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viernes, 31 de enero de 2014

DOCE LUNAS - SIMÓN HERNÁNDEZ AGUADO

DOCE LUNAS

SIMÓN HERNÁNDEZ AGUADO
SI LOS COCHES HABLARAN


1)     ¿Qué es la poesía para Simón Hernández?

- La poesía es algo tan sencillo y tan complejo como poner voz a lo cotidiano. El poeta debe comprar las herramientas de su taller de palabras en el asfalto de la calle, si no, puede que existan poetas pero lo que escriban jamás será poesía.

 
2)     Dos libros, No hay nadie en el espejo y Si los coches hablaran, dos poemarios con poco más de veinte años, ¿es Simón un autor precoz?

- Bueno, lo de sacar un libro al mercado no es un proceso fácil pero sí necesario para alguien que está viviendo todo lo que nos rodea. La realidad, cada día un poquito más fea, las ganas de cambiarla, las historias que se caen de las pupilas de un tal alguien a las siete de la mañana,… un libro marca la etapa de mi vida, no le pongo demasiada importancia a cuando vendrá otro, solo me encargo de disfrutarlos como si no existiera el paraíso.

3)     ¿Cuál de los dos se ha escrito con mayor fluidez, y con cuál de los dos está más satisfecho?

- El segundo en los dos casos. La madurez que uno adquiere con el paso del tiempo te permite afrontar nuevos retos con mayor fluidez, aceptarlos y, por supuesto, estar más satisfecho.

4)     En sus versos habla, además del amor, la memoria o la muerte, de temas sociales ¿significa eso que es partidario de que el poeta abandone la torre de marfil en la que a veces se encierra?

- El poeta debe renunciar al círculo de café para salir a la calle, y ahora incluso debe echarse protección solar, porque lleva tanto tiempo en la caverna… El corazón de la poesía son las baldosas de la calle, no los poetas, el poeta es sólo un medio que, desde hace tiempo, y en el 90% de los casos, se cree un Dios, y algo de razón llevan cuando empiezan a vivir después de muertos.

5)     Es usted muy joven, tanto en lo personal como en lo literario, ¿se ve ganándose la vida como escritor, como poeta?

- Puede que sí, pero eso sólo lo decidirá el tiempo. Es algo muy difícil pero con los minutos uno se da cuenta de que si el escritor no puede vivir de lo que escribe, a veces quizá no le ponga el empeño que merece su obra.

6)     ¿Qué influencias poéticas están presentes en sus versos, cuáles son las herencias literarias de Simón Hernández?

- Yo siempre digo que Ángel González vive al lado de mi cama (risas), pero por supuesto Valverde, Prado, Lorca, Quevedo y otros menos conocidos como poetas pero muy conocidos como compositores de coplas de Carnaval (Juan Carlos Aragón, Martínez Ares,…)

7)     Ya hemos hablado de lo social, pero ¿qué otros temas le gusta tratar en sus versos?

- Por supuesto, siempre me gusta viajar a la infancia, allí la felicidad es innegociable. Pero también me gusta robar las historias de los demás y hacerlas mías. En la calle pasan cosas maravillosas todos los días y si nadie les da voz pues por lo menos habrá que darle poemas.

8)     De Carboneras a Cartagena, ¿de dónde se siente, cómo afectan la tierra y el paisaje a sus versos?

- Ahora me siento más de Cartagena, y me explico. Cartagena se ha convertido en mi casa, aquí tengo un trabajo, un equipo, una familia y una novia. Carboneras es la tierra donde nací y por eso siempre ocupará un lugar privilegiado en mi corazón. Ella es la niña bonita de mis ojos pero, hasta que alguien sea capaz de gestionar su talento, nuestro amor es utópico.

9)     ¿Le ha tentado alguna vez cultivar otros géneros literarios, la novela, por ejemplo?

- Empecé una pero la dejé a medias, quizás no tendría nada más que decir o lo que me venía a la cabeza no tenía nada que ver conmigo. El lector merece el máximo respeto y jamás escribiré algo con lo que discrepe.


10) Es usted una persona muy activa en las redes sociales, ¿está reñida la poesía con los avances tecnológicos?

- Por supuesto, hay que ser activo, sobre todo si tienes 22 años. Las nuevas tecnologías forman parte de la realidad en un mundo donde las cosas offline y online se separan con un clic, y si la poesía está viva, ¿por qué no ha de mostrarse online?

