ANTONIO PARRA SANZ (Madrid 1965), profesor de Lengua y Literatura, de Escritura Creativa y crítico literario. Novelas: Ojos de fuego, La mano de Midas (Premio Libro Murciano 2015), Los muertos de las guerras tienen los pies descalzos; Acabo de matar a mi editor, Dos cuarenta y nueve y Entre amigos (Serie Sonia Ruiz 6). Relatos: Desencuentros, El sueño de Tántalo, Polos opuestos, Cuentos suspensivos, Malas artes. Artículos: La linterna mágica, Butaca de patio. Ensayo: Tres heridas.
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domingo, 26 de octubre de 2014
martes, 21 de octubre de 2014
DOCE LUNAS - SANTIAGO POSTEGUILLO
DOCE LUNAS
SANTIAGO POSTEGUILLO
LA SANGRE DE LOS LIBROS
Charlamos con Santiago Posteguillo poco después de que vea la luz La sangre de los libros, el segundo volumen que dedica a los rincones oscuros, curiosos y desconocidos de las grandes obras de la literatura universal.
1. Tanto en su obra anterior, La noche en que Frankenstein leyó El Quijote, como en ésta, la temática es la trastienda de la literatura, ¿a qué se debe este giro en su producción literaria?
A mi pasión por la literatura. No sólo por crear mis propias obras en forma de novelas históricas, sino también porque deseaba compartir con los lectores que me siguen qué libros clásicos creo yo que merece la pena no olvidar.
2. ¿Qué le ha divertido más, el proceso de selección de estas interioridades, o su propia escritura?
Son cosas diferentes, pero complementarias. Cuando exhibes tu propia literatura hay mucha libertad creativa. No obstante, también he disfrutado de gran libertad de creación en La sangre de los libros porque a la hora de recrear la vida de los grandes escritores y escritoras he pensado mucho en formas originales sobre cómo contar sus vidas. Eso sorprende mucho a los lectores: la forma en que cada relato está escrito, los diferentes puntos de vista narrativos, siempre pensados para generar misterio y atraer al lector a los libros más grandes de la historia de la literatura.
3. De todos los casos de los que nos habla, tanto en La sangre de los libros como en el volumen anterior, ¿cuál es que más le ha fascinado?
El relato de “La reencarnación de Shakespeare” sobre un escritor cuya identidad no revelaré aquí, sino en el libro, para no quitarle misterio a la obra, es de los que más me emocionó investigar y escribir. El de “El asesinato de Agatha Christie” también es espectacular.
4. Usted es un apasionado de Roma, ahí están sus dos trilogías, pero su formación es la filología inglesa, ¿qué tiene la época romana que tanto le ha interesado?
Roma son nuestros orígenes, nuestra lengua, nuestras costumbres, nuestro derecho, infinidad de pequeños y grandes detalles de nuestra vida provienen de Roma. Saber más de ella es aprender de nosotros mismos. Eso me atrae enormemente.
5. En Roma se luchaba mucho contra la corrupción, ¿cree que nuestros corruptos habrían sobrevivido allí? ¿Qué hubiera hecho el emperador Trajano con ellos?
El emperador Trajano habría obligado a todos los corruptos a devolver el dinero y luego los habría exiliado a lugares inhóspitos. Los que no devolvieran el dinero se habrían visto rodeados de leones en el Anfiteatro Flavio. Ellos mismos. La gente devolvía lo robado siempre.
6. En su primera trilogía eligió como protagonista a Escipión, en la segunda a Trajano, dos colosos históricos, ¿cree que en la sociedad actual quedan colosos como ellos, dignos de pasar a la Historia?
Los últimos colosos que se me ocurren son Ghandi, Martin Luther King o Nelson Mandela. Churchill, de otra forma, también. Luego hay colosos desconocidos: la gente humilde, pero honesta, que se las ingenia para sobrevivir en un mudo esencialmente injusto sin robar ni agredir a nadie, sino con su propio ingenio y pericia.
7. Como autor de novela histórica, ¿qué importancia le concede a la documentación y a las fuentes en cada una de sus novelas?
La documentación es esencial. Es la base sobre la que construir la novela. Sin esa base, en un relato histórico, toda tu obra se hundiría.
8. ¿Y hay algún secreto para que esas novelas terminen siempre entre las listas de las más vendidas?
