Mirando atrás
Dicen
los que son poco nostálgicos que no es bueno regresar al lugar en el que uno
alguna vez fue feliz. Claro que la cosa cambia cuando la felicidad acaso fue
algo esquiva en aquellos años de juventud, y Leonardo Cano parece guardar un
lugar muy concreto para tres personas que ahora ya no son tan jóvenes, y que miran
hacia atrás más de lo necesario, a los años del instituto, de las promesas
diseminadas por doquier, de los caminos que aún no habían aprendido a
bifurcarse, de las noches eternas y del mundo servido en bandeja de plata y dispuesto
a ser devorado a bocados tan grandes como los tragos con que acompañarlo.
El
elitista centro del Bosco fue el microcosmos que acogió en su momento al
Hijodelrana, a Moya y a Fauró, así como a sus otros compañeros, cuya estela
sigue viva en la memoria. Por muchos años que pasen, por muchas zancadillas que
ponga la vida, hay épocas, y gentes, que no se llegan a olvidar, y la excusa de
una cena de aniversario de la promoción sirve de aliciente a Leonardo Cano para
bucear en los recuerdos mientras se pasa el presente por la lupa de los
objetivos conseguidos o no conseguidos, por las miserias laborales, los
laberintos del sexo y los sentimientos, los divorcios, las muertes, las
separaciones.
Tres
historias con tres voces narrativas muy diferenciadas, y muy bien repartidas
literariamente hablando, que le permiten al autor su lucimiento al alternar
primera y tercera personas con una narración en forma de chat establecido entre
uno de los tres protagonistas y Julia, objeto de los sueños de más de uno. El
paso de la juventud a la madurez será para algunos el tema central de esta
novela, pero quedarse ahí sería pecar de ingenuidad, sería como ir a una fiesta
de fin de curso y no pasar de la puerta. Leonardo Cano va bastante más allá, y
partiendo del homenaje que hace a las generaciones de finales de los años
ochenta nos regala pura vida, con todo su equipaje de dulzuras y amargores,
porque esto es lo que hay, sueños que no siempre se cumplen y la necesidad de
encontrar un hueco en una existencia que nos evita, amante caprichosa, muchas
más veces de lo que sería deseable.
La edad media. Leonardo Cano.
Editorial Candaya. Barcelona 2016.
318 págs. 18 euros.
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