TODOS ME LLAMAN FUL, de Rafa Melero Rojo, por Antonio Parra
Título
Todos me llaman Ful
Datos publicación
Versátil. Barcelona 2022. 324 págs.
Datos de autor
RAFA MELERO ROJO es leridano de adopción, aunque nació en Barcelona en 1972. Mosso d’esquadra de profesión, debutó en el mundo editorial en el 2013 con la novela La ira del Fènix. En el 2015, publica La penitencia del alfil y en el 2016 se edita su tercera novela, Ful, ganadora del I premio de novela Cartagena Negra 2017. A finales de ese mismo año publica El secreto está en Sasha, y en el 2020 Efecto colateral.
Sinopsis de la obra
Cuando vas a dar un palo que tenía que salir bien y sale mal, no es difícil suponer que, a partir de ahí, todo lo demás vendrá torcido. Eso lo sabe bien el protagonista de esta novela, Ful, que se confiesa «doctorado en calamidades». Sin embargo, por muy mal dadas que vengan, no deja de apretar los dientes e intentar levantar cabeza, junto a su amigo de siempre, Pepe el Mosso, y un nuevo compinche, Carapán, en un plan que esta vez, con todo estudiado al milímetro, tiene que salir bien porque, sencillamente, ya no puede soportar que la vida le dé más veces con la puerta en las narices.
Ful está cansado de ver cómo sus sueños corren cuesta abajo y más rápido que él. Solo que esta vez la aparición inesperada de Jessi, su gran amor, y la confianza que Pepe le infunde en ese plan que no puede fallar le hacen creer que tal vez existe un resquicio de esperanza que le permitirá encauzar su vida. Y se aferra a él con todas sus fuerzas.
Reseña
FUL NO SE FUE
Cuando surge un personaje atractivo, con peso, con imán para el lector, y además protagoniza una novela llena de destellos, su desaparición, mejor dicho, su ausencia, nos deja siempre un poso de inquietud en el alma y la pregunta de si le volveremos a ver, de si su autor tendrá a bien darle un nuevo protagonismo. Esa inquietud, que nos ha durado algunos años, la ha liquidado de un plumazo Rafa Melero, tras otras novelas dedicadas a otras criaturas, regalándonos ahora una segunda trama que, me confieso culpable, muchos de nosotros estábamos esperando desde hace bastante tiempo.
Así que esta nueva historia, como es lógico, estaba repleta de expectativas, sobre todo si recordamos el final de la anterior. Y el autor catalán no ha rehuido el reto, recogiendo el guante con un ritmo endiablado desde las primeras páginas y adentrándonos en una historia, la de Ful pero también la de Pepe el Mosso, llena de sueños por cumplir, de obstáculos que quitarse de en medio y de decisiones a veces aceleradas, de esas que hay que tomar sin concederle una oportunidad a la duda porque eso te podría conducir de forma inmediata al más allá.
El bien y el mal, una vez más, son muy relativos, como la medicación de Ful o las visitas a su padre, como las luchas de custodia familiar de Pepe, como los ojos carbonizados y venenosos del Carapán o el rostro cruzado por una cicatriz del guardia civil Cuervo, con esa marca que parece concederle una virtud sobrenatural para olerle el rastro a los peores crímenes.
Rafa Melero, y Ful con él, y nosotros con ellos, se acuerdan del famoso refrán aquel que decía que “robar a un ladrón tiene cien años de perdón”. Pero los trabajos, como pasa siempre, andan llenos de aristas, y para llegar a esa arena limpísima y soñada del Caribe es necesario pelear antes con unos cuantos cabrones que no solo no están dispuestos a no dejarle ir, sino que, si se descuida, le regalarán plomo suficiente como para que nunca más pueda remontar el vuelo.
A todo ello, los caminos sin retorno, los relojes robados, las traiciones o el mal en su vertiente más impura ofrecen un rincón para soñar con la supervivencia, pero también para aferrarse a los recueros, cuando a veces son lo único que puede matarnos, al menos con cierta dignidad. Un circo de tres pistas en el que tan solo el talento de Rafa Melero nos dirá qué butaca podremos ocupar al final.
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