Hay un momento en el que la amiga que acompaña a la novia a escoger su vestido pierde la noción de dónde se encuentra y se deja llevar, mirando hacia el exterior a través del escaparate, junto a un maniquí blanquísimo, para ver si algún candidato que pase por delante es capaz de volver la cabeza y aceptar su oferta.
ANTONIO PARRA SANZ (Madrid 1965), profesor de Lengua y Literatura, de Escritura Creativa y crítico literario. Novelas: Ojos de fuego, La mano de Midas (Premio Libro Murciano 2015), Los muertos de las guerras tienen los pies descalzos; Acabo de matar a mi editor, Dos cuarenta y nueve y Entre amigos (Serie Sonia Ruiz 6). Relatos: Desencuentros, El sueño de Tántalo, Polos opuestos, Cuentos suspensivos, Malas artes. Artículos: La linterna mágica, Butaca de patio. Ensayo: Tres heridas.
No sé si habrá un momento más importante para muchas mujeres que el de elegir el traje de novia. Es su día. A muchas las han educado así, yo no tengo la culpa. Y el peor es ir acompañando a la amiga y pensar que ella no tendrá nunca un traje ni una ocasión para usarlo.
ResponderEliminarSalud, voy a reír a otro sitio que la gente me mira.
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ResponderEliminarEsto solo era un comentario curioso, Pedro, yo espero que el momento más importante en la vida de las mujeres sea otro. Un saludo.
ResponderEliminarPues que algo que se le parezca a Dios la libre de que su lapsus se haga realidad. Con lo bien que sientan los vestidos de colores.
ResponderEliminarQué no le pasará por la cabecica a la amiga de la novia... Blanca y radiante va la novia.
ResponderEliminarSi hay un hueco por aquí, me gustaría quedarme. Gracias.
Querido Thornton, encantado de hacerte un hueco por aquí. Y a Sally, lo mejor es cada quien elija el color de sus vestidos como le venga en gana. Saludos para ambos
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