Novela con mayúsculas
No
es ningún secreto que un escritor mejora a medida que lee cada vez más, y que
además si es capaz de entresacar enseñanzas de sus lecturas, éstas redundarán
en el aumento de su calidad como creador. Ésa es la sensación que se tiene al
adentrarse en las páginas creadas por Víctor del Árbol, la de que nos completa
como lectores, porque echa el resto en cada línea, pero también la sensación de
que nos enseña a escribir, con mesura, con la palabra justa, con unos
personajes cargados de humanidad, de sufrimiento, de pulsiones vitales,
criaturas que cualquier escritor que se precie desearía hacer suyas para sus
propias obras, porque sólo los personajes verdaderamente vivos merecen
protagonizar las buenas novelas.
Esta
obra, ganadora del Premio Nadal, posiblemente de los poquitos premios puros que
queden en el solar patrio, es mucho más que un anuncio, como reza su título, es
el marco en el que las existencias de tres seres (hay algunos más pero ellos
serían los principales) confluyen en mitad de la Costa da Morte gallega, y se
reúnen allí porque sólo aquél es el paisaje de la verdad, sólo allí se pueden
desnudar las almas, sólo allí se cocerá la venganza de Marcelo Luján, las
ansias de huir de Eva Mahler y los remordimientos de Germinal Ibarra, sólo allí
el destino es capaz de zarandear, arrasándolos con un magnífico temporal
literario, tres vidas que ya se han visto bastante sobrecargadas como para
seguir aguantando sin pestañear los embates del pasado.
Ellos
no son los únicos seres que pueblan la novela, y no son tampoco los únicos que
exponen sus miserias, ahí están también Dolores, Daniel, Oliverio, el patriarca
Mahler o la mujer de Germinal, lidiando casi sola con la enfermedad del hijo,
pero Marcelo, Eva y el propio Germinal son los tres que catalizan una acción
que fluye sin estridencias pero con la férrea determinación de las olas
atlánticas, porque Víctor del Árbol así lo quiere, y así logra ir
facilitándonos datos, pequeñas pero demoledoras informaciones de cada uno de
ellos, eso sí, a su debido tiempo para que no se nos corte la respiración.
Hacía
algunos años que el Premio Nadal no era tan merecido, la figura de este autor
catalán ha encontrado al fin el reconocimiento a la calidad de una escritura
magnífica que ya venía desplegando en novelas anteriores, siempre con tanta
firmeza como mimo literario, una calidad que goza, con toda justicia, del favor
del público, a quienes los jurados ahora le dan la razón. Una novela
auténticamente inolvidable.
La víspera de casi todo. Víctor del Árbol.
Ediciones Destino. Barcelona
2016. 416 págs. 20’50
euros.
(LA VERDAD, "ABABOL", 14/5/2016)
No hay comentarios:
Publicar un comentario