Antonio Parra: "Me interesa más el proceso de enfrentarse a los miedos que vencerlos"
Cartagenero de adopción, Antonio Parra Sanz presentó la semana pasada su nuevo libro, Cuentos suspensivos, que recoge doce relatos y doce microrrelatos
27.03.2017 | 04:00
Antonio Parra Sanz durante la presentación de ´Cuentos suspensivos´ la semana pasada en Cartagena. Felipe García Pagán
Antonio Parra Sanz no es uno de esos escritores que da tregua a sus lectores. Les exige, les invita a involucrarse en la historia, a encontrar el enigma, la solución del problema. Pero en su último libro, Cuentos suspensivos (La Fea Burguesía), lo hace de una manera distinta a la que nos tenía acostumbrados, al menos en los últimos tiempos. El escritor madrileño –aunque afincado en Cartagena desde largo tiempo atrás– recupera el relato y se prueba en el microrrelato. Un trabajo con el que enganchar a su público mientras su gran personaje, Sergio Gomes, prepara un nuevo caso.
¿Qué podemos encontrar en Cuentos suspensivos?
Desde un punto de vista narrativo, unos cuantos relatos de temática diversa que espero que logren agarrar al lector por las solapas, o hacer que pase un buen rato con su lectura. Estructuralmente recoge doce piezas más o menos extensas y doce muestras de lo que se ha llamado minificción, es decir, microrrelatos. En el fondo todo con la misma voluntad, la de contarle al lector unas cuantas historias, que es lo que mueve a todo escritor.
Con este libro vuelve a sus orígenes. ¿Era el momento de mirar atrás y hacer balance?
No creo que se trate de hacer balance, más bien de disfrutar de la oportunidad que la editorial La Fea Burguesía me ha dado de volver a publicar relatos. Algunos de ellos ya habían aparecido en volúmenes colectivos, pero otros permanecían inéditos y me pareció una buena ocasión para que juntos vieran la luz. Y en cuanto a lo de volver a los orígenes, algo de eso hay, porque yo me estrené en la literatura escribiendo relatos y es algo que no puedo, ni quiero, olvidar.
Como escritor, ¿qué le ofrecen los relatos que no tiene la novela?
Siempre que surge esta pregunta suelo dar la misma respuesta: no se trata de elegir entre relato o novela. Me gusta considerarme narrador y, como tal, a veces se abordan tramas extensas y otras más breves. La satisfacción por contar una historia es la misma en ambos casos, lo que cambia es la génesis y también la forma de trabajo. El relato es como un fogonazo, el flash de una fotografía, que decía Julio Cortázar, surge de principio a fin en la cabeza y cuando eso ocurre, hay un momento de plena lucidez que antecede al hecho físico de escribirlo. La novela es una prueba de resistencia, porque va cambiando, enriqueciéndose, sumando o perdiendo elementos a medida que se va creando.
En este libro explora además un género nuevo para usted pero que, sin embargo, está muy en boga en la actualidad: el microrrelato. ¿Qué le ha motivado a lanzarse a este formato?
La lectura, como siempre. Porque la lectura es el impulso que me mueve, y el que debe mover a todo escritor. Después de haber leído muchos y muy buenos microrrelatos un día surge la voluntad de probar, el atractivo de intentarlo, y el microrrelato es un género muy adictivo precisamente por su fuerza. El fogonazo del relato se vuelve aquí mucho más intenso, es un relámpago en el que se condensan sus principales rasgos: sugestión, complicidad con el lector, precisión lingüística y sorpresa final.
¿A qué achaca esta moda del microrrelato? ¿Quizá la cultura del tweet? Que sea corto no significa que sea fácil, y no son pocos los jóvenes que lo practican...
Hay quienes lo vinculan con la rapidez con la que se vive ahora, con la inmediatez que caracteriza a todo lo que nos rodea, redes sociales incluidas, tal vez por eso sea tan atractivo para los jóvenes. Pero el microrrelato de verdad no se crea de esa forma tan fulminante. No se trata de reunir doscientas o trescientas palabras y ya está, la precisión del lenguaje exige un trabajo de orfebrería, y el espacio breve requiere tener capacidad para sugerirle al lector un argumento y que él coopere y lo complete. Hay mucho más detrás de ese pequeño texto de lo que la gente cree.
Volviendo al libro, sus protagonistas se enfrentan a sus miedos como única solución para «seguir viviendo». ¿Es ese el mensaje que Cuentos suspensivos pretende hacer llegar al lector, el de no dejarse dominar por los miedos?
Sería uno de los mensajes, sí. Siempre me ha importado mucho más el proceso de enfrentarse a esos miedos que el hecho de que se puedan vencer o no. Creo que esa lucha es la que nos hace sentirnos realmente vivos. Imagine que todos diéramos media vuelta cada vez que sintiéramos miedo, el mundo no habría avanzado un ápice si no hubiéramos sido capaces de pelear contra esos temores.
¿Es posible vencer al destino?
El destino suele comportarse de manera parecida a la muerte, a veces creemos que podremos con ella pero luego siempre termina ganando la partida. Al destino no se le vence, si acaso se le convence para que nos dé una tregua. Pero le digo lo mismo que con los miedos, lo que me interesa de los personajes es que luchen contra ese destino, eso es lo interesante, el proceso durante el cual esos personajes se rebelan, que luego ganen o no es secundario, lo interesante es el camino que recorren.
¿Que tiene la novela negra que tanto le atrae?
Yo creo que lo que atrae a todo aficionado al género, el descubrimiento y el juego de la investigación. Como lectores queremos descifrar un misterio, un enigma, y como creadores multiplicamos la diversión al crear las reglas de ese misterio para que otro lector las comparta. Luego hay un componente psicológico importante, que nos permite adentrarnos en el lado oscuro de la vida, en el envés de la realidad que nunca pisaríamos, y como somos curiosos por naturaleza, satisfacemos esas pretensiones con este tipo de novelas, porque lo prohibido siempre nos resulta mucho más atractivo. Súmese el cariz sociológico del género y tenemos servido el menú imprescindible de toda novela negra.
Tras la buena acogida de La mano de Midas, ¿tendremos pronto nuevas aventuras de Sergio Gomes?
Sergio Gomes se ha convertido ya en un compañero inseparable, de esos que uno siempre tiene al lado aunque pase algún tiempo sin verlos. Así que seguiremos caminando juntos, y claro que volverá a protagonizar nuevos casos. De hecho ya está gestando el próximo, aunque ahora le tengo un poco abandonado porque en estos momentos andamos metidos en historias diferentes.
http://www.laopiniondemurcia.es/cultura-sociedad/2017/03/27/antonio-parra-interesa-proceso-enfrentarse/816924.html
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