11) ¿Cuáles son sus proyectos literarios más inmediatos?

- Ahora mismo, disfrutar como un niño de Si los coches hablaran con todos los que me rodean.

12) ¿Cómo  convencería a un lector desconocido para que se acerque a sus versos y a la poesía en general, que a veces parece un género un tanto minoritario?


- La poesía no es minoritaria. Pep Guardiola busca en su fútbol, como bien dice él, una gota de poesía, Steve Jobs también lo buscaba con Apple. La poesía nace de la medicina y del sufrimiento diario, y ambas cosas no son ajenas a nadie. Acercarse a la poesía solo es una oportunidad para ser más feliz. ¿Crees que alguien va a perder esta oportunidad? Yo creo que no.




domingo, 26 de enero de 2014

OPERA MAGNA - VICENTE MARCO

Jaque diabólico

            La intriga, al igual que el terror, multiplica sus efectos si se centra en lo psicológico, y bien que lo ha demostrado Vicente Marco en esta novela, ganadora del Premio Jaén 2013, una obra en la que hace de la manipulación mental un verdadero y diabólico arte. Y es que la manera en la que Diego Leonarte irrumpe en la vida del escritor Mando Benavides y su esposa Aina es digna de la bacteria más dañina e inteligente que pueda concebirse, la que amenaza con destruirnos incluso adelantándose a cualquier paso terapéutico o curativo que seamos capaces de planear, la que se disfraza de bondad asegurando con esa máscara su supervivencia.

            El autor valenciano ha urdido una tela de araña, entretejiéndola con el amianto más tupido, puesto que la persistencia del joven Diego, admirador del escritor Benavides, deja paso muy rápidamente a un teatro de marionetas dirigido por una mente superior, una maquiavélica partida de ajedrez, cuyo mate es el deseo furibundo de manejar la existencia del matrimonio, condicionando y alterando incluso las decisiones más privadas de una pareja que, con sus más y sus menos, había vivido siempre sin él.

            Precisamente el punto de partida de la admiración desmedida, al igual que el ego del escritor, conforman el pasaporte con el que Diego se cuela entre la pareja, ganándose el cariño de Aina con su delicadeza, la misma que Mando no es capaz de ver por ningún lado, atosigado como está por el vértigo de acontecimientos que no puede controlar, y que cada vez más le acercan a la expulsión de la que hasta entonces había sido su vida.

            Y lo mejor de todo, o una de las mayores virtudes de la novela, radica en la prosa de Vicente Marco, en la que no hay lugar para la digresión, para el meandro narrativo, sino todo lo contrario, el monólogo que maneja Mando Benavides es escueto, y tan terrible como la experiencia que le ha tocado vivir. Hace falta tener la mente muy despejada y una calidad literaria sobresaliente para mantener ese lenguaje lleno de trallazos, directo como pocos, porque sólo así el lector adquiere y comparte la verdadera dimensión de lo que está ocurriendo, del ansia maternal que padece Aina, la determinación ciega de Diego Leonarte y los infructuosos intentos de Mando Benavides para recuperar su vida de siempre.

            Quien abra esta novela debe estar preparado para no interrumpir su lectura hasta el final, y asumir que en ese final puede encontrarse con cualquier sorpresa, tal es la potencia psicológica de esta impresionante obra.

Opera magna. Vicente Marco.
Almuzara. Córdoba 2013. 272 páginas. 15 euros.
(LA VERDAD, "ABABOL", 25/1/2014)

SI LOS COCHES HABLARAN - SIMÓN HERNÁNDEZ AGUADO


            Muestra Simón Hernández Aguado una soberbia madurez en este nuevo poemario, pero bien entendida, la madurez que alberga en sus versos desengaño, lucidez para enjuiciar el tiempo, el dolor, la soledad, el abandono, la injusticia, o su realidad, que es siempre la nuestra. Esta obra rezuma por todos los poros la sensibilidad de un poeta joven de edad, pero no de poesía, porque sigue disfrutando de ella como un niño, y porque además es capaz de alumbrar también siete prosas poéticas con las que homenajear a su tierra y su memoria.

