No
es la primera vez que Antonio Orejudo nos sumerge en la intertextualidad, o nos
regala la amplia visión que supone disfrutar de la lectura de una novela dentro
de otra. Parece ser éste un rasgo que ha terminado por hacer suyo a la hora de
escribir y que el lector agradece porque, primero, sabe qué va a leer en
Orejudo, y segundo porque la lectura de sus libros siempre provoca una
inigualable sensación enriquecedora. En este caso el texto latente corresponde
a las obras de Los Cinco, aquellas novelas juveniles repletas de jengibre con
las que Enid Blyton conquistó a toda una generación, la del autor y también la
de quien esto escribe, los que constituimos en España las primeras cifras del
“baby boom” de los años sesenta del pasado siglo.
Así
las cosas, el público coetáneo del autor recibe un premio añadido, como es la
posibilidad de volver al pasado y leer lo que fueron nuestras infancias y
juventudes. Eso, que es virtud, podría ser un defecto de cara a lectores de
otras generaciones, pero no es el caso, porque el autor sabe muy bien lo que
hace, y al hilo de su avance por la vida, el suyo y el de un par de buenos
amigos, nos presenta nada menos que la evolución que han tenido aquellos cuatro
niños con los que crecimos (del perro, lógicamente, poco se cuenta), su
proyección profesional, sus triunfos y fracasos, sus coqueteos con ciertas
sustancias, sus amores y desamores y hasta su presencia, en algunos casos, en
el conflicto que Inglaterra mantuvo con Argentina por las islas Malvinas.
Ese
triple eje: la nostalgia de los años sesenta y setenta, la evolución del
protagonista y la visión futurible de los personajes de la Blyton, convierten
la novela en algo muy atractivo, hasta que la prosa de Antonio Orejudo logra
ponerle el correspondiente colofón, una prosa dotada desde hace ya algún tiempo
de una potente identidad propia, y complementada además por la facilidad con la
que el autor puede ir encadenando historias a lo largo del libro, historias que
quizá a alguno puedan parecerle dispersas, pero que tienen su sentido, y un
potente nexo común, a poco que uno siga leyendo, porque nada quedará al albur
del destino, todo tendrá su explicación llegado el momento idóneo.
Acérquense
a este homenaje a Los Cinco, pero también a los miembros de una generación
española que en ocasiones se quedaron a medio camino de muchas cosas. Y regocijémonos
porque esa olla literaria de la que se nutre Antonio Orejudo siga produciendo
buenas historias sin parar.
‘LOS CINCO Y YO’. Antonio Orejudo.
Tusquets. Barcelona
2017. 251 páginas. 18’50
euros.
(LA VERDAD, "ABABOL", 10/6/2017)
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