lunes, 16 de julio de 2018

ENTREVISTA EN SOLO NOVELA NEGRA

‘Dos cuarenta y nueve’-Entrevista a Antonio Parra Sanz

A pocas semanas de una nueva edición del festival Cartagena Negra, charlamos con uno de sus organizadores, Antonio Parra Sanz, a cuenta de su novela ‘Dos cuarenta y nueve

Escritor, crítico literario, profesor de escritura creativa y docente en un instituto de la ciudad portuaria, miembro de la organización del festival Cartagena Negra y ELACT … Es difícil hallar personas tan comprometidas con la cultura como Antonio Parra Sanz. En un interludio entre sus múltiples actividades conseguimos realizar esta entrevista, en la que principalmente abordamos -además del noir, lo humano y lo divino- los entresijos de su última novela, ‘Dos cuarenta y nueve’.

Ficha del libro

Autor: Parra Sanz, Antonio
ISBN: 9788476289174
Editorial: Eds del Serbal
Año de edición: 2017
Nº páginas: 261

Entrevista a Antonio Parra para Solo Novela Negra

  • La primera pregunta es obligada: ¿Por qué el título ‘Dos cuarenta y nueve’?
Es aproximadamente la duración de un movimiento de Las cuatro estaciones, de Vivaldi, en concreto el Presto del Verano, un movimiento que escucha el asesino de la novela, y cuya duración se impone como tiempo para cometer sus crímenes, demostrando así que es posible acabar con la vida de una persona en menos de tres minutos.
  • En el desarrollo de la trama se combinan temas tan dispares como el mundo de las emisoras de radio, el ámbito policial o aspectos bíblicos… Con respecto a tus anteriores novelas, ¿dirías que has tenido que documentarte más ampliamente?
En el caso de las cuestiones bíblicas sí, tuve que hacer una buena búsqueda de aquellos fragmentos que pudieran ilustrar las confesiones de un asesino en serie, y después de valorar varios textos sagrados me decanté por el Apocalipsis, sin duda el libro más críptico de toda la Biblia, y por eso mismo el más metafórico y el que más se presta para hacer diversas interpretaciones. En los otros aspectos, bastaba con recordar algunas situaciones reales, tanto del mundo radiofónico como de casos policiales que se hicieron públicos en su momento.
  • En la novela la música juega un papel relevante… ¿Sueles escribir con música de fondo? En caso afirmativo, ¿cuáles son tus preferencias?
Es curioso, antes sí lo hacía. De hecho antes tenía muchas más manías de las que tengo ahora, escribía de madrugada, con música suave o clásica, acompañado de alguna bebida. Ahora ya no, parece que con los años esas manías van desapareciendo. Creo que esta novela fue la última en escribirse bajo esos condicionantes, fue escrita íntegramente de madrugada, mientras escuchaba de manera febril la música de Vivaldi, tanto que incluso llegué a aborrecerla, y en ocasiones incluso bebiendo el mismo whisky que toma el inspector Marquina. Creo que es una prueba más de hasta dónde tuve que empatizar con la trama y los personajes.
  • Hablando de esos personajes. Alonso, Marcos y Elisa. Un triángulo de protagonistas que da mucho juego. ¿Cuál ha sido el que más te ha costado construir? ¿Te ha seducido o divertido especialmente alguno de ellos?
Cada uno tenía sus peculiaridades, me interesaba que los tres arrastrasen un equipaje de duros recuerdos, incluso de pulsiones inconfesables, porque lo que yo quería era ahondar en sus miserias, y que ellos mismos se enfrentasen a ellas. Ésta ha sido la novela más dura de escribir, precisamente por haber tenido que entrar en sus mentes, en sus recuerdos, en sus miedos…, y de los tres creo que el que más me costó construir fue el de Marcos, porque las sombras de Elisa y Alonso les llegaron cuando ya eran adultos, pero Marcos lleva toda su vida sufriendo, y eso me puso las cosas más difíciles. Divertirme no me he divertido con ellos precisamente, pero sí he sufrido a su lado, y supongo que eso ha hecho que me haya hermanado con ellos más que con otros personajes míos.
  • ¿Crees que personas con el perfil psicológico de Marcos existen realmente hoy en día en la sociedad española?
