In vino veritas
A
veces Silvia Santander tiende a pensar que el aforismo latino puede resultar el
mejor de los catecismos, pero cuando las noches en blanco, o el recuerdo de su
hermana asesinada se apoderan de ella, tiene sus dudas, tanto como ganas de
romper con todo, de abandonar un mundo en el que le cuesta sobrevivir pensando
en que quien mata pueda después permanecer impune. Mateo Uriarte, en cambio, sí
defiende a ciegas esa máxima, pues es un sumiller extraordinario para quien el
vino carece de secretos, y cuya nariz caerá fascinada ante los efluvios, los
físicos y los otros, de la propia Silvia.
Félix
G. Modroño se hace con el lector ya en los inicios de esta trama, de este juego
de seducción en el que uno de los dos contendientes parece esconder más de lo
que da. Pero no se queda ahí, sino que nos regala una segunda trama con la que
salta, del Arenal bilbaíno actual, al Arenal sevillano de comienzos de los años
cuarenta, cuando la sombra de Queipo de Llano y sus incendiarios discursos
seguía siendo aún muy alargada, y cuando Franco acudió a la ciudad hispalense
para mantener una entrevista con el luso Oliveira Salazar.
Si
ambas tramas andan o no relacionadas le tocará averiguarlo al lector, porque Modroño
las alterna de manera magistral, pero sin más transición que una página en
blanco o una nueva referencia capitular. Quienes conozcan ya al autor navarro
saben que hay que seguir leyendo y llegar mucho más allá, donde se disipan las
neblinas y donde las almas de los personajes se hacen corpóreas y le guiñan un
ojo al lector. Quienes no le conocen tienen con esta novela, que no ganó por
casualidad el último Premio Ateneo de Sevilla, una gran oportunidad de
disfrutar de lo que antes se llamaba “un escritor de raza”, y que hoy podemos
sustituir nada menos que por la expresión “un buen escritor”, de los que dejan
huella, de los que no permiten la construcción de livianos castillos de naipes.
Los
avatares sevillanos de Olalla Carmona y Martín Villalpando en plena represión
de posguerra están narrados con una frescura impresionante, el madrinazgo de
guerra, el mundo prostibulario, frecuentado hasta por policías, los confidentes
y agentes turbios de la primera policía franquista, la sombra de un atentado contra
el dictador, todo flota en esa segunda trama apresando al lector con la promesa
de una confluencia futura con las existencias de Silvia Santander y Mateo
Uriarte.
Si
existe la venganza, si el pasado es algo que se puede mantener vivo entre
generaciones, si el amor es un premio o un arma, si la soledad puede combatirse
con éxito, o si el sexo llega a ser una tabla de salvación…, todo ello lo
encontrará el lector en unas páginas que no olvidará con facilidad.
Secretos del Arenal; Félix G. Modroño
Algaida, Sevilla 2014. 384 páginas.
(Revista Letras de Parnaso, nº 33, Junio 2015)
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