domingo, 31 de marzo de 2024

MISIVAS DEL DESVELO - ANABEL ÚBEDA

SEMILLAS EN EL CORAZÓN DEL SUEÑO

  Entre el sueño y la vigilia a veces se refugia la escritura, y aquí no hay mano de nieve que venga a arrancarla, ha de haber insomnio, desvelo y voluntad para hacerlo, es decir, lo que siempre muestra Anabel Úbeda cuando se pone a la faena de crear poesía. No en vano la prologuista, Ani Galván, es capaz de definir a qué huele este libro: “Pólvora, azufre, madera, sosa cáustica, perfume de ajuares y habitaciones”.


 Hay en estos versos, o parece haber, una intención de encontrarse a sí misma, de ir buceando entre todas las posibles mujeres que ella puede ser y la que es, resultado de la lucha entre la que quiere ser y la que todos, y el mundo, parece desear que sea: “tu llanto es un secreto en las espumas (…) / tallas un deseo que no llegará a la otra orilla”. 


En esa búsqueda hay también hueco para homenajes literarios, para honrar a Machado y a aquel olmo herido por el rayo, convertido ahora en una patria que nunca verá la luz. ¿Acaso nuestras fuentes, nuestros asideros literarios, han de permanecer en el olvido mientras el resto de nosotros sigue formándose? Y en esa patria, ahora por regiones vaciadas, quedan como islas figuras que han formado parte de nosotros, de nuestro aprendizaje, de nuestros primeros disfrutes culturales y literarios, como esa “Santa Compaña accidentándose en desiertos, / donde la soledad es urna de olvido”. 


El rincón de la prosa le corresponde a “Álbum”, un apartado en el que esas prosas poéticas van desvelando secretos familiares, nostalgias de niñez, canas de los padres, sabores eternos que nunca pierden su pasaporte. De alguna manera las últimas partes del libro parecen rezumar una paz nada desdeñable, en la que su autora hace gala, incluso, de cierto optimismo: “lejos, una mujer canta una jarcha, la tararea, / una pértiga se dobla, el cántaro mana claridad / apartándose sutilmente de la flor que está por abrirse”.


Eso deriva en un deseo de protección, en una muda petición de ayuda, en la intención de hallar un refugio, que si bien no será azul, sí contribuirá a frenar ese desvelo que tanto desasosiega a la poeta, que se siente apátrida hasta que llegue una mano que alivie su tormenta. No se puede convertir en norma el desvelo, ni abandonar de golpe lo creado, especialmente los versos, salvo para que repose camino de un futuro con la esperanza de que el tiempo lo mejore y nos lo vuelva a ofrecer, mucho después, bañado con la pátina de la satisfacción.

 

Se acerca Anabel Úbeda a una suerte de liberación gracias a sus versos, reescribiéndose, entregándose a un amanecer, exaltada al otro lado del umbral de la cárcel, quizá sin entender, quizá sin comprender del todo (¿y quién es capaz de hacerlo?), pero estando, permaneciendo para derrotar en lo posible a ese desvelo. Eso sí, sin modificar un ápice su forma de ser: una columna, sincera y dura a la hora de corregirse.

 

‘MISIVAS DEL DESVELO’. Anabel Úbeda Bernal.

Bajamar Editores. Asturias 2023.

78 páginas. Precio: 15 €


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