(LA VERDAD, "ABABOL", 24/5/2014)
ANTONIO PARRA SANZ (Madrid 1965), profesor de Lengua y Literatura, de Escritura Creativa y crítico literario. Novelas: Ojos de fuego, La mano de Midas (Premio Libro Murciano 2015), Los muertos de las guerras tienen los pies descalzos; Acabo de matar a mi editor, Dos cuarenta y nueve y Entre amigos (Serie Sonia Ruiz 6). Relatos: Desencuentros, El sueño de Tántalo, Polos opuestos, Cuentos suspensivos, Malas artes. Artículos: La linterna mágica, Butaca de patio. Ensayo: Tres heridas.
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sábado, 24 de mayo de 2014
martes, 20 de mayo de 2014
LA VERDAD SOBRE EL CASO HARRY QUEBERT - JOËL DICKER
Móvil perpetuo
Así
se mueve esta novela, sometida a la fuerza de una triple gravedad narrativa,
porque el suizo Joël Dicker ha logrado armar un engranaje magnético con tres
tramas convertidas en una, y el lector se ve zarandeado por ellas desde las
páginas iniciales, mientras se va estimulando su curiosidad hasta el punto de
no poder abandonar la lectura con facilidad. Agasajado por la crítica de media
Europa, este joven autor ha demostrado tener una potencia creativa de muchos
quilates, porque sólo así se puede explicar la brillantez con la que entrelaza
contenidos negros, amorosos e incluso metaliterarios. Y además lo hace
manejándose en tres planos temporales (1975, 1998 y 2008), sin que el lector
sufra ninguna clase de vértigo en cada uno de los saltos.
La admiración
que el escritor Marcus Goldman siente por el que fuera su maestro literario,
Harry Quebert, marca el inicio de la novela, cuando el joven neoyorquino vuelve
a refugiarse en New Hampshire en busca de una inspiración que cree perdida tras
el monumental éxito de su primera obra. A partir de ahí, todo se irá
acelerando, y Dicker empieza a suministrar pequeñas píldoras de efectos tan
alucinógenos como retardantes: el hallazgo del cadáver de Nola Kellergan en el
jardín de Quebert, el descubrimiento de la pasión que el escritor mantuvo
oculta, treinta y tres años atrás, por la quinceañera Nola, una suerte de
Lolita campestre, la cerrada sociedad de una pequeña localidad como Aurora, e
incluso los entresijos del siempre voraz mundo editorial norteamericano, donde
el marketing y la publicidad pasan por encima de la literatura como
apisonadoras borrachas.
Con una
estructura muy ágil, Dicker nos permite seguir la investigación que Goldman
emprenderá para limpiar el nombre de su mentor, al tiempo que nos presenta una
galería de personajes que no tiene desperdicio: el predicador atormentado, la
camarera insatisfecha, el chófer discriminado, el rico que intenta limpiar su
conciencia, el policía pueblerino, el editor carroñero, el agente federal
descreído, la jovencita fácil de ilusionar…, y sobre todo, los dos escritores
que han tratado de construirse su propia imagen gracias al triunfo literario.
Eso sí, que nadie se relaje durante la lectura, porque las sorpresas irán
cayendo como fruta madura, y los juegos mentales y nemotécnicos que irá
proponiendo Joël Dicker harán cierta una de las frases que Harry Quebert le
regaló a su discípulo Goldman: “la mejor novela es aquella que nunca deseamos
terminar de leer”. Algo así experimentará el lector cuando se decida a abrir
las páginas de esta novela y poner en marcha su diabólico mecanismo.
La verdad sobre el caso Harry
Quebert. Joël Dicker.
Alfaguara. Madrid 2014. 672 páginas. 22 euros.
(LA VERDAD, "ABABOL", 17/5/2014)
lunes, 12 de mayo de 2014
DOCE LUNAS - RAQUEL LANSEROS
DOCE LUNAS
RAQUEL LANSEROS
LAS
PEQUEÑAS ESPINAS SON PEQUEÑAS
1) Ha distribuido el poemario en cuatro partes muy
diferenciadas, en las que se habla del rocío, las mariposas, la utopía o el
pasado. ¿A qué se debe esta estructura?
Mediante estas cuatro partes he querido simbolizar
las cuatro primeras décadas de la vida humana. El rocío está presente al
amanecer, cuando despunta el día y por tanto se refiere a la infancia. Las
mariposas, alegres, hermosas, inquietas, que no cesan de revolotear, simbolizan
la adolescencia y sus chispeantes ilusiones. La utopía, tan necesaria, tan
amiga de los sueños y del afán de justicia alude por supuesto a la juventud. Y
la última parte, “El pasado es prólogo” –tomado de un verso de Shakespeare en La tempestad se refiere a la madurez,
esa época en la que todavía quedan muchas cosas por vivir, pero ya hay una
experiencia acumulada que sirve de prólogo o introducción.
