena.