«Tom Z Stone, desde el otro lado», por Antonio Parra Sanz
«DETECTIVES SOBRENATURALES. TOM Z STONE, DESDE EL OTRO LADO», por Antonio Parra Sanz
Volver a la vida no es un asunto baladí, y no todo el mundo está preparado para esa transición, sobre todo cuando sobreviene de buenas a primeras, cuando un cadáver deja de estar tan tranquilo y sufre un proceso de reanimación que le coloca de nuevo en el mundo de los vivos, y a veces le empuja a un oficio tan peculiar como el de detective privado. Eso hace que el resto de la sociedad le mire con ojos turbios, y hasta le condecore con apelativos muy peculiares, tales como desgastado, “pescao”, o reanimado, que son algunos de los epítetos con los que tiene que lidiar Tom Z Stone, el personaje con el que Joe Álamo ha entrado en el salón de la fama de la novela negra, aunque se haya incorporado al mismo desde las fronteras del más allá.
Eso, como lectores, nos obliga a abrir un poco más nuestras mentes negras, y a no renunciar en ningún caso a la hibridación de géneros, máxime teniendo en cuenta que si se cumplen los cánones, y se combinan adecuadamente, el resultado puede ser mucho más que satisfactorio. Y es que Tom no es únicamente un reanimado, como el autor llama académicamente a los zombis, sino un detective que recoge algunas de las herencias más clásicas del género, a decir de algunas voces incluso como heredero del gran Marlowe, a quien nuestro personaje profesa una admiración a veces hasta confesada públicamente.
Estamos entones ante un detective nuevo, el antiguo Tom era un hombre de familia, casado, con dos hijos, a quien el fenómeno de reanimación que sacudió al mundo le ha concedido una segunda oportunidad, de la mano de cierto repudio familiar (a ver quién es la familia capaz de lidiar con un zombi, por muy buenas intenciones que éste tenga), así que ese universo nuevo que se abre ante él lo va a llenar, entre otras cosas, con tabaco y bourbon…, ventajas de estar muerto, que uno ya no tiene que preocuparse por su salud.
Novela negra y novela zombi, un combinado que a más de uno se le podría atragantar, y que sin embargo Joe Álamo ha sabido servirle al lector en su justa medida y a la temperatura adecuada. Dicho de otro modo, sin atosigar con excesivos datos del fenómeno de reanimación, sino imbricándolo en la trama negra como parte de la misma, y de paso metiendo al lector en el universo que más le conviene, para que forme parte del mismo desde las primeras páginas.
En este volumen que rebasa el millar de páginas encontramos nada menos que tres novelas reunidas, Imagine, Let it be, y All you need is love, recogiendo el evidente tributo a The Beatles, tanto por parte del autor como por parte del propio personaje, ya que esta herencia musical forma parte de su personalidad.
Aquel cuarteto de Liverpool aparece incluso temporalmente recompuesto, dentro de las licencias que el mundo zombi le ha permitido utilizar al autor británico-valenciano. Accesorios que poco a poco van encajando en el carácter de un personaje que es el eje capital de las tres tramas, pero que tampoco está solo, a pesar de ser un detective muy solitario, tal y como les ocurría a los clásicos más académicos.
Porque esa trilogía: bourbon, música y soledad, es la que mantiene en pie a Tom Z Stone mientras llega el momento de su decaimiento, porque estos reanimados, a la manera de los replicantes de Blade Runner, también tienen un periodo de obsolescencia programada. Ese ocaso, no obstante, puede ser aliviado por personajes secundarios que son un auténtico lujo; en el lado del bien, entiéndase como el lado de Tom, contamos con el gruñón comisario Garrido y la servicial Mati, tan solícita como demoledora con su derringer (el que busque en ella a una mujer fatal como las típicas del género ya se puede ir olvidando); y en el lado del mal, Gregorio Espinosa, el Sanguinario, el malo por excelencia, su turbadora esposa, Eva, que capitaliza gran parte de la acción de la primera entrega, y el Gordo Louie, un mafioso de manual.
Como puede verse, la ambientación negra está completa, ya “sólo” queda sumarle las intrigas, las muertes, traiciones, drogas espeluznantes, combates en los que zombis terminales acaban con humanos aborregados, y toda una antología del mal y la corrupción intentando hacerse con la ciudad de Valencia. Es decir, lo más granadito que podemos encontrar en una buena novela negra, pero en este caso multiplicada por tres.
Por si eso no fuera suficiente, y pensando también en los aficionados del mundo zombi, las tramas principales se ven salpimentadas con curiosos episodios ocurridos tras el ya famoso fenómeno de reanimación (FR), ya sean casos concretos, programaciones políticas oficiales, o creación de nuevas fuerzas policiales que no dejen desamparados a los reanimados del mundo.