Centrarse en que lo que cuentes sea muy entretenido: escenas cortas pero intensas, varias historias que se crucen, mezclar lo histórico con lo personal, historias de amor y de guerra, una multiperspectiva narrativa, dimensión cinematográfica. Toda esta combinación de elementos hace que estas novelas sean muy atractivas para mucha gente, pero es complejo manejarlos todos a la vez.
9. Próximamente verá la luz la tercera parte de la trilogía de Trajano, ¿tiene ya en marcha o en mente algún nuevo proyecto?
Veamos, aún necesito un año o año y medio para la tercera de Trajano. Y proyectos para luego tengo cuatro o cinco o más. Primero Trajano, luego evaluaré por dónde seguir, pero ideas tengo muchas.
10. ¿Qué esperanzas tiene puestas en la adaptación audiovisual que se realizará sobre Africanus?
Tengo esperanzas, pero son un poco como Santo Tomás de Aquino. He de ver para juzgar lo que se haga. Me consta que hay interés en el productor por hacer algo bueno y también por parte del guionista. Vamos a ir viendo. Será aún un proceso largo.
11. ¿Cómo valora el comportamiento del lector español actual? ¿Cree que la presencia del libro electrónico ha modificado nuestros hábitos lectores?
Se lee de forma diferente: los jóvenes, sobre todo, leen saltando de una página a otra. No es una lectura mala, pero sí diferente. Desarrolla destrezas diferentes a la lectura reflexiva y continuada de un texto largo. Lo que hay que procurar es que los jóvenes lean de las dos formas: en internet y textos largos también (que pueden estar en formato electrónico o impreso, eso no es relevante: lo esencial es el tipo de texto y no abandonar los textos largos que requieren días para su lectura completa).
12. ¿Qué les diría a los lectores que no le conozcan para que se acerquen a La sangre de los libros?
Que los escritores clásicos tuvieron vidas tan sorprendentes que cuando las conozcan querrán no ya sólo leer sobre ellos, sino también leer sus obras. Saltarán de La sangre de los libros a Edgar Allan Poe, Bécquer, Lope, Isaac Asimov, Robert Graves…. Y ése será el mejor salto de sus vidas.
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Santiago Posteguillo
FAUNA LITERARIA (3)
CRIATURA NÚMERO 3
Aspirante a triunfador por encima de todo, contrasta su
avidez con el tono verdoso de la envidia, y se le salen por los poros las
injusticias que se cometen con él cuando no es el elegido por algún jurado o
editorial.
domingo, 19 de octubre de 2014
lunes, 13 de octubre de 2014
DOCE LUNAS - VEGA CEREZO
DOCE LUNAS
VEGA CEREZO
YO
SOY UN PAÍS
1) ¿Se
atreve a definirse? ¿Qué hay más en Vega Cerezo, es usted una sirena o un país?
Supongo
que ambas cosas. El mar ha sido y es muy importante en mi vida. Mis mejores
recuerdos de infancia están atados a los veranos en La Torre de la Horadada, y
luego, más mayor, me trasladé allí buscando una serenidad que no encontraba en
Murcia. En Yo soy un país hay varios
guiños (por así decirlo) a “mi sirena”.
2) ¿Qué
significado tiene para usted el color azul?
Evidentemente
es el mar. La luminosidad, la frescura, la sensación de “semi-ingravidez”
cuando te sumerges en él, la calma y también la adrenalina cuando surfeo.
3) ¿Cuándo
y por qué supo que había elegido el verso para nombrar el mundo que le rodea?
Siempre
he sido una lectora apasionada. La poesía ha sido una debilidad desde el
momento en que con quince años, leí a Benedetti. No he podido ni he querido
dejar de disfrutarla a diario. Cuando quise contar la historia de La sirena dormida, fracasé en mis
intentos de contarla a través de la narrativa. Un día me planteé contarla en
poesía porque era una historia de sentimientos, sus protagonistas eran
sentimientos, y el género que podía contarlos era la poesía.
4) En
Yo soy un país encontramos amor,
desamor, nostalgia, ¿cuál es el tema principal de este poemario?
No
puedo concebir un poemario si no es porque tengo una historia que contar. La
metáfora que atraviesa Yo soy un país
es la idea de que somos energía, que llegamos al mundo ocupando un cuerpo, una
“casa”. A unos les toca una casa con vistas al mar, a otros un ático, a otros
una casa a pie de calle… Da igual, la “casa” va llenándose y vaciándose,
caminando sin remedio hacia la ruina mientras nuestra luz, nuestra energía que
llegó siendo algo pequeño y leve, se vuelve hermosa y grande. Ésa es la
metáfora que atraviesa este poemario. Pese a ese sentimiento de fatalidad, es
un poemario luminoso y positivo. Habla del enriquecimiento de nuestra luz en
ese viaje. Me considero una persona vitalista.