Si los coches hablaran. Simón Hernández Aguado.
Círculo Rojo. Almería 2013. 78 páginas. 10 euros.
(LA VERDAD, "ABABOL", 25/1/2014)

sábado, 18 de enero de 2014

AJUSTE DE CUENTAS - BENJAMÍN PRADO

Cuando la verdad crece

     A veces cuesta mucho trabajo encontrar la verdad, sobre todo si se esconde detrás de la última mentira, y con esas precauciones afrontará Juan Urbano el encargo que acaba de recibir: novelar la carrera del empresario y banquero Martín Duque, recién salido de la cárcel y con todas las ganas del mundo de hacer justicia, su justicia. Benjamín Prado enarbola un inicio novelesco muy atrayente, porque el escritor Juan Urbano se ha visto sacudido, como todos, por la crisis, y sus colaboraciones en radio y prensa, además de sus conferencias, se han reducido al polvillo que dejan tras de sí las tijeras de los recortes.

    Caldo de cultivo oportunista, pueden pensar algunos malintencionados, nada más lejos de la realidad, porque el autor madrileño, y no es la primera vez que lo demuestra, maneja como nadie la dualidad de las tramas, y si al principio alterna los capítulos de la vida de Urbano con los de la redacción del encargo de marras, pronto los imbrica con la suavidad necesaria para que el lector sea uno más, y comparta las inquietudes y los cargos de conciencia de quien tiene la sensación de estar vendiendo su oficio literario por un plato de lentejas rancias.

    La investigación de Urbano disecciona la España del pelotazo, las alegres fusiones bancarias y la desmedida burbuja inmobiliaria, y Benjamín Prado aprovecha cada línea para transmitir atinados mensajes que deberían hacer reflexionar a más de uno, porque no estamos ante la crisis del capitalismo, sino todo lo contrario. Como bien señala, gentes como Martín Duque nos metieron de cabeza en el doble sistema, capitalista cuando había beneficios (para ellos), y socialista cuando hay pérdidas (para nosotros). La vida de Juan Urbano ya no será la misma tras escribir su novela, y tendrá que aprender a lidiar con lo real y lo difundido por las envidias, con lo que puede contarse y debe ser silenciado. O tal vez no.

Ajuste de cuentas. Benjamín Prado.
Alfaguara. Madrid 2013. 278 páginas. 18’50 euros.
(LA VERDAD, "ABABOL", 18/1/2014)

TÉCNICAS DE ILUMINACIÓN - ELOY TIZÓN

            Nunca hay luz suficiente para iluminar por igual la realidad, nunca será lo mismo una boda que una mujer castrada por una agente mecenas y dominante, nunca se puede saber cuántas sombras salpican el camino hacia Oz o cómo sobrevivir a la muerte de un hijo. Pero lo que sí puede intuirse es la calidad literaria, y el impulso que lleva a un autor como Eloy Tizón a pergeñar luminarias, haces narrativos que proyecten en nosotros aquellos relatos y argumentos que él soñó en su génesis creativa.

Técnicas de iluminación. Eloy Tizón.
Páginas de Espuma. Madrid 2013. 163 páginas. 15’20 euros.
(LA VERDAD, "ABABOL", 18/1/2014)

sábado, 11 de enero de 2014

HEREJES - LEONARDO PADURA

El Conde y sus sombras

            Leonardo Padura se embarca en su novela más ambiciosa hasta el momento, y nuevamente de la mano de Mario Conde se ha puesto a seguir el rastro de un Rembrandt que pudo significar el pasaporte para la supervivencia de una familia judía, los Kaminsky. Es uno de esos casos que al Conde le subyugan, que surgen de las brumas de la memoria, y esta neblina no es sólo de ayer, sino de setenta años atrás, de una época convulsa que también salpicó a Cuba, cuando sus autoridades le negaron, a un barco repleto de judíos que huían de los espectros europeos, la posibilidad de atracar y desembarcar en la isla.

            Elías Kaminsky, descendiente de aquellos fugitivos devueltos a la muerte, contrata los servicios del ex policía para destapar algún tufo corrupto, mientras los años y la soledad provocan ciertas convulsiones en la personalidad del Conde. Pero Padura además indaga en el carácter de los hebreos cubanos, e incluso de los europeos, y en la segunda parte de la novela juega al viaje histórico para hurgar en la vida del maestro holandés y del discípulo que le sirvió como modelo para el cuadro ahora aparecido.

            Tal vez esa segunda parte sea un poco más extensa de lo deseable, porque la trama del aprendiz de pintor, hereje y vetado por la Torá, podría haberse resuelto con unas decenas menos de páginas. Pero por otro lado eso hace que el lector agarre con más fuerza el nuevo caso de la tercera parte, la desaparición de una joven emo amiga de la última de los Kaminsky.