Por desgracia sí, hay personas que se sienten rechazadas por la sociedad y que se dedican a juzgar a los demás como desahogo, aplicándoles una vara de medir egoísta y particular, no hay más que echar un ojo a las redes sociales y a toda la intransigencia que se ve en ellas, donde parece que triunfa el “o estás contigo o estás contra mí”. Otra cosa es que luego la gente decida llevar esos juicios un poco más allá, ahí, por fortuna, los casos disminuyen muchísimo, aunque alguno hay, como por desgracia hemos podido comprobar en los medios.
  • En la novela visualizamos una Cartagena nocturna, con una clara pátina inquietante y siniestra, al estilo de los escenarios noir norteamericanos o nórdicos… ¿te has inspirado en estos últimos o ha fluido de manera natural mientras escribías?
No se trataba de buscar un paisaje inquietante y siniestro de por sí, lo que pretendía era situar determinados episodios en diferentes lugares de Cartagena, pero muy conocidos para el habitante de la ciudad, con el fin de crear inquietud, de crear en el lector la sensación de que el mal podría ocultarse en cualquier rincón de los que habitualmente transitamos. Cartagena es una ciudad muy hermosa, ahora es mi ciudad, y el reto era situar la trama en sus calles, en sus rincones, para ir sembrando ese miedo, para que la presencia del justiciero amenazara con aparecer por cualquier esquina.
  • Madrileño afincado desde hace años en Cartagena… ¿Para cuándo una novela ambientada en tu ciudad de origen?
Mi primera novela, Ojos de fuego, que supuso el estreno de mi detective Sergio Gomes, transcurría en Madrid, a pesar de que la escribí viviendo ya en Cartagena, fue un homenaje hacia mi tierra que le debía tras tantos años de vivir allí. Ahora escribo sobre Cartagena porque es la ciudad que mejor conozco, y creo que uno debe escribir sobre aquellos espacios que domina, aun así, no he olvidado Madrid, por supuesto, pero seguro que ahora hay muchas zonas cambiadas y no quiero estar visitando mapas de mi ciudad de origen. De todas formas, hay por ahí proyectos que transcurren en Madrid, y nunca podré olvidarla, como es lógico.
  • En 2015 ‘La mano de Midas’, protagonizada por Sergio Gomes, se distingue con el Premio al Libro Murciano del Año. Ahora, con ‘Dos cuarenta y nueve’, abordas el noir desde una perspectiva muy diferente; ¿piensas seguir experimentando dentro del género o ya tienes en mente una nueva entrega de tu detective?
A veces pienso que en el género negro está todo inventado, leo muchísima novela negra y agradezco mucho que una trama me sorprenda, porque creo que estamos cerca de alcanzar la saturación a fuerza de repetir argumentos. En ese sentido, intentaré buscar nuevas vías, como supongo que hacemos todos los autores del noir, otra cosa es que lo consiga o que con ellas logre interesar al lector, que, dicho sea de paso, también se está volviendo cada vez más exigente, para que luego alguno siga empeñado en considerar a la novela negra como un género menor. En cuanto a nuevas entregas de Sergio Gomes, algo hay en el horno, pero es una creación conjunta con otro autor, por lo que me perdonará que no le dé más detalles, salvo que trataremos de innovar un poquito.
  • Con tus ‘Cuentos suspensivos’ hemos disfrutado de una antología de relatos variados, tanto en lo referente a la temática como a la técnica narrativa. ¿Te sientes igual de cómodo en el género del relato que en el de la novela, o tienes alguna preferencia?
Siempre estaré en deuda con el relato, porque fue el que me convirtió en escritor, y mi mente es proclive a generar tramas de cuentos que va almacenando hasta el momento de ver la luz. En cuanto a la comodidad, tanto la novela como el cuento son hijos de la misma madre: la narración, y yo soy un narrador, un contador de historias que unas veces salen más breves y otras más largas, pero la esencia siempre es la misma, aunque la técnica, obviamente, no. De todas formas, reivindico siempre que puedo el relato, porque vivimos en un país en el que hay magníficos cuentistas y me da pena que el lector a veces no sepa apreciarlo porque prefiera comprar una novela antes que un libro de relatos.
