DOS MUNDOS EN UNO
A priori, una novela en la que se salta de nuestra época al siglo XXXI puede hacer rechinar los dientes de la desconfianza, pero Care Santos abre un túnel del tiempo con tal suavidad que el lector no sufre mareo alguno en esos viajes. El mundo está arrasado,
El planteamiento atrae por sí solo y, futurismos aparte, no recoge más que un argumento de lo más universal, el conflicto entre el Bien y el Mal. Pero para que el mal no triunfe del todo, nacen dos gemelos, Eilne y Níe, que serán los mensajeros del cambio, y justo antes de su exterminación, su madre los envía al pasado con el fin de que puedan cumplir con su misión. A partir de ahí, la novela es una continua búsqueda, un viaje sin fin en el que cada gemelo trata de encontrar a su hermano, siempre con la ayuda de la organización protectora del bien.
Para que ese viaje no se haga monótono sino trepidante, Care Santos perfila un estructura capitular muy ajustada y celérica, dando forma a un universo narrativo que controla en todo momento, como una diosa sedente que lanza y lanza los dados literarios para ir poco a poco atrapando al lector con momentos de peligro, de acción, de intrigas ocultas y enemigos que fingen ser lo que no son.
Bajo su ciencia ficción, laten también serios avisos para el planeta, que los jóvenes lectores deben asimilar, porque en sus manos estará impedir que los Nigro Vultur de turno logren triunfar. El destino de nuestro mundo, tal y como lo conocemos, pasa por prestar atención a dos prevenciones de grandísimo peso: nunca abandonar la cultura y el arte, y jamás descuidar el entorno que nos rodea. No en vano los mensajeros son dos jóvenes de doce años, edad en la que se supone que el juicio debe empezar a despertarse del todo.
A medida que avanza la novela, va creciendo la emoción y vamos descubriendo datos, también al tiempo que lo hacen los gemelos Eilne y Níe, y llega un punto en el que somos nosotros quienes saltamos en esas refulgentes grietas del tiempo sin miedo, aunque con ansiedad, la que provoca el deseo de conocer la resolución de la trama. Lejos de redactar una novela que se bañe sólo en la ñoñería que algunos autores atribuyen a los lectores jóvenes, Care Santos los trata de tú a tú, adentrándose en su propio mundo, en sus preocupaciones, en sus inquietudes y hasta en su forma de pensar. ¿Quién dijo que los jóvenes no pueden disfrutar de una literatura más profunda? Esta novela lo desmiente, y a poco que sepan leer entre líneas, les advierte, quizá no del camino que deben seguir, pero sí de los caminos dañinos de los que conviene apartarse.
“Dos lunas”.
Care Santos.
Montena. 397 páginas
1 comentario:
Grandísima novela; grandísimo analista. Qué más pedir. Sólo la felicidad de seguir gozando de ambas cosas durante mucho tiempo.
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