jueves, 14 de julio de 2022

MALASANTA - ANTONIO TOCORNAL


TREMEBUNDO UNIVERSO

 

Métase en una coctelera una buena dosis de tremendismo de Cela, tres cuartas partes de hiperrealismo y una buena pizca de realismo mágico, agítese antes de añadir el elemento fundamental: el talento de Antonio Tocornal, y se encontrarán ante una novela que a ratos es amarga como la cáscara de una borrachera, dura como la negativa de una novia adolescente, y tierna como el descubrimiento de quien puede aliviarnos los dolores.

    Todo eso seguiría siendo poco a la hora de valorar esas seis décadas que van desde el nacimiento de la propia Malasanta, hasta su degeneración en medio de uno de los mayores iconos de la destrucción moderna: una estación de tren abandonada. En medio, una España canalla y a ratos nauseabunda, unos personajes a los que más de uno daría muerte con sumo gusto, y otros que estimulan nuestro cariño hasta la lágrima, como Niño Truncado, Modesto Baldío o Cándido Fogoso, por no hablar de la inolvidable Candela.

    Ese mundo raído en el que Malasanta ha de aprender a sobrevivir duele, araña, patalea y hasta corrompe, sobre todo cuando enseña a guardar silencio, pero muestra también que el cariño, a veces incluso el amor, se puede abrir paso hasta romper la costra más purulenta, aunque el ariete para lograrlo sea un viejo ojo postizo o la estampa de un pez muerto.

    Y por si todo lo anterior no fuera suficientemente loable, queda el lenguaje, lleno de lirismo tanto como de metáforas brutales, porque Antonio Tocornal lo empuña como el pincel de un genio, que jamás da una pincelada de relleno, y es que hay que tener muy buena mano para hacer poética, por ejemplo, la recogida de preservativos usados en un cine porno, con eso está todo dicho.


‘MALASANTA’. Antonio Tocornal

Fundación José Manuel Lara. Sevilla 2022. 199 págs.

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