            Con todo, en la novela encontramos la esencia de la narrativa de Padura: el Conde y Tamara, el grupo de amigos, los libros de viejo, la novela que nunca se escribe, los trasiegos de ron, el desencanto isleño, el ansia irredenta de justicia y una desconexión con las nuevas corrientes juveniles cubanas. ¿Quién es el hereje aquí, el que se esconde del futuro o el que se atreve a transitar por él?

Herejes. Leonardo Padura.
Tusquets. Barcelona 2013. 516 páginas. 21 euros.

CALLA Y RESPIRA - HERNANDO CALVO

    Torturas, cárceles, militancias clandestinas, tiranías que se contagiaban en el cono sudamericano como la peor de las viruelas ideológicas. Hernando Calvo Ospina recoge en esta novela sus vivencias presidiarias, buscando una objetividad que huya de los dogmatismos. No hay lágrimas, ni tampoco náuseas por el dolor y las heridas, lo que hay es una prosa que busca el realismo, a veces incluso con ciertos toques de humor, acaso lo que permitiera sobrevivir al autor en aquellos duros momentos, y darle luego la lucidez precisa para contarlos.

Calla y respira. Hernando Calvo Ospina.
El viejo topo. Barcelona 2013. 230 páginas. 16 euros.
(LA VERDAD, "ABABOL", 11/1/2014)

miércoles, 8 de enero de 2014

DOCE LUNAS - PEDRO PUJANTE

DOCE LUNAS

PEDRO PUJANTE
EL ABSURDO FIN DE LA REALIDAD


1)    ¿Cómo surge la idea de preparar un discurso de bienvenida ante una visita de alienígenas?

Cuando pensé en escribir una novela en la que quería fusionar literatura y fantasía, tenía en mi mente dos ideas distintas que, de algún modo, pretendía fundir. Por un lado estaba la ciencia-ficción de Ray Bradbury, que para mí, significa la literatura de calidad de este género. Y al otro lado, totalmente alejado, se encontraba la literatura más libresca, más metaliteraria de, digamos, Borges o Vila-Matas. Quería que ambos procedimientos literarios aparecieran en mi libro. Vila-Matas se vale muchas veces del recurso de un escritor que tiene que dar una conferencia. Así que me dije: ¿y si esa conferencia no fuera sino un discurso a los extraterrestres? Y de ahí comencé a elaborar el libro. Digamos, que es el esqueleto sobre el que se sustenta toda la historia.

2)    Orentes, el escenario de la novela, es una pequeña localidad del sudeste Español, ¿tiene un correlato real?

     No creo que exista un escritor que invente todo, que elabore de la nada. La materia prima, incluso para un relato fantástico como este, es extraída de la misma realidad. Orentes tiene elementos de Espinardo, el barrio de Murcia en el que he me criado y he vivido muchos años, casi toda mi vida. Así que se pueden apreciar algunos elementos que obviamente pertenecen a esta geografía de mi propia realidad. Pero también está el mar cerca, lo que no coincide con la orografía de Espinardo, y muchos otros elementos totalmente inventados que precisaba para la narración. Así que podría decir que es semificticio, el trasunto de Espinardo pero llevado a la ficción.

3)    ¿Por qué ha elegido para esta novela una estructura en capítulos tan breves?, algunos de ellos parecen incluso mónadas o hasta microrrelatos.

     Cuando comencé a escribir el libro no sabía hacia dónde caminaba. Solo sé que me apetecía contar una historia y que esa historia me sirviese para poder hablar de otros asuntos: literatura sobre todo, pero también cine o lo que me surgía mientras la novela se escribía. Es un libro que, a pesar de su estructuración, creo que es bastante caótico, y los capítulos (que realmente no son capítulos sino meras separaciones, meros apartados) son una de tantas formas en las que el libro podría haber sido estructurado.

4)    ¿Y por qué incorpora una cita al inicio de cada secuencia, tienen algún sentido argumental?

