LA FAMILIA ADDAMS
Pero qué bien lo pasarían ahora en nuestro país Gómez, Morticia, Fétido Addams y compañía, instaladitos en un territorio recién colonizado y que en las últimas noches de octubre rinde homenaje a muertos, monstruos, espectros y demás fauna de ultratumba, incluidos algunos políticos. Hala, llega Halloween, a disfrazarse tocan, a llamar a las puertas y darle un susto al personal a cambio de kilos y kilos de dulces. Y uno, que no es dentista, y que además padece del corazón, tiene que elegir dolorosamente, no ya entre truco o trato, sino entre no abrir la puerta o calzarle una hostia descomunal en toda la máscara, que eso también asusta lo suyo, al inconsciente de turno.
Es cuando menos curioso que nuestros jóvenes, esas joyas de la ESO, se enganchen a esta fiesta tan española, pero es natural, son los mismos que piensan que Papa Noel es de Norteamérica y que los Reyes Magos son de la Polinesia. Y para no ser menos, ejércitos de enseñantes progres y voluntariosos se ponen con ellos a decorar colegios e institutos con murciélagos, sábanas y calabazas (hay que joderse, tanto que renegamos de aquel Naranjito y ahora adoramos a su versión zombie). A asustar, que son cuatro días y eso del más allá enriquece mucho las programaciones educativas. Doy fe de que es imposible tomarse en serio una reunión docente con telarañas colgando por las paredes, nada de lo que trate un claustro de profesores en semejante ambiente puede ser tomado en serio, pero la nueva pedagogía es la nueva pedagogía, aunque se desarrolle en una lúdica cámara de los horrores.
Y pienso yo que esta invasión de una costumbre yanqui no tendría que estar tan justificada, porque si se trata de acuñar miedo, terror o pánico, hay muchos momentos del año en los que el españolito medio los experimenta sin tantas alharacas, véase la fecha de cumplir con Hacienda, la vuelta de las vacaciones, esas navidades llenitas de paquetes, un expediente de regulación de empleo, la sonrisa de Francisco Camps, una mirada de Esperanza Aguirre… Vamos, que hay donde elegir sin tener que seguirle el juego a Obama, y sin tener que hacerse una siniestra foto con él y dejar que nuestras hijas adelantasen esta celebración, y menos mal que no posaron Pepiño Blanco o Mª Teresa Fernández de la Vega, porque habrían parido la instantánea más horrorosa de nuestra vida democrática.
Pero no todo está perdido, me confirman mis espías que la Conferencia Episcopal, ese bastión de las tradiciones más puras de nuestra España, ha decidido contraatacar, pidiendo a los fieles un mayor rigor en la celebración de los días uno y dos de noviembre, y por una vez, y sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo. Denme Tenorios y comendadores en lugar de calabazas y brujas, llenemos los cementerios, resucitemos a los donjuanes que en el mundo han sido y enviémoslos a seducir a las féminas estadounidenses, a ver si son capaces de doblegar tanta lorza de manteca de cacahuete. A fin de cuentas, nuestros adalides religiosos han sido siempre grandes expertos a la hora de provocar terror, ya fuera en un potro, en una hoguera o en una consuetudinaria repartición de hostias.
Espero que el fin de semana, el que toque mi timbre tenga mucha paciencia, o lleve un buen casco en su disfraz. Buh.
Yo tengo en casa una bolsa de caramelos de cuando Escipión jugaba al guá, y pienso soltárselos al primer gilipollas que aporree mi puerta y me diga, con faltas de ortografía orales, eso de "Truco o trato". A ver si le da una cagalera que se le quede tatuado el óvalo del retrete en el culo hasta mediados de febrero.
ResponderEliminarHola Antonio.
ResponderEliminarNo me gustan nada las "personas" que adornan tu entrada, lo mismo una margarita de las de deshojar amores quedara mejor.
Si...no, si...no.
Un beso.
bueno, tras pasar un buen rato de ridiculo ayer en el ave, compruebo que continuas siendo un hombre de palabra. La verdad es que tenias la inspiración cerca.
ResponderEliminarAna María Tomas, amiga y gran articulista, me pide que cuelgue aquí sus palabras, ya que ella no ha podido:
ResponderEliminar"Felicidades, Antonio, como siempre, das en la diana. Una cosa es que nos guste la fiesta y otra incorporar algo tan ajeno a nosotros como el "Jalogüin" de los coj... desbancando tradiciones y a nuestros autóctonos fantasmas.
Tengo que felicitar también a Rubén Castillo es genial en sus comentarios. Siempre. Un beso a los dos. Ana María Tomás"
Gracias a ti, Ana, y suscribo la enorme carcajada que me provocan los comentarios de mi hermano Rubén, así como los ensayos telefónicos de estos artículos, testados profesionalmente con Juanchito para regocijo de ambos.
Hola Antonio!!
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo contigo. No me extraña que los jóvenes se preparen para estas fechas, ya que se les anima desde que son apenas unos bebés.
No veas la cara que se me quedo cuando entre en la Escuela Infantil donde trabajo y la encontré adornada con murciélagos, calabazas, arañas y demás monstruitos.. ¡Como si no hubiera bastante con los que tengo normalmente en clase! y lo peor, es que los padres te piden que hagas una fiesta de disfreces y todo.
Por eso este año me he negado a que en mi clase se celebre Haloween, total, ¿que le vas a explicar a unos niños de 2 años sobre estas fiestas?
Espero que no cojan un trauma infantil por esto...
ja,ja, muy bueno...si es que estamos rodeados de fantasmas. Saludos
ResponderEliminarCOJONUDO ANTONIO
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