Baúles de dolor
La obra acumula un triple mérito: además de entregarnos la peculiar relación que surge entre Theresa y el Inquisidor, nos muestra a un autor que se zambulle de cabeza en la actualidad, y de una manera novedosa, porque nadie hasta ahora había planteado una novela como material íntegramente aparecido en un blog y varias sesiones de chat, confirmando así que las nuevas modalidades comunicativas no tienen por qué estar reñidas con la buena literatura.
El tercero de sus méritos radica en rescatar un episodio histórico, un supuesto caso de herejía acontecido en el convento, y mostrar cartas, actas de interrogatorios y confesiones, y hasta pliegos de descargo, todo ello con una adecuación lingüística verdaderamente magnífica, llevando al lector hasta el mismísimo barroco español. La historiadora Theresa y el enigmático hombre que se hace llamar Inquisidor iniciarán su camino en común de la mano de este episodio y de sus textos.
Pero en esta novela, Lorenzo Silva habla también de la soledad, del fracaso, ya sea amoroso o social, que ha salpicado a sus protagonistas, y de la culpa y la expiación, porque los dos arrastran sus propios baúles de dolor, los mismos que los han conducido a la intemperie de eternas noches frente al ordenador. Tiempos nuevos con antiguas dolencias, tiempos nuevos con nuevos métodos tecnológicos, pero siempre con los idénticos misterios de la vida: el juego entre las apariencias y la realidad.
‘El blog del Inquisidor’. Lorenzo Silva.
Destino. 251 páginas.
("ABABOL", LA VERDAD, 14/3/09)
3 comentarios:
Qué bien escribes, hermano. La madre que te trajo. Leer tus reseñas y entrar ganas de ir al libro comentado es todo uno. Y eso habla de la calidad de quien opina, obviamente.
Yo lo que no veo muy claro, es que en el siglo xvii ya hubiese internet, creía que eso de los bytes era más reciente...
Los bytes sí, querida Isis, por desgracia lo que no deja de ser reciente es la maldad y la soledad a la que se enfrentan los dos personajes de Lorenzo Silva.
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