  • Hace un par de meses has recibido, junto a Paco Marín, el Premio Mandarache al fomento de la lectura. ¿Qué supone para ti este premio?
Una gran alegría. Yo soy un lector que de vez en cuando escribe un libro, así que mi principal preocupación es contagiar la pasión por la lectura a tanta gente como sea posible, lo hago en las aulas con mis alumnos, ya sean de secundaria o universitarios, y en general cada vez que puedo en cualquier situación, así que recibir un premio como ése fue un pleno de satisfacciones, porque es una forma de reconocer una labor que me apasiona, al igual que le ocurre a Paco, por eso los dos nos embarcamos en cien actividades literarias, porque disfrutamos con ello, y  esperamos seguir contagiando a los demás durante todo el tiempo que podamos.
  • Eres uno de los organizadores del festival Cartagena Negra, que tiene lugar a primeros de septiembre en la ciudad portuaria. ¿Tenéis ya perfilada su cuarta edición? ¿Puedes avanzar a los lectores de SNN alguna exclusiva?
El programa ya está cerrado. Como en las tres ediciones anteriores, nuestro principal objetivo es el de acercar a los autores a los lectores del género, estrechar lazos entre ellos, aumentar sus vinculaciones, que participen en actos conjuntos y se retroalimenten de experiencias literarias. Por eso siempre procuramos hacer que el autor se sienta bien tratado, y que el lector tenga muchas oportunidades de departir con él. En esta edición, como en las anteriores, hemos tratado de echar el resto, así que celebraremos el vigésimo aniversario de Bevilacqua y Chamorro con Lorenzo Silva, hablaremos de la relación entre los crímenes, la prensa y la literatura, haremos que algunos autores consagrados apadrinen a algunos nuevos, departiremos sobre el maltrato, tendremos monólogos, encuentros con clubes de lectura, concursos de cortos y microrrelatos… En fin, cinco días apasionantes en los que nos acompañarán figuras como Berna González Harbour, Graziella Moreno, Estela Chocarro, Carlos Augusto Casas, Manuel Marlasca, Benito Olmo, Lorena Franco, Jerónimo Tristante, y así hasta completar la treintena de autores, incluyendo a un tal Jesús Zaplana, no sé si le sonará.
  • En tu opinión, ¿cuáles son los factores que propician el gran interés que suscita el género noir dentro de la literatura actual?
Esa es la pregunta del millón, bueno, una de ellas, porque la otra sería ¿qué es novela negra? A mi juicio, el género negro estimula tres facetas del ser humano: la psicológica, la lúdica y la sociológica, de ahí que provoque tanto interés. Y es que tiene un triple atractivo, por un lado nos permite jugar a adivinar quién es el asesino o cómo se han producido los hechos que se cuentan, después nos ofrece una panorámica de la sociedad en la que florecen todas sus miserias, y por último nos permite hurgar en los recovecos de nuestra mente, y pasear por su lado oscuro sin que tengamos que estar frenados por la ética o la moral, como ocurre lógicamente en la vida real. Tal vez en esa triple vertiente esté la clave de por qué se ha vuelto tan atractiva para el lector, sin olvidar tampoco el estilo, claro, el lector exigente, el buen lector, desechará una novela negra mal escrita por muy atractiva que sea su trama, o al menos así debería ser.
  • Por último, cuéntanos un poco acerca de tus proyectos literarios más inmediatos.
Cada vez me cuesta más ir desvelando proyectos, no por manías ni supersticiones, sino porque si luego no cuajan parece que uno le toma el pelo al público, pero bueno, ahora ando embarcado en dos tramas muy diferentes, una que tiene que ver con la literatura humorística, y otra, en colaboración con otro autor, que nos lleva de nuevo al interior del género negro. Hacer que ambas prosperen será un reto, esperemos que todo logre llegar a buen puerto.
Muchísimas gracias, Antonio.
Texto: © Antonio Parra Sanz y Jesús Zaplana García, 2018.

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