LEONES EN INVIERNO - CARLOS AUGUSTO CASAS

 

LEONES EN INVIERNO, de  CARLOS AUGUSTO CASAS, por Antonio Parra Sanz

 

SINOPSIS: De madrugada, una joven es atropellada por un coche de alta gama. Su conductor se da a la fuga. No puede detenerse: es un policía infiltrado en un grupo de narcotraficantes y este suceso podría desvelar su identidad. Pero el problema no se solucionará solo con huir. Tiene que parar la investigación del accidente. Ha sido un tremendo error que podría acabar con sus planes, unos planes que no se limitan a acabar con la banda.

Hidalgo es el padre de la chica. Trabaja como contable en una empresa que vende muebles de oficina. El empleo más aburrido del mundo. Pero no siempre fue así. En el pasado, Hidalgo era uno de los líderes de Ultrassur, el grupo de seguidores violentos del Real Madrid. Y todos le llamaban el Largo. En el entierro de su hija, Hidalgo se reencuentra con Salva y el Goteras, dos antiguos ultras. Ante los escasos avances de la investigación, los tres deciden tomar cartas en el asunto, algo que les devolverá al pasado, a recordar quiénes eran. Porque tal vez siempre han sido así, escondidos tras el disfraz que la sociedad les obliga a ponerse.

 

EL PODER Y LA VENGANZA

 

    No es nada raro encontrarse una novela de Carlos Augusto Casas vertebrada por dos de las ideas más potentes que suelen aparece en una novela negra: la lucha por la obtención del poder y la obsesión de mantenerlo, y el ajuste de cuentas por alguna muerte personal, aunque quizá ese ajuste se extienda después a sueños o ilusiones del pasado.

     Pues bien, esta novela no es una excepción. Porque de la mano del atropello de una joven, vemos cómo poco a poco se va armando un universo sustentado por ese poder, esas ansias de controlarlo todo, y amenazado a la vez por la intensidad con la que un padre encarará la venganza por la muerte de su hija.

     Obviamente, solo con esos dos pilares no se puede construir una casa de estas características, que durante algunos capítulos parece un caserón destartalado mientras que en otros se yergue como el palacio de las dos mil y pico de noches mágicas.

     Carlos Augusto Casas comienza entonces su tarea más ardua, cimentar toda la obra facilitándonos datos e informaciones que se mueven entre los procedimientos policiales, el funcionamiento de los cárteles de la droga, ya sean colombianos, mexicanos o españoles, y una visita al pasado para explicarnos de qué forma se estrechó la extraña amistad que aún mantienen un contable, un yonqui y un guardia civil.

     Ese mecanismo de relojería se pone en marcha entre infiltrados policiales, intrigas de poder en los clanes del vicio y la búsqueda desesperada de Hidalgo tratando de hallar al culpable de la muerte de su hija, un caso por el que las fuerzas policiales no parecen haber movido un solo dedo.

     Y son precisamente Hidalgo y Bacoy quienes van a focalizar el mayor antagonismo, el contable que ahora vuelve a ser el león que un día fue, y el aspirante mafioso que ansía convertirse en el nuevo león dominante de una sabana en la que no caben todos, a veces no caben ni las hienas.

     El autor madrileño seguirá adelante en una carrera sin frenos y en la que, quien no sea capaz de mirar tras de sí, morirá en menos de un suspiro. Psicológicamente, el triunfo parece estar siempre a la vuelta de la esquina, que es cuando hay que saber amartillar bien un arma o evitar que el suelo nos trague. Pocos detalles más podemos dar, salvo que hay un maestro en este tablero que guiará nuestros movimientos hasta la dolorosa tirada final.

 

    CARLOS AUGUSTO CASAS es escritor y periodista. Comenzó su carrera en Diario 16 y se especializó en el periodismo de investigación, desarrollando su labor en cadenas de televisión como TVE, Antena3, Cuatro, Telecinco y La Sexta.

    Su primera novela, Ya no quedan junglas adonde regresar (2017), supuso todo un acontecimiento y fue galardonada con los principales premios del género negro: el Premio Wilkie Collins, el Premio Tuber Melanosporum, el Premio Novelpol, el Premio Ciudad de Santa Cruz y el Premio Tormo Negro, y ahora ha sido adaptada a la pantalla. También fue finalista del Premio Silverio Cañada de la Semana Negra de Gijón y autor de las novelas El ministerio de la verdad y La ley del padre.

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