Todo proceso electoral necesita unos días de reposo antes de ser analizado, porque no bastan las carreras del recuento para ofrecer resultados que no son más que estadísticas. Y como ya han pasado esas jornadas, las recientes elecciones catalanas nos han abierto, nuca mejor dicho, un panorama novedoso y lleno de atractivos. Por no hablar de que sus efectos se dejaron notar, y de qué manera, el día después sobre el verde del Nou Camp (otro día hablaremos de la gran casualidad de que ese partido, y no otro, haya coincidido con semejantes comicios).
Y es que ahora se explica por qué los jugadores del Barça salieron como salieron, rebosando testosterona incluso el mismo Guardiola (cosa rarita en él), que por un día dejó de mingitar colonia y sacó los colmillos como cualquier mortal. Cómo no iban a estar desenfrenados después de que Carmen de Mairena y María Lapiedra hubieran puesto la campaña electoral a mil, así cualquiera salta al campo y se come a quien se le ponga por delante, tal vez la UEFA debería plantearse considerarlo doping de última generación.
Desde luego, eso es participación femenina y no lo que se respira en Madrid, cómo vamos a comparar los enjutos pellejos de Mª Teresa Fernández de
Pero no acabó ahí la cosa, porque el partido del señor Laporta también tuvo a otra campeona del mundillo político, María Lapiedra, que dejó en pañales a
Estas dos reales hembras demuestran la gran salud de la política patria, especialmente de la catalana, siempre a la vanguardia de las innovaciones más progresistas. Ya le hubiera gustado a Eddie Murphy contar con ellas en su película, él al menos esquilmaba a los congresistas norteamericanos, por aquí sólo nos pueden birlar el sentido común, porque dinero ya no nos queda. Lo malo es que no veremos a ninguna de las dos en el Parlament, porque iban a ser la comidilla de
Pues imagínate lo que es tenerlos paseando por aquí, delante de casa.
ResponderEliminarEspero ese análisis relacionando las erecciones catalanas con el día en que Ronaldo salvó al Madrid de que fueran ocho.
Un abrazo.