domingo, 18 de septiembre de 2016

CRÓNICA CARTAGENA NEGRA 2016

CARTAGENA NEGRA 2016: EL SUEÑO HA CRECIDO


          Apagadas las luces de esta segunda edición de Cartagena Negra, el balance no puede ser más positivo para unas jornadas que sólo tienen dos años de vida. Un sueño que ha crecido en poco tiempo hasta convertirse en una realidad aceptada e incorporada ya al calendario de los festivales negros del resto de la geografía nacional.

          Y esa realidad se debe a dos factores fundamentales, por un lado a los autores que han visitado la ciudad portuaria, y por otro al público cartagenero, que ha llenado las salas día tras día demostrando que el interés por la literatura no es algo baladí, y que cuando se le ofrecen actividades de calidad el espectador es capaz de responder de manera muy satisfactoria.

          Todo comenzó con un magnífico diálogo negro-literario entre Rosa Ribas y Ernesto Mallo, tras una inauguración en la que la música estuvo presente gracias a la intervención de la Unión Musical Carthagonova, que nos regaló fragmentos de cuatro películas emblemáticas: El tercer hombre, El padrino, Casablanca y El golpe. Con semejante preámbulo, no era extraño que los dos autores que rompieron el fuego lo hicieran de manera muy brillante, y la naturalidad de Rosa Ribas y el ingenio de Ernesto Mallo cautivaron al auditorio, que previamente escuchó el manifiesto contra la violencia de género que se lee en todos los festivales negros.

          Y así continuó siendo el resto de la semana, en la que los autores departieron con los miembros de los clubes de lectura que coordina la Red de Bibliotecas Municipales de Cartagena, tal y como pudieron comprobar Esteban Navarro, Rafael Guerrero y Manuel Moyano (además de cinco autores más en las jornadas sucesivas), a quienes se unió en la mesa redonda posterior Pablo de Aguilar, en una jornada que cerró de manera multitudinaria el gran Fernando Marías con su monólogo Esta noche moriré, un colofón que dejó a los lectores pensativos acerca del peligro que encarna La Corporación.

          Clara Peñalver, Empar Fernández, Estela Chocarro y Graziella Moreno fueron las protagonistas de la siguiente jornada. Además de participar en los clubes de lectura, demostraron a los asistentes la inutilidad de la distinción de géneros en la novela negra, y probaron que cuando una novela es buena da igual a quién corresponda su autoría. Se rompieron muchos tópicos en esa sesión, y el punto final lo puso el grupo Stravaganza, con el escritor Santiago Álvarez a la guitarra, un grupo que se reunió veinte años después para regalar un magnífico concierto a Cartagena Negra.

EL RESTO DEL ARTÍCULO PUEDE LEERSE EN LA REVISTA SOLO NOVELA NEGRA:

http://solonovelanegra.com/cartagena-negra-el-sueno-ha-crecido/

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