Quien lo probó, repite
Si
alguna vez alguien se pregunta si el destino puede fiarse al veleidoso capricho
de la cara y la cruz, habría que recomendarle esta novela pergeñada al alimón
por Fefa Martí y Francisco G. Marín, porque ellos se encargarán de demostrarle
al lector que, por muy bien que se lance siempre esa moneda, su trayectoria en
el mapa hay que seguir alimentándola con cada párrafo. Y eso es lo que han
hecho con las existencias de Eva y de Max, dos barcos a la deriva de la madurez
que terminan por encontrarse, casi chocando, en la pequeña y aislada localidad de
Priden, y que, tras algunas dudas y no pocos miedos, deciden darse una nueva
oportunidad en una singladura más.
Y eso que
cada uno de ellos arrastra tras de sí un voluminoso equipaje de nostalgias, la
profesora Eva, varios desengaños y la muerte de Antonio, el último hombre que
se empeñó en intentar hacerla feliz; el sarcástico Max, la certeza de haber
perdido la fidelidad y el amor de Ana, y la voluntad de dejarse llevar por esa
moneda que echó a rodar sobre un mapa en busca de un rincón donde empezar de
nuevo y en el que poder terminar su novela. Con todo, el cortejo que ambos
inician, y que está relatado de manera magistral por los dos autores,
cultivando hasta tres voces narrativas distintas, no deja de ser una apuesta
que exige de los dos personajes el progresivo abandono del pasado y las
desconfianzas, y un brindis dedicado a las oportunidades casi adolescentes, las
mismas que les ayudan a hacer frente, y hasta a burlar, a las murmuraciones
propias de un pueblo tremendamente endogámico.
Tal vez el lector
crea estar ante una historia poliédrica, pero las piezas empezarán a encajar
con una suavidad extrema, porque no hay mayor delicadeza, mayor ilusión, que las
que prometen las segundas, o terceras oportunidades, ésas en las que los baúles
del pasado sirven para dar naturalidad, y mucha viveza, a los diálogos, y para
que hasta resulte coherente una cena en la que asesinar a los espíritus, celebrar
una boda ficticia, asistir a una misa de madrugada socialmente escandalosa, o presenciar
una intervención divina en mitad de una nevada. Para quien
dude de la literatura escrita a cuatro manos, ésta es una novela capaz de
demoler tópicos, capaz de darle todos los triunfos de la partida al amor, por
maduro y estrambótico que a veces pueda parecer.
Un taxi para Priden. Fefa Martí, Francisco
G. Marín.
Editorial: Atlantis. Madrid, 2011. 386 páginas.
(LA VERDAD, ABABOL, 21/4/2012)