Un canto de libertad
Los
versos de Katy Parra se hacen preguntas, pretenden adivinar cuál es la secreta
virtud de las manzanas, por qué aquél fue el elemento que nos expulsó del paraíso,
de ahí la disyunción del título: manzana o vida, como si la supuesta
inconsciencia de Eva no fuera sino un canto supremo de libertad, porque acaso
era mejor probar aquella fruta que dejar marchitarse al árbol del bien y del
mal.
No
ha lugar a la duda, en estos versos rezuma la vida, la que nos hace “comprar y vender almas adictas al delirio y
a la cavilación”, la misma que nos exige un credo urgente con el que
compartir esa manzana en un par de mordiscos apresurados, porque a fin de
cuentas, como reza este libro, nunca hay que fiarse de la palabra ‘siempre’.
Katy
Parra habla de manzanas, sí, pero también de corazones perdidos, aquellos que
son más proclives a ser “tiroteados por
la fatalidad”, aquellos que, para salvarse, tendrían que bañarse a menudo
en lo cotidiano, cuando lo más necesario es hacer de cada martes el día más
glorioso, y compartir con otro corazón ese germen, mágico y esplendoroso, que
provoca el nacimiento del universo.
Eso
sí, como hay vida hay dolor, hay ocasiones en que la existencia es sólo una metáfora
que va muy poco más allá del mero hecho de bebernos el oxígeno. Eso le da más
valor a estos versos, el hecho de reconocer las dos caras a las que hemos de
enfrentarnos, las mismas que veremos a poco que giremos la manzana en nuestra
mano.
La manzana o la vida. Katy
Parra.
Ediciones del 4 de Agosto. Logroño
2013.
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