martes, 15 de mayo de 2012

RESEÑA DE APOCALIPSIS 17,1

Ésta es la reseña de Apocalipsis 17,1 que ha publicado Rubén Castillo en su blog Librario Íntimo:


"Suele decirse que lo prometido es deuda (aunque a veces, y sobre todo en España, lo prometido es duda), así que aquí tenemos la última novela del escritor madrileño Antonio Parra Sanz. Lo anuncié hace unas semanas, cuando reseñaba en este mismo espacio su colección de relatos Polos opuestos. Y cumplo. Y cumplo, además, con enorme orgullo, porque Apocalipsis 17,1 es una maravilla desde el punto de vista narrativo: una obra tensa, con personajes muy bien concebidos y dibujados, y con situaciones no sólo creíbles sino angustiosamente creíbles, que el autor cincela con su plumín para nuestro espeluzno.
Imaginemos a una locutora llamada Elisa Montes. Su vida personal no está resultando en los últimos tiempos precisamente fácil: su marido y ella han roto relaciones; su madre se encuentra en un centro asistencial, con una enfermedad degenerativa; tuvo la abandonar la emisora donde trabajaba antes, por un incidente más bien desagradable que los lectores (sobre todo los murcianos) identificarán con rapidez; etc. Ahora dirige y presenta un programa nocturno de radio llamado La sonrisa de la luna, donde los múltiples habitantes de la noche (los insomnes, los solitarios, los tristes) exponen casi en susurros sus lamentos y sus amarguras... Imaginemos ahora a un muchacho llamado Marcos Galván, que tampoco ha tenido un pasado sencillo: unos padres que nunca han respondido a sus expectativas; una conflictiva cosmología sexual; una lectura constante, turbia y más bien sesgada de la Biblia, que le hace imaginarse que alguien (obviamente, él) tendrá que convertirse en el redentor moral del mundo... Imaginemos por último a un inspector de policía llamado Alonso Marquina, igualmente perforado por mil zozobras: una esposa que canceló su vida con la ayuda de la farmacopea; una hija que lo culpó de aquel horror y que desde entonces ha procurado amargarle al máximo para que jamás olvide sus tribulaciones; un compañero que, tras salvarlo en una situación comprometida, abusa de él como cobro por el favor..."


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