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jueves, 4 de julio de 2019

ANTES DE LOS AÑOS TERRIBLES - VÍCTOR DEL ÁRBOL


ANTES DE LOS AÑOS TERRIBLES de Víctor del Árbol por Antonio Parra



Título
Antes de los años terribles 
Datos publicación
Editorial Destino. Barcelona 2019. 464 págs. 

Autor
          Víctor del Árbol (Barcelona, 1968) fue mosso d’esquadra desde 1992 hasta 2012 y cursó estudios de Historia. Es autor de las novelas El peso de los muertos (Premio Tiflos de Novela 2006), El abismo de los sueños (finalista del XIII Premio Fernando Lara 2008) y La tristeza del samurái (Prix du Polar Européen 2012), traducida a una decena de idiomas y bestseller en Francia. Sus últimas obras son Respirar por la herida(finalista en el Festival de Beaune 2014 a la mejor novela extranjera), Un millón de gotas (ganadora en 2015 del Grand Prix de Littérature Policière), La víspera de casi todo (Premio Nadal de Novela 2016) y Por encima de la lluvia (2017). En 2018 fue nombrado Caballero de las artes y las letras de la República Francesa.
 
Sinopsis de la obra
          La vida de Isaías volvió a empezar el día que llegó a Barcelona siendo un muchacho y dejó atrás su mundo. Después de mucho tiempo ha construido una nueva vida junto a su pareja, mientras intenta abrirse camino con un negocio de restauración de bicicletas. Todo cambia el día que recibe la visita de Emmanuel, un antiguo conocido que lo convence para que regrese a Uganda y participe en un encuentro sobre la reconciliación histórica de su país.
Aceptar esa propuesta hará resurgir un pasado que Isaías creía haber dejado atrás. Se verá forzado a enfrentarse al niño que fue, mirarlo a los ojos sin concesiones y perdonarse a sí mismo, si quiere seguir adelante con su vida y no perder a su mujer, que pronto, y de la peor manera, descubrirá una terrible verdad: no siempre lo conocemos todo de aquellos a quienes amamos. Cuando se ha llegado demasiado lejos, huir no es una opción.

Reseña
La memoria y la mirada
            Hace ya algún tiempo que Víctor del Árbol ha trascendido las fronteras que establecen los géneros literarios, escapándose de los márgenes iniciales de la novela negra para alcanzar una dimensión literaria mucho mayor, y más difícil, la de contar historias complejas, redondas, prolijas en sensaciones, esas historias que se van metiendo poco a poco en el corazón de los lectores, empezando por la vista y quedándose ya para siempre en el alma. Hacer eso no está al alcance de todo el mundo, algunos lo consiguen con un título, otros lo rozan en cada título pero sólo en algunos capítulos, mientras que el autor barcelonés lo logra siempre, hasta el punto de que incluso cuando ya creemos que tiene la trama cerrada, logra dedicarnos una última sorpresa.
            En esta ocasión el elegido ha sido Isaías Yoweri, ugandés afincado en Barcelona que recibe una extraña invitación para acudir a un congreso en su país en el que, supuestamente, se van a cerrar heridas históricas en pos de una utopía pacífica. Isaías, que sabe lo que es sufrir y luchar, y que ha logrado encauzar su vida con Lucía, abre entonces la esclusa de la memoria, y acompañado por la prosa certera de Víctor del Árbol, nos irá desgranando su pasado, en un plano narrativo que se va complementando con la visita actual a Uganda.
            Esa memoria depende, lógicamente, de sensaciones, olores, sonidos, pero por supuesto depende de la mirada, porque no siempre mirar significa ver, y las reflexiones de Isaías no solo nos van a descubrir un continente, sino que nos echarán a la cara la dureza de una tierra en la que los niños eran carne de fusil hasta borrar sus mentes y sus voluntades, y en la que los albinos eran perseguidos por sus poderes, como si fueran fuentes mágicas con las que alimentar el fanatismo.
            La galería de personajes que ha rodeado la existencia de Isaías es amplia y compleja, una abuela sabia, un padre justo, un maestro cabal, una joven de la que enamorarse pronto, un hermano soñador y futbolero, un sueco tan magnético como sádico, unos compañeros de intenciones difusas, un fanático religioso lector enfermizo de Conrad, o un niño albino, por no hablar de Lucía, el faro que ahora guía su existencia con la promesa de un hijo común.
            Todos ellos se asoman a la novela con algo que decir, con ajustes de cuentas de por medio, con la intención de que el lector sea capaz de completar el cuadro global de una obra intensa, dura a ratos, conmovedora, y sobre todo una obra que nos abre los ojos sobre un continente y una problemática acerca de los cuales muchas veces nos hacemos los ciegos, sordos y mudos.

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