martes, 1 de marzo de 2016

EL ALCORNOQUE DE LOS MUERTOS - FERNANDO ROYE

El corazón de Sierra Morena

          Regresa el sargento Carmelo Domínguez, el de la mirada heterócroma, el “hechizado” dotado de una afiladísima intuición que le ayuda en la resolución de los casos. Es decir, vuelve Fernando Roye con los mismos mimbres que ya esbozase en ‘El caso de la mano perdida’, a saber, la España rural de los años cincuenta, y una casa cuartel de la Guardia Civil en el corazón de Sierra Morena, en el pueblo de Santa Honorata, con su propio universo, su propia organización y sus conflictos entre los diversos  números de la benemérita.

          Los ánimos en el pueblo andan muy caldeados porque algunos muñecos, imitadores de las fuerzas más vivas del lugar, han aparecido ahorcados en un alcornoque, eso solivianta sobremanera a los poderes fácticos, y desvela sus inquietudes al exigirle al sargento Domínguez una investigación tan inmediata como disparatada. Mientras tanto, el sargento y su mujer han de enfrentarse también a los deseos de independencia de Rafael, su hijo mayor, que quiere dejar de lado sus estudios a cambio de encontrar un primer trabajo.

          El universo rural en todo su esplendor, las condiciones socioeconómicas como marco para una novela negra de las clásicas, y cuyo autor conoce muy bien esos orígenes del género en nuestro país. Sin cosmopolitismos ni modas, natural tal y como era la vida en la Andalucía de los cincuenta, pero con un estilo directo que lleva de la mano al lector junto a la perspicacia del sargento Domínguez.

          En ese paisaje repleto de ocultaciones y secretos aparece un cadáver sustituyendo a los muñecos, y es entonces cuando muchos personajes van desvelando sus verdaderas caras, y lo que parecían unos motivos no demasiado oscuros, excepto por el recuerdo de un maqui muerto, se descubren como unas razones de mucho peso para llevar a cabo una peculiar venganza, aunque diferida y en cuerpo de trapo.

          Fernando Roye es capaz de ir más allá, y Carmelo Domínguez también, así que entra en escena su ya famoso instinto para enfrentarse a esas fuerzas vivas que se mueven como una piña, aunque descabezada. Y no será fácil, porque hay piedras en el camino incluso entre mismo cuerpo de la Guardia Civil, pero el sargento es mucho sargento y una vez más acertará en sus presagios, Fernando Roye puede estar seguro de tener un personaje hecho y duradero entre las manos.

 El alcornoque de los muertos; Fernando Roye

Sin errata Editores, Barcelona 2015. 234 páginas.
(Revista Letras de Parnaso, Núm. 42. Marzo 2016)



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