     Las citas las he incorporado como una especie de títulos de los ‘capítulos’. A veces indican de qué se va a hablar en ellos, a veces no. Son un puro juego, y lejos de tratar de sentar cátedra o de dotar al libro de autoridad o seriedad, están pensadas para lo contrario. Para reírme un poco del uso de las citas, que el lector las lea como un intertexto, son un guiño a él. Algunas son serias y reales. Otras son apócrifas (o no, el lector debería averiguarlo, es un juego y de eso tratan). Hay una que viene a decir lo siguiente: ‘Esta cita no sé por qué la he escrito, pero creo que quedará bien.’ El autor. Lo cual demuestra lo poco en serio que me he tomado el asunto de las citas y lo mucho que de divertimento hay en ellas.

5)    La novela tiene el barniz inequívoco de la ciencia ficción, pero en sus páginas hay mucha sociología, ¿están reñidas la ciencia ficción y la crítica social?

     La ciencia ficción es muchas veces una enmascarada forma de plantear y sacar a relucir asuntos de la más acuciante realidad, del presente o del pasado. No, no está reñida, todo lo contrario. Pero, también es cierto que yo no he pretendido, al menos de forma consciente, hacer crítica social. Creo que el espacio literario debe ser mayormente para el divertimento, para la expresión artística, cultural, lúdica. Lo que ocurre es que el protagonista de mi novela vive una especie de crisis de identidad, está un poco trastornado por los acontecimientos extraños que suceden en su pueblo y por otras circunstancias personales. Así que no deja de plantearse cuestiones filosóficas, sociales o éticas. Pero casi más como un desesperado intento de explicarse el mundo que como una protesta formal. Es más una cuestión existencial que social.

6)    Entre los escritores que aparecen radicados en Orentes, hay una tipología casi biológica, ¿hay alguna bala oculta en esas caracterizaciones hacia el mundillo literario y su trastienda?

     Los escritores que viven en Orentes son todos seres muy extravagantes. Son especímenes que raramente se podrán encontrar en la vida real. Por ejemplo, Rogelio, quien escribía novelas de vampiros comunistas que acosaban a los parroquianos. O Aparicio, una poeta que exclusivamente escribía endecasílabos en papeles en sucio para quemarlos y deshacerse de ellos al instante, sin ninguna intención de alcanzar la posteridad. En definitiva, al igual que el narrador, que es un raro y poco estable escritor, sus colegas de profesión son raritos, pintorescos, surrealistas. Pero, nada que ver con la realidad. Al menos con esta realidad.

7)    Se ha confesado seguidor de Cortázar, Kafka, Cervantes, incluso Herman Melville, ¿qué preferiría no hacer Pedro Pujante en el ámbito literario, tal y como le ocurría al escribiente Bartleby?

     Preferiría no hacer literatura comercial con la única intención de agradar a mucha gente. Prefiero pocos lectores y buenos. Escribo porque me divierte, no para vivir. Si tuviera que escribir algo que no me satisface no sé si sería capaz de seguir escribiendo. Preferiría vivir en un mundo en el que la literatura no fuese un producto comercial, sino un artículo cultural. No una necesidad material sino espiritual. La literatura nos transforma, nos lleva a lugares exóticos. Prefiero ese pensamiento, quizá algo romántico, de la literatura a creer que la literatura es solamente libros, editores y librerías. Odio los no-libros, trozos de papel que cuentan la ‘vida’ de famosillos. No me gustan los libros que no son libros.

8)    Además de los autores citados antes, ¿qué otras deudas literarias salda Pedro Pujante en estas páginas?

     La lista es larga, mis deudas son numerosas y muy cambiantes. No escribimos desde cero, a pesar de que intentemos hacer una obra original y distanciarnos de nuestros maestros, matar al padre. Mis influencias son muchas: desde la ciencia ficción de calidad de Stanislaw Lem o Bradbury, Borges, Kafka, Vila-Matas. Cervantes, Shakespeare, Homero, estos dos últimos creo que están en el centro del canon occidental. Pero también están Mario Levrero, Felisberto Hernández, Paco Umbral, Boris Vian, Álvaro Cunqueiro, Cormac MacCarthy… Y cada día descubro autores nuevos que me parecen geniales: Sergio Chefjec, Juan José Saer, Rafael Pinedo, los tres argentinos y que he leído este último año. Tom MacCarthy, y un grandísimo escritor que siento no haber descubierto antes, Mircea Cărtărescu, que es un Borges-Kafka moderno con mucha poesía, mucha intuición.

9)    Volviendo al tema de los alienígenas, si es verdad que nos observan desde otros mundos, ¿cómo cree que nos estarán valorando?

