PALABRAS MAYORES
Manuel Moyano es capaz de trascender, con su prosa, todos los géneros
literarios, y eso está al alcance de muy pocos autores
La
narrativa de Manuel Moyano continúa su camino en pos de alcanzar las cimas más
importantes que se le pueden ofrecer a la buena literatura. Y lo hace con
novelas como ésta, que le proporcionó, con total justicia, el XVII Premio
Carolina Coronado de Novela Ciudad de Almendralejo, pero no lo hace sólo por
haber recibido un premio, no es el primero ni será el último, sino que continúa
por ese camino porque su autor logra escribir con un tono mesurado, pero
también porque sabe muy bien cómo alumbrar argumentos que podríamos calificar
como distópicos, fantásticos, ucrónicos, de ciencia ficción, y hacerlo con la
naturalidad y la calidad literaria precisas como para que cautiven a cualquier
lector, se confiese o no admirador de este tipo de literatura.
Tal
vez será porque Moyano es capaz precisamente de trascender los tipos o los
géneros literarios, y está dotado para trabajar cualquiera de ellos. El cuidado
de su prosa, el ‘tempo’ narrativo que emplea, medido pero sin que el ritmo se
ralentice en exceso, el esmero con el que maneja los argumentos y el uso de la
palabra justa hacen que cualquier lector vea como algo normal, y muy verosímil,
la presencia de Saint-Germain, un hombre que aparece en diversos momentos de la
Historia, sin que el tiempo haga mella en él.
Otro autor se refugiaría en el
simple argumento pensando que la potencia del mismo haría el resto, Manuel
Moyano va más allá, porque logra imbricar ese argumento en el presente más
lógico, y así nos regala a Daniel Bagao, un descreído editor de revistas esotéricas,
y al impulsivo Koblin, el más ferviente perseguidor del eterno viajero
Saint-Germain, una pareja que mezcla idealismo y realidad recogiendo acaso una
herencia de la que ningún autor español es capaz de sustraerse.
Llegados
a este punto, el desarrollo de la trama puede no ser el mayor potencial de la
novela, mejor dicho, no es el único as en la manga del autor, el mérito aumenta
por la manera que Manuel Moyano tiene de transmitir esa trama, porque entonces
nos va cautivando poco a poco, dejándonos perlas temporales entre algunos
capítulos, sembrando dudas, las mismas que siente Bagao, y ya cuando nos tiene
completamente en sus manos, tal y como hacían los buenos narradores del XIX,
nos golpea en la conciencia con un giro argumental del que, ustedes me
perdonarán, no les puedo hablar aquí. Puede que suene a tópico, pero pocas
veces acertaremos tanto al decir que una novela no se podrá soltar de la mano
hasta llegar a su fin.
‘LA HIPÓTESIS SAINT-GERMAIN’. Manuel Moyano.
Algaida. Sevilla 2017. 280 págs. 20 euros.
(LA VERDAD, "ABABOL", 13/1/2018)
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