Estrujar
a un personaje sin medida tiene sus riesgos, y Martina Cole no ha calculado
bien hasta dónde podía estirar la vida de la inspectora Kate Burrows, tal y
como se desprende de la primera mitad de esta novela. Los desencuentros de la
inspectora con el hampón Patrick Kelly ahogan a la trama de las prostitutas
asesinadas en serie, y sólo en el tercio final de la narración priman las cosas
que de verdad importan, y el ritmo resucita, y la intriga vuelve a florecer,
aunque para algunos lectores puede que ya sea demasiado tarde.
Chicas malas. Martina Cole.
Alianza. Madrid 2013. 372 páginas.
(LA VERDAD, "ABABOL", 12/10/2013)
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