5) Con
cierta frecuencia utiliza en sus poemas el verbo “raspar”, ¿qué le raspa a Vega
Cerezo de la vida?
Pues
me “raspa” lo hermoso y también lo horrendo. Creo que con los años voy
aumentando esa superficie del alma que queda “en carne viva”. Y tan contenta,
la verdad. Me emociona ver a mi madre cocinando con setenta años cuando entro a
la cocina de casa y la veo trasteando entre ollas y fogones como cuando yo era
una niña. Me emociona que mi hijo Iván me diga, “te quiero”. Me emociona dejar
a Rocío a la puerta de la Universidad su primer día de clase. Y de igual manera
me “raspa” la injusticia, el dolor ajeno, la gratuidad de la violencia, el
desamparo… Ambas fronteras me desordenan con la misma brutalidad.
6) El
libro se estructura en dos bloques, la costa y tierra adentro, ¿en cuál de los
dos se mueve con más soltura?
En
ambos. ¡Es lo que tiene ser sirena¡ Yo
soy un país me supuso cuatro años de trabajo, y en ese tiempo uno
evoluciona (por así decirlo) tanto a nivel vital como a nivel creativo. Las
temáticas tratadas se repiten en ambas partes pero el modo de profundizar en
ellas es distinto, por eso hice esa división: para identificar “el tono” del
poema. Es una división tremendamente personal y subjetiva –evidentemente-, pero
era necesaria.
Hay
poemas que para mí tratan el amor con más “levedad” que otros, por ejemplo, y
están en La costa y sus accidentes
porque entendí que era la parte más “de piel”, más en contacto con “lo de
fuera”. Seguramente habrá lectores que incluirían ese poema en la otra parte,
en Tierra adentro, pero esa amplitud
temporal en la creación necesitaba reflejarla en el poemario. No por mí -que
también- sino por el lector, para ayudarle a viajar por Yo soy un país.
7) Y
ya que en el libro se habla también de países y fronteras, ¿alguna vez se ha
sentido exiliada de la poesía?
Es
una pregunta complicada. Me siento una lectora apasionada. En ese sentido la
poesía me da muchísimos momentos de plenitud. Jamás me podría sentir exiliada
de la poesía. Lo más libre y bello que tiene la poesía, es la poesía. Como
poeta, me siento orgullosa de llevar “la piel limpia”. El día que vendes “tu
arte” a otros demonios, te marcas un centímetro de piel, y eso mancha más allá
de centímetro marcado. Me siento orgullosa de dónde estoy y también, de dónde
no. Son decisiones que en ambos casos he tomado yo, y eso me hace sentirme
bien. Es algo que practico en todos los aspectos de mi vida, y no me ha ido
mal. Duermo bien.
8) También
aparecen algunos textos en prosa, en los que se habla de una extraña ciudad.
¿Qué es ‘Ciudad Fragilidad’?
Ciudad Fragilidad es la reinvención de la poética que
hay en Yo soy un país, en prosa. Es
la vuelta de tuerca, el juego, la golosa que pasa la noche en una pastelería…
No podría comprender Yo soy un país
sin Ciudad Fragilidad. Y espero/deseo
que el lector tampoco. Es una tentación a la imaginación.
9) ¿Qué
ha cambiado en Vega Cerezo entre La
sirena dormida y Yo soy un país?
Mucho.
Afortunadamente, creo… La diferencia entre ambos trabajos está -historia al
margen-, en el proceso creativo de uno y otro. La sirena dormida encontró el verso, como la ola encuentra la
orilla. Con una virulencia y una fluidez asombrosas. Era, y es, brillante y
efervescente; eléctrica. Siempre estaré agradecida a esos versos que tienen
algo de incorregible e imperfecto, que los hace únicos. Yo soy
un país es un trabajo mucho más pausado y reflexivo. Creo que
estructuralmente presenta una evolución evidente. Esa voz poética que latía en La sirena dormida, sigue estando ahí,
pero modulada por un proceso evolutivo vital, y también creativo. Actualmente
me siento más cerca de Yo soy un país
en la forma de escribir: tiendo hacia versos más largos y me decanto hacia la
no obviedad en la poesía. Me escuece a los ojos.
