PRIMUS INTER PARES
Así queda
catalogado Kostas Jaritos en esta última entrega de Petros Márkaris, como
director policial en funciones pero por encima de sus otros colegas, un premio
que el propio Jaritos se ve obligado a aceptar por mandatos superiores, pero
que no va mucho con él, porque no en vano es el más normal, el más casero y
natural de cuantos protagonistas pululan por la novela negra no sólo europea,
sino incluso mundial.
Ahí
precisamente radica uno de los aciertos de Márkaris, en la verosimilitud y la
cercanía que le ha dado a un comisario cascarrabias, aferrado a un coche
vetusto, y fiel a sus amistades (aunque sean comunistas) tanto como a su mujer
y su familia. En esta ocasión, eso sí, vemos a un Jaritos mucho más sosegado,
que quizá va vislumbrando ya la jubilación, cuya capacidad investigadora sigue
tan intacta como siempre, y que nos lleva a acompañarle en un nuevo caso que,
si bien no pertenece ya a la trilogía de la crisis, sí se muestra como algo
consecuencia de aquello, en tanto que se nos habla de docentes universitarios
que dejaron las aulas para dedicarse a la política y ahora pretenden regresar
haciendo uso de las famosas puertas giratorias.
Como puede
verse, la crítica social sigue muy presente en Márkaris, si la novela negra la
utiliza él es la quintaesencia de ese uso, pero el tono amargo de aquella
crisis se ha ido suavizando, al igual que el carácter de un Jaritos a quien la
vida todavía le tiene reservada alguna que otra sorpresa. En esta ocasión esa
crítica se ha humanizado, los años pasan y la manera de enfocar la realidad va
cambiando, incluso en la propia Adrianì, pero lo que no cambia es, por ejemplo,
el diario café con croissant del comisario, o su terquedad a la hora de
rastrear, señas de identidad que lo han caracterizado siempre y que nos lo han
vuelto tan extremadamente familiar. El mejor de entre nosotros.
‘UNIVERSIDAD
PARA ASESINOS’ Petros Márkaris.
Tusquets. Barcelona 2019. 332 págs. 19 euros.
(LA VERDAD, "ABABOL", 02/05/2020
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