EL HORIZONTE
La esencia de
un escritor está impresa en su alma, ya cultive relato, poesía, novela o como
si le da por escribir campañas publicitarias. Esa habilidad para mostrarse,
para desnudarse en cada género, no está al alcance de todos, por eso cuando nos
topamos con ella hay que felicitarse y celebrar la suerte de poder disfrutar de
vez en cuando de su prosa, como ocurre en el caso de Manuel Moyano, una de esas
voces por las que merece la pena leer.
Polifacético,
o más bien poligenérico, Moyano de vez en cuando pone negro sobre blanco otra
de sus pasiones además de la escritura, la pasión del viajero, la del hombre
que camina por el mero placer de moverse, como defendía Jack London, y de
contar aquello que ve. En esta ocasión, no es ni mucho menos su primer libro de
viajes, se ha movido por la región que habita, el sudeste español, remontando
ríos como el Segura, el Argos o el Vinalopó, acercándose a sierras y montes,
vaguadas y trochas, pueblos y pequeñas localidades.
Ha espaciado
sus relatos apelando a la memoria de diferentes veranos, y así nos hemos
encontrado a un narrador tan perspicaz como siempre, pero a un viajero un tanto
más sosegado que en otras ocasiones, a pesar de que aún sea capaz de dormir al
raso, si bien en no demasiadas ocasiones, y es que los años son los años y se
dejan sentir.
Además de la
naturaleza, primera cota de observación, Manuel Moyano anda siempre a la
búsqueda de la voz humana, de las historias que laten en cada pueblo, en cada
camino, y siempre se guarda alguna de ellas para volver sobre esa realidad
cuando ha regresado de nuevo al hogar. Un crimen múltiple, una desaparición, la
presencia de algún nazi en el Mediterráneo, son las que encontramos en este
volumen, pero por encima de ellas, como ya se ha dicho, están la voz y el ojo
del autor, del viajero, del caminante, del hombre siempre reflexivo.
‘CUADERNOS DE TIERRA’. Manuel Moyano.
Editorial: Menoscuarto. Palencia 2020.
165 páginas. 16 euros.
(LA VERDAD, "ABABOL", 19/09/2020)
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