10) A
juzgar por sus versos, las personas que le rodean parecen tener gran importancia
en su creación, ¿Es así?
Son
“mi país”. Un ecosistema que da sentido a mi animal.
11) Entre
el mundo profesional de las editoriales y la poesía, ¿en cuál de los dos se
encuentra más cómoda?
Profesionalmente,
en el editorial. Soy feliz en el trabajo que realizo. Tengo el mejor trabajo
del mundo. Estudié Biblioteconomía y Documentación porque pensé que ir a
trabajar todos los días a un lugar lleno de libros era como estar en un pequeño
cielo en la Tierra. No trabajo en una biblioteca pero me paso el día rodeada de
libros y en librerías. Me hace feliz. La poesía no la siento como algo
profesional; es una debilidad, una pasión. Como decía Antonio Vega, es el sitio
de mi recreo.
12) ¿Cómo
convencería a un lector desconocido para que se acerque hasta sus versos?
Con
el poema. Lo único que sujeta al poeta, es el poema. Si el poema no
electrifica, no desordena, no acaricia al alma, no hay nada más.
domingo, 12 de octubre de 2014
CRÍMENES ILUSTRADOS - ÁLVARO DEL AMO
Cuatro
historias muy diferentes, dos hermanas que contratan al mismo asesino para
aliviar su odio, una pareja que se ahoga entre sus diferentes objetivos
vitales, una soprano empeñada en proyectar la ópera en su vida, y un hombre
ajusticiado en vida por tres aristas de su pasado. Álvaro del Amo traza el nexo
común entre las cuatro, la necesidad de que el asesinato, ya sea cometido o
simplemente inducido, funcione como un barrendero de conciencias, y arrase con
la inmundicia que los años o el remordimiento depositan en el ánimo.
Crímenes ilustrados. Álvaro del Amo.
Menoscuarto. Palencia
2014. 192 páginas. 16’50
euros.
(LA VERDAD, "ABABOL", 11/10/2014)
TEMBLAD VILLANOS - LUIS MANUEL RUIZ
La extraña pareja
No
hay nada peor que dejar atrás una vida, una pareja, una ciudad, y verse
envuelto en un universo de obligaciones que amenacen con dinamitar la nueva
existencia, o quizá eso sea precisamente lo mejor para terminar de borrar el
pasado. Así arranca esta novela de Luis Manuel Ruiz, ganadora del Premio Málaga
de Novela 2014, y en la que una dolorida inspectora Esther Béjar cambia Madrid
por Sevilla, con la única compañía de una madre adicta a la basura televisiva,
y de un hijo superdotado que prefiere los tratados de termodinámica a la mejor
de las consolas.
La
inspectora llega a una comisaría en la que será mirada con lupa, justo cuando
la ciudad es presa del pánico gracias a las andanzas del Asesino del Tobillo,
un depredador psicótico que cercena un pie de cada víctima como recuerdo
macabro. Claro que ése no será el único caso, porque otras muertes salpican la
ciudad con el misterio de unas tiras de cómic que aparecen sobre los cadáveres,
a modo de enigmáticos e indescifrables códigos.
Todo
bien sazonado además con un presente narrativo que le da viveza a la novela
pero sin exageraciones, porque entre pesquisa y pesquisa hay tiempo suficiente
para que la inspectora Béjar se pregunte hacia dónde camina su vida, y sobre
todo hay tiempo para que aparezca Mo Pardo, el personaje de mayor potencia
narrativa tras la propia Esther, un tipo peculiarísimo con una capacidad de
raciocinio fuera de lo común, casi tan particular como su aversión a las
lavadoras, a cambiarse de camisa y su manía de peinarse milimétricamente.
Una
pareja a priori extraña pero que hace las delicias del lector, porque el
inefable Mo Pardo es una mina para cualquier autor policíaco, domina el trueque
de información y tiene contactos hasta en el inframundo. Puede que estemos ante
el nacimiento de una pareja novelesca que termine por dejar huella, sólo el
tiempo lo dirá, el tiempo y la voluntad de Luis Manuel Ruiz.
Temblad villanos. Luis Manuel Ruiz.
Fundación José Manuel
Lara. Sevilla 2014. 303 páginas. 19 euros.
(LA VERDAD, "ABABOL", 11/10/2014)
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