     El mundo es muy absurdo, más que la misma ficción. Más que pensar que está muy mal, porque sí que hay cosas muy cuestionables y que merecen un cambio, en general el mundo no funciona del todo mal. Soy optimista y opino que una actitud positiva hace que todo funcione mejor. El pensamiento mueve las cosas. Pero como te decía: hay cosas que son absurdas y que jamás lograré comprender. La importancia que tienen algunos temas en los medios: el corazón, el fútbol… Las  cruentas guerras, los crímenes, que todos los días aparecen y ya casi nos son naturales, ya nadie se cuestiona que la guerra siga y siga. No sé, es posible que algo estemos haciendo mal. O quizá no. O quizá el ser humano es así de contradictorio y por eso jamás llegaremos a una solución que satisfaga a todos. En El absurdo fin de la realidad uno de los asuntos más destacados es ése, la complejidad humana, la imposibilidad de comprender el mundo. No somos buenos ni malos, listos o tontos. Somos todo a la vez, somos absurdos, indescifrables.

10) Y si realmente nos visitan o invaden algún día, ¿qué salvaría Pedro Pujante de este mundo?

Salvaría la literatura, el amor y el vino. Creo que con mi mujer, buenos libros y buen vino podría intentar recrear un mundo nuevo y mejor, (muchas risas, ja ja ja ja ja ja. El entrevistador también ser ríe y bebe un poco de vino, ja ja ja) Por supuesto, también cine, películas, que no dejan de ser una de las hijas modernas y sofisticadas de la literatura.


11) ¿Cuántas caras de Pedro Pujante hay en el narrador de esta novela, con cuántas facetas del escritor nos vamos a encontrar?

     El autor está en cada libro, no cabe duda. Mi personaje es un escritor como yo, que se cuestiona el mundo y que duda de sí mismo, de su naturaleza, de su origen, de su futuro. En un mundo surrealista como el de la novela, parece algo razonable. Pero creo que en el fondo todos albergamos un yo interior que se suele sentir extraño en el mundo. Siempre hay momentos en los que la vida nos resulta incomprensible, extraña, ajena. Esa parte es la que hay de mí en este libro y en todos. La parte que se interroga. Porque en definitiva escribo para hacerme preguntas, no para ofrecer respuestas. La literatura es una forma de interrogar e interrogarnos. Es un diálogo con nosotros mismos, algo aburrido a veces porque solo escuchas tu voz, pero que sirve para exteriorizar nuestras ansiedades, miedos y dudas. Ése es el Pedro que hay en este libro. El que se pregunta por las cuestiones más triviales, pero que en el fondo suelen ser las que todos nos hacemos.

12) Y para finalizar, una pregunta doble: ¿cuáles son sus proyectos literarios más inmediatos, y qué le diría a un lector para animarle a leer esta novela?


     Tengo una novela acabada que me ha dejado muy contento. Es la historia de un escritor que vive en su propio mundo. Hablo de literatura pero también de muchas cuestiones: la identidad, la memoria, el éxito, la creación, la fama, el deseo como fabulación y sobre todo, el aislamiento. Creo que es un libro que va a funcionar muy bien. Para animar a leer El absurdo fin de la realidad diré que es divertida, original y que no tiene nada que ver con lo que se he escrito hasta ahora. No sé si será el mejor libro que haya escrito pero sí el más distinto y atípico. Y además juego con el absurdo, la fantasía y lo surrealista haciendo que los avatares del protagonista sean delirantes y desternillantes.


 

https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=ukZke6trjDg

martes, 7 de enero de 2014

EL ASESINO DE LA REGAÑÁ; EL CRIMEN DEL PALODÚ

Fuera sombreros

  Ya pueden temblar los modernitos de Sevilla, porque los miembros de la legendaria hermandad Serva La Bari han decidido poner orden en la capital andaluza, y castigar severamente a todos aquellos que se están apartando de las sevillanas maneras, vamos, a los que cambian la manzanilla por el rebujito, a los adeptos al gazpacho de fresa y a las arquitecturas estrambóticas que amenazan con desvirtuar la esencia de la ciudad.