2) ¿Qué importancia tiene para usted la palabra
“contigo”?
“Contigo” es una palabra que me resulta especialmente
hermosa por varias razones. En primer lugar, desde el punto de vista
etimológico es un bello vestigio del paso del latín al castellano, llevando en
su seno esa preposición “cum” (con) repetida “cum-tecum”, dándonos una idea
precisa de cómo los hablantes habían ya olvidado el significado primigenio de
las palabras latinas. Y en segundo lugar, el significado no puede ser más
inclusivo y trascendente, una palabra que se centra en el tú, en el otro, y es
emblema de la alteridad, entendida por todas múltiples corrientes filosóficas
como el proceso de conversión del yo en el nosotros.
3) De las tres mujeres que hay en usted, ¿con cuál se
queda ahora mismo?
Como señalara la efigie de Tebas, todas las personas
tenemos tres edades, -siempre que la salud y la suerte así lo permitan- el
niño, el adulto y el viejo. De las tres yo me quedaría con la del medio, la
adulta, ni demasiado joven como para no tener experiencia ni demasiado vieja
como para que el cuerpo ya se vivencie como una carga. Y justamente coincide con
la edad en la que estoy ahora.
4) “Hay un niño
asombrado de rodillas gastadas / dentro de todo hombre que ama a una mujer”, ¿responden estos versos al concepto que Raquel
Lanseros tiene del amor?
En líneas generales sí, creo que el amor nos llena
siempre de asombro, como un nuevo retoñar que nos retrotrae a la mágica
infancia. Por eso alguien enamorado es siempre un niño de algún modo, aunque
eso sí, tiene las rodillas gastadas como recuerdo de las inevitables rozaduras
que la vida ya ha producido en el adulto que es.
5) ¿Hasta qué punto están presentes la soledad y la
amargura en estos poemas?
Supongo que hasta el mismo punto que están presentes
en la propia vida: ni la llenan por completo ni dejan nunca de aparecer en
ocasiones.
6) ¿Y cuánto hay en ellos de las experiencias vitales de
su autora? O dicho de otra forma: ¿arrastra Raquel Lanseros un equipaje
existencial voluminoso?
Es difícil juzgar el equipaje existencial propio,
pero supongo que puedo decir aquello tan hermoso de Neruda: “confieso que he vivido”,
dentro de mi edad y posibilidades. He sido siempre una persona bastante
inquieta y he intentado no volverle nunca el rostro a la vida por cobardía.
Cuando he sentido la necesidad imperiosa de recorrer un camino, me he
sobrepuesto al miedo y lo he hecho, lo cual no significa que no haya tenido mi
buena ración de “pequeñas espinas” en el intento. Algo de todo eso ha de
traslucirse por fuerza en mis poemas.
7) ¿Hay en esta obra poemas más líricos o intimistas, o
en cambio predomina un poco el verso narrativo?
Yo creo que el libro es una mezcla de ambas cosas, en
diferentes dosis, pero salvaguardando como tono general esa ambivalencia o
heterogeneidad.
8) El poema ‘Aritmética’ transmite un aire muy lúdico,
¿le gusta el juego en su poesía?
Me gusta el juego en la poesía y en la vida, sí,
siempre y cuando trate de hacerse con inteligencia y evite la frivolidad o la
banalización.
9) ¿Cuáles son sus deudas poéticas, a quiénes no puede
dejar de leer?
Son tantos que es
imposible nombrarlos a todos. Todo aquel que escribe versos es sin duda un gran
lector de poesía. Hace falta leer constantemente para escribir poesía. En mi
infancia me influyeron de modo decisivo Antonio Machado, García Lorca, Pablo
Neruda, Juan Ramón Jiménez. Ahora podría citar cientos de nombres, por ejemplo
Emily Dickinson, Vallejo, Miguel Hernández, Claudio Rodríguez, Octavio Paz,
Jaime Sabines, Idea Vilariño, Prévert, Robert Frost y tantísimos otros.
10) ¿Qué ha cambiado entre lo que esperaba de la poesía
cuando empezó y lo que ella le ha dado hasta ahora?
La poesía me ha dado muchísimas cosas, tengo una
inmensa deuda de gratitud para con ella, que espero saldar continuando en mi
empeño de servirla. Hay personas extraordinarias, lugares maravillosos,
sensaciones inigualables que nunca hubiera podido conocer o sentir sin la
poesía. Es generosa y benefactora siempre que no detecte mezquindad o
cortoplacismo en la entrega.
