El camino de la razón
Novelar
el proceso más famoso que la Inquisición llevó a cabo contra la brujería en
España no es tarea fácil, no ha sido la primera vez que se narran los desmanes
del Santo Oficio ni la inquietud de Alonso de Salazar y Frías, quien dudó en
todo momento de la presencia del Maligno en dicho proceso. Así que Patrick
Ericson tenía doble trabajo al enfrentarse a esta novela, por un lado, contar
los hechos que aparecen documentados en crónicas históricas, y por otro,
hacerlo de forma literaria, con la soltura y la intriga que en él son
habituales.
Y tras más de
cuatrocientas páginas podemos afirmar que sale airoso del envite, porque a la
primera persona con la que el jurista Alonso de Salazar emprende la narración,
le sigue una tercera con la que facilitar al lector aquellos datos aún no
revelados en el ‘Auto de Fe de Logroño’, y sobre todo las traumáticas
experiencias por las que tuvieron que pasar personajes como María de
Ximildegui, una de las acusadas de brujería que salvó sus carnes del fuego
gracias a las pormenorizadas confesiones que regaló al tribunal.
Además de
esas dos vías, Patrick Ericson no renuncia a retratar la intolerancia de la
Iglesia española, y la ignorancia que en nombre de Dios les llevaba a cometer
los desmanes más execrables, como tampoco se olvida de las mentiras con las que
ciertos nobles, apoyándose en ese temor eclesiástico, buscaban satisfacer sus
ambiciosos deseos. La existencia de curanderas, la tradición oral, el sexo
desorbitado y las murmuraciones poco tenían que ver con la presencia de Lucifer
en los prados de Zugarramurdi, y por esa vía se adentra un hombre empeñado en
dudar de sus correligionarios y en encontrar la verdad, por mucho que le
costase. El brazo del Santo Oficio es alargado, pero la razón sólo tiene un
camino, y por él se afana Patrick Ericson en hacer caminar al lector.
‘Maleficium’. Patrick Ericson.
Editorial: Algaida. Sevilla, 2012. 422 páginas.
(LA VERDAD, ABABOL, 26/5/2012)
Enorme Patrick, sí señor. Pedazo de escritor. The Special One de la novela. Yo también estoy con ella.
ResponderEliminarGracias Antonio, por esta magnífica reseña. Gracias Rubén, por tus entrañables palabras. Vosotros dos sí que sois unos "cracks", como amigos y como escritores. Un fuerta abrazo para los dos.
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