            Julio Muñoz Gijón ha publicado dos deliciosas novelas que bien podrían haber sido una sola, aunque al duplicar las entregas ha multiplicado también el efecto, porque el humor, mejor dicho, la guasa, sobresale en cada capítulo, y es que no queda títere con cabeza en Hispalis: periodistas barbudos del ABC, hermanos humoristas, presidentes futboleros, alcaldes con ínfulas de JFK y un innegable parecido con dictadores norcoreanos, toreros de satén y cuché, parejas de diseñadores ultramodernos, ex esposas de toreros metidas también a diseñadoras flamencas, rumberos de ojos claros y cierta mala leche, cantaores de sevillanas tan espigados como revirados. Y por encima de todos ellos, una ciudad que late, como siempre, no en cada calle, sino en cada rincón, y un lujo gastronómico envidiable con el que su autor se encarga de ponernos los dientes mucho más que largos.

            Asesinar con el pico de una regañá o con un palodú bien afilado es otra muestra más del ingenio de este periodista, que no sólo ataca a los más rancios de Sevilla, sino que se atreve, como buen sevillano, porque no debe de existir ninguno incapaz de reírse de sí mismo, con dos de los momentos capitales del año, nada menos que la Semana Santa y la Feria de Abril. Ahí es nada. Eso sí, se ha traído a Villanueva, un inspector de Madrid, para que investigue ambos casos, aunque poco a poco, y con la ayuda del agente Jiménez, posiblemente el personaje con más arte de ambas novelas, lo va sevillanizando. Que nadie crea que hacer humor en literatura es fácil, puede que un sevillano lo tenga una miajita más sencillo, pero lo que ha hecho Julio Muñoz Gijón es como para quitarse el sombrero, sea de ala ancha o no.

El asesino de la regañá; El crimen del palodú. 
Julio Muñoz Gijón.
Almuzara. Córdoba 2013. Precio: 14 euros c/u.

sábado, 4 de enero de 2014

INFIERNO DE NEÓN - J. R. BARAT

Un paso al frente

            Se adentra Juan Ramón Barat en el ámbito de la narrativa negra, y lo hace con tal soltura y filo lingüístico como si ésta no fuera la primera vez, motivos que es de suponer habrán pesado a la hora de concederle el XVII Premio de Novela Ciudad de Salamanca. Porque, además, las mafias dedicadas a la prostitución representan un tema peliagudo a la hora de novelarlo, porque existe el riesgo de dogmatizar o de caer en la brutalidad más exacerbada.

La existencia del profesor de filosofía Matías Vidal, sacudida anteriormente por el abandono de su hijo y su mujer, ve cómo le explota encima una nueva conmoción al presenciar la muerte de dos prostitutas, asesinadas en su intento de huir hacia la libertad. El shock de contemplar esas muertes aún le reporta intereses de demora, porque los cárteles prostibularios no quieren, ni suelen, dejar cabos sueltos, y si le cortan el lóbulo de la oreja a la pupila que huye por vez primera, es fácil adivinar qué le harán a un testigo molesto.

El autor valenciano entonces le regala al protagonista la presencia del policía Pedro Corrales, experto latinista, añoso y cachazudo, y se la regala también al lector, porque le aporta equilibrio a la novela. El tercer vértice lo componen los miembros de las mafias, capaces de una dureza brutal pero sin alardes, y las propias mujeres, engañadas en su primer viaje y violadas y apaleadas en su recibimiento.

Es un combinado listo para que le lector lo paladee, a veces con la amargura de los hechos, pero sin recrearse en el sadismo, y sin volverle la espalda incluso a la corrupción policial y a la indiferencia social. Esta historia nos muestra a un Juan Ramón Barat más maduro, que ha dado un serio paso al frente al entrar en un nuevo registro, demostrando que no sólo es un narrador juvenil o de género histórico. Se merece que lo leamos.

Infierno de neón. Juan Ramón Barat.
Ediciones del Viento. A Coruña 2013. 240 páginas. 18 euros
(LA VERDAD, "ABABOL", 4/1/2014)

YIBUTI - ELMORE LEONARD


    La última novela que nos dejó Elmore Leonard se aleja de sus territorios favoritos para adentrarse en una de las zonas más candentes del globo, el Cuerno de África, la cuna de los piratas modernos, los que apresan petroleros con la misma facilidad con que se visten de Armani o se compran un Mercedes. Una peculiar pareja de reporteros busca el documental perfecto mientras un millonario norteamericano hace sus pinitos como justiciero y un renegado de Al-Qaeda tiene sus propios planes para darle un nuevo significado a la palabra terrorismo.

Yibuti. Elmore Leonard.
Alianza Negra. Madrid 2013. 333 páginas. 18 euros.
(LA VERDAD, "ABABOL", 4/1/2014)