jueves, 28 de enero de 2021

SIN PENSIÓN - JOSÉ MARÍA GARCÍA SÁNCHEZ

 

Sin pensión de José María García por Antonio Parra


Título

Sin pensión

 

 

Datos publicación

Editorial Célebre. Barcelona 2020. 206 págs.

 

Datos del autor

  

JOSÉ MARÍA GARCÍA SÁNCHEZ (nacido en Sta. Coloma de Gramenet el 6/9/1964, y renacido en Montblanc el 22/10/2019 tras el desbordamiento del Río Brugent) es ex pescadero, ex futbolista amateur, ex tirador olímpico y ex votante socialista. Anacoreta por vocación, aspirante a escritor por devoción y abogado de profesión. También es autor de Makoko (2018) y Tráfico (2019), y tiene el sueño de poder dedicarse en exclusiva a la escritura y a la meditación intrascendente.

 

Sinopsis de la obra

 

          SIN PENSIÓN (No hay lugar para viejos) es la historia de tres personajes (Un político, un sicario y un informático) que, partiendo de tres ambientes que nada tienen que ver entre sí, se encontrarán en España y trabajarán juntos para solucionar uno de los problemas más importantes que tiene la sociedad actual: el desequilibrio económico de nuestro sistema público de pensiones.

          Desde el sarcasmo más irreverente, la novela plantea tres mundos tan distantes y diferentes como extravagantes: el del sicario colombiano, criado en los suburbios de Bogotá y educado en la violencia más extrema; el del político de familia acomodada, ambicioso y sin escrúpulos, que trepa por la pirámide del poder sin importarle los medios para obtener sus fines; y el del hombre normal, de clase media que se busca la vida para sobrevivir en un entorno de crisis económica y que acepta y asume saltarse todas las reglas para cumplir sus objetivos personales. Tres niveles de maldad y tres formas de ver la vida desde el lado de la delincuencia.No hay buenos ni malos, sino malos, malvados y malísimos.

 


Reseña

Lumpen de altura

 

          De las mil y una maneras que hay de escribir novela negra, la de huir de los paños calientes suele ofrecer buenos resultados en el producto final, porque no hay lugar para subterfugios ni trampas, ni tampoco para falsas delicadezas, y lo que queda es lo que debe ser, la esencia del mal, del ambiente descarnado, de las tramas directas y contundentes, las que nos sacuden al otro lado del ring de la lectura, tumbándonos gracias a un agradable KO.

          José María García Sánchez es uno de esos autores que saben alejarse de las tisanas, que llaman a las cosas por su nombre y con las palabras justas, sin edulcorar, y lo demuestra en esta novela en la que confluyen un sicario colombiano dotado con la brutalidad del liderazgo violento, un informático cansado de sobrevivir y que encuentra la solución a sus males económicos, y un trepa político que tiene La Moncloa en su cabeza cuando se lo permiten otras pasiones muchísimo más turbias.

          Si el lector se pregunta cómo van a encontrarse estos tres personajes tan aparentemente alejados entre sí debe tener, no paciencia, sino confianza en el autor catalán, porque muy pronto nos demuestra, con un estilo veloz y voraz, duro y descarnado, repartido en sucesivos párrafos alternos, que todo es posible en una buena novela negra, sobre todo cuando los planes se extienden hasta el último detalle, aunque eso suponga acabar con gran parte de cierto colectivo de la sociedad española.

          Lumpen de altura, cuello blanco, la red profunda, mezquindades sexuales, Madrid, Colombia, Barcelona, el bien supremo según un maquiavélico plan, secretos y chantajes, y muertes, y sexo, y ausencia de valores, mejor dicho, transmisión de valores entre enfermos de ambición. Todo con un ritmo que acaba por sujetar al lector a unas páginas que apenas superan los dos centenares.

          Si nos ponemos respetuosos con el género, encontraremos ciertos homenajes a novelas norteamericanas de relumbrón, como alguna de Goodis, o Cain, pero tamizados por lo nuestro, por algo tan español como es la venganza, o la corrupción política, la mentira, e incluso el seguir adelante con ella cueste lo que cueste.

          José María García Sánchez, insistimos, tiene ese peculiar don de enumerar lo que necesite para su trama no sólo con la palabra justa, sino empuñando el lenguaje como la mejor de las armas, hasta el punto de que, aun cuando todo se vaya acelerando camino del final, llegamos a desear que esta historia no termine, o que se prolongue con los que logren quedar en pie.

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