Un universo negro muy completo, dominado por un personaje redondo y que cumple bien con los cánones, y que se desenvuelve en unas tramas negras casi casi universales. Todo ello de la mano de Joe Álamo, que algo sabe del género y sus resortes, y que incluso se ha prodigado con otros detectives sobrenaturales como John Harper, dotados de otras virtudes peculiares, aunque ésa sea ya otra historia.
Eso, como lectores, nos obliga a abrir un poco más nuestras mentes negras, y a no renunciar en ningún caso a la hibridación de géneros, máxime teniendo en cuenta que si se cumplen los cánones, y se combinan adecuadamente, el resultado puede ser mucho más que satisfactorio. Y es que Tom no es únicamente un reanimado, como el autor llama académicamente a los zombis, sino un detective que recoge algunas de las herencias más clásicas del género, a decir de algunas voces incluso como heredero del gran Marlowe, a quien nuestro personaje profesa una admiración a veces hasta confesada públicamente.
Estamos entones ante un detective nuevo, el antiguo Tom era un hombre de familia, casado, con dos hijos, a quien el fenómeno de reanimación que sacudió al mundo le ha concedido una segunda oportunidad, de la mano de cierto repudio familiar (a ver quién es la familia capaz de lidiar con un zombi, por muy buenas intenciones que éste tenga), así que ese universo nuevo que se abre ante él lo va a llenar, entre otras cosas, con tabaco y bourbon…, ventajas de estar muerto, que uno ya no tiene que preocuparse por su salud.
Novela negra y novela zombi, un combinado que a más de uno se le podría atragantar, y que sin embargo Joe Álamo ha sabido servirle al lector en su justa medida y a la temperatura adecuada. Dicho de otro modo, sin atosigar con excesivos datos del fenómeno de reanimación, sino imbricándolo en la trama negra como parte de la misma, y de paso metiendo al lector en el universo que más le conviene, para que forme parte del mismo desde las primeras páginas.
En este volumen que rebasa el millar de páginas encontramos nada menos que tres novelas reunidas, Imagine, Let it be, y All you need is love, recogiendo el evidente tributo a The Beatles, tanto por parte del autor como por parte del propio personaje, ya que esta herencia musical forma parte de su personalidad.
Aquel cuarteto de Liverpool aparece incluso temporalmente recompuesto, dentro de las licencias que el mundo zombi le ha permitido utilizar al autor británico-valenciano. Accesorios que poco a poco van encajando en el carácter de un personaje que es el eje capital de las tres tramas, pero que tampoco está solo, a pesar de ser un detective muy solitario, tal y como les ocurría a los clásicos más académicos.
Porque esa trilogía: bourbon, música y soledad, es la que mantiene en pie a Tom Z Stone mientras llega el momento de su decaimiento, porque estos reanimados, a la manera de los replicantes de Blade Runner, también tienen un periodo de obsolescencia programada. Ese ocaso, no obstante, puede ser aliviado por personajes secundarios que son un auténtico lujo; en el lado del bien, entiéndase como el lado de Tom, contamos con el gruñón comisario Garrido y la servicial Mati, tan solícita como demoledora con su derringer (el que busque en ella a una mujer fatal como las típicas del género ya se puede ir olvidando); y en el lado del mal, Gregorio Espinosa, el Sanguinario, el malo por excelencia, su turbadora esposa, Eva, que capitaliza gran parte de la acción de la primera entrega, y el Gordo Louie, un mafioso de manual.
Como puede verse, la ambientación negra está completa, ya “sólo” queda sumarle las intrigas, las muertes, traiciones, drogas espeluznantes, combates en los que zombis terminales acaban con humanos aborregados, y toda una antología del mal y la corrupción intentando hacerse con la ciudad de Valencia. Es decir, lo más granadito que podemos encontrar en una buena novela negra, pero en este caso multiplicada por tres.
Por si eso no fuera suficiente, y pensando también en los aficionados del mundo zombi, las tramas principales se ven salpimentadas con curiosos episodios ocurridos tras el ya famoso fenómeno de reanimación (FR), ya sean casos concretos, programaciones políticas oficiales, o creación de nuevas fuerzas policiales que no dejen desamparados a los reanimados del mundo.
Un universo negro muy completo, dominado por un personaje redondo y que cumple bien con los cánones, y que se desenvuelve en unas tramas negras casi casi universales. Todo ello de la mano de Joe Álamo, que algo sabe del género y sus resortes, y que incluso se ha prodigado con otros detectives sobrenaturales como John Harper, dotados de otras virtudes peculiares, aunque ésa sea ya otra historia.
Gracias por la lectura y la reseña, compañero.
ResponderEliminarJOE