11) El verso que cierra el libro: “No hay verdad más profunda que la vida”, ¿encierra una declaración
de intenciones sobre lo que ha de venir en obras futuras?
No puedo estar segura ahora mismo de qué vendrá en
obras futuras, puesto que primero necesito vivir para contarlo. De lo que sí
estoy segura es de que, aun amando como amo la poesía, la vida está por encima
de cualquier cosa, lo cual no deja de ser una luminosa obviedad.
12) ¿Cómo convencería a un lector desconocido para que se
acercara hasta sus versos?
Podría quizá parafrasear para él o para ella los
versos de Marina Tsvietáieva con los cuales arranca mi libro: “A ti, que nacerás dentro de un siglo, / cuando
de respirar yo haya dejado, / de las entrañas mismas de
un condenado a muerte, /con mi mano te escribo.”
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Doce Lunas,
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Raquel Lanseros
sábado, 10 de mayo de 2014
UNA HISTORIA PERDIDA - MARISOL ORTIZ DE ZÁRATE
La búsqueda
Tiene
Marisol Ortiz de Zárate una doble habilidad narrativa, tal y como ha demostrado
en otras obras de género juvenil, por un lado, es una apasionada de las
búsquedas, y por otro, maneja con infinita soltura dos tramas argumentales, sin
que el lector resulte extraviado, porque con cada una de ellas acrecienta su
interés. Y esos son los dos valores quizá más importantes de esta novela,
merecedora del XXXII Premio Felipe Trigo, el tercero es el buen tino que tiene
para perfilar sus personajes.
Emma
acusa la noticia de que su vida se va a escapar entre los jirones del
alzheimer, y ese detonante le hará abandonar a Germán, su marido, para huir
hasta la ciudad de sus orígenes, en busca del pasado pero sobre todo en busca
del hijo que nunca le permitieron tener. Sesenta años antes, el titiritero
Jêrome recorre Francia junto a su hija Colombeta y a dos peculiares jóvenes,
Martín y el Tonto, viviendo a salto de mata, entre representaciones pueblerinas
y la pasión por la hija, que va siempre un punto más allá de lo filial.
Cada
capítulo guarda una estancia para ambos argumentos, y Marisol Ortiz de Zárate
sabe combinarlos con tanta delicadeza como planificación, respetando siempre al
lector, y al mismo tiempo sin romper la confianza y la intuición de que tal
vez, avanzando la novela, ambas líneas puedan llegar a coincidir. Presente y
pasado, la España finisecular y la Francia que iba sospechando el inicio de una
nueva guerra. Y entre ambos mundos, el Lobo, un personaje tan extraviado como
necesitado de una misión en la vida, un apoyo fundamental para las lagunas de
Emma, quien a veces sólo se aferra a la realidad leyendo las andanzas de su
tocaya Bovary.
Hay
vida en estas páginas, confidencias, secretos, tristezas, desengaños y más de
un misterio, pero hay, más que nunca, una humanidad impresionante por parte de
una escritora tan buena como sensible.
Una historia perdida. Marisol Ortiz de Zárate.
Algaida. Sevilla 2013. 328 páginas. 19 euros.
(LA VERDAD, "ABABOL", 10/5/2014)
NO TAN INCENDIARIO - MARTA SANZ
Demuestra
Marta Sanz que se puede desacralizar la cultura, y lo hace con varios ensayos
en los que la cordura y la crítica afilada predominan por encima de
convencionalismos y politiquerías ultra correctas. Con el objetivo de formular
unas cuantas preguntas, y buscar a quien sea capaz de responderlas con juicio,
este volumen pasa lista a la concepción de la literatura, al futuro de la
novela, a los presupuestos filosóficos y hasta enreda los hilos sociales tras
los que se esconden quienes desean manejarnos. Un punto necesario de reflexión.
No tan incendiario. Marta Sanz.
Periférica. Cáceres
2014. 192 páginas. 14’75
euros.
(LA VERDAD, "ABABOL"10/5/2014)
LOS EXTRAÑOS - VICENTE VALERO
Dedica
Vicente Valero esta novela a esas ramas familiares que siempre nos han
cautivado, bien por su exclusividad, bien por su carácter enigmático, aquellos
miembros que hay en todo clan capaces de despertar la fascinación y la
curiosidad por bucear en sus biografías. Un teniente de ingenieros, un campeón
de ajedrez, un bailarín de musicales y un sobrio militar republicano son los
cuatro protagonistas sobre los que el autor ibicenco ha indagado para
concederles voz, gracias al recuerdo y la nostalgia, los dos barnices con los
que se tiñe su prosa.
Los extraños. Vicente Valero.
Periférica. Cáceres
2014. 176 páginas. 16’75
euros.
(LA VERDAD, "ABABOL", 3/5/2014)
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