MARSELLA
Dominique Manotti maneja
a la perfección la ambientación de los convulsos años 70, tanto en Marsella
como en un mundo que iba descubriendo poco a poco el valor de petróleo.
Viajar en el
tiempo es lo que primero que nos sugiere esta novela de la francesa Dominique
Manotti, porque con ella volvemos hasta los confusos años setenta en el sur de
Francia, cuando en la capital marsellesa convivían antiguas rencillas mafiosas,
soterradas corruptelas policiales y el nacimiento de nuevas formas de hacer
negocios, tan atentas al progreso como densas cual barril petrolífero. Eso es
lo que nos ofrece una mujer que sabe bien de qué habla y que practica una prosa
muy de la época, rauda y testimonial, a ratos incluso certera como un telegrama
o la cascada de un teletipo, como si estuviéramos ante una exhaustiva
investigación periodística.
La huella de
los diamantes y otras piedras preciosas, así como su predominio en el mundo
occidental no parecen suficientes para un gran tiburón norteamericano que ha
visto las delicias del nuevo oro, el oro negro que terminaría por mover al
mundo en el último cuarto del siglo pasado. En ese mundo lleno de saurios de la
economía y el poder había que ser muy rápido y visionario, y si eso implica
quitar de en medio a algún socio o adversario, poniéndole delante a la propia
esposa como distracción, no hay más remedio que hacerlo, máxime si todo se
puede luego camuflar como un ajuste de cuentas o como un episodio más de las
tradicionales guerras entre bandas marsellesas, aquellas donde lo
verdaderamente importante era el número de balas alojadas en la víctima de
turno.
En medio de
esa atmósfera está también muy presente lo social, y la forma en la que un
comisario parisino, algo diletante y proveniente de Líbano, debe aprender a
moverse entre las neblinas y los diferentes códigos de los ambientes
marselleses y nizardos. El joven Daquin sabe perfectamente lo que hace, y trata
de mantener un peculiar ritmo de vida mientras dura su proceso de adaptación a
las costumbres del sur. Las reticencias de los rancios policías locales se irán
venciendo poco a poco, y el equipo formado por el comisario capitalino y sus
dos colaboradores irá desvelando esa tupida red de movimientos financieros,
blanqueos monetarios, conspiraciones de poder, amenazas y hasta posibles
herencias de los clanes descabezados.
El lector
nostágico se dará un baño de aquellos turbios años setenta, cuando hasta Nixon
aparecía involucrado en el tráfico de heroína que su gran nación achacaba al
mercado francés, mientras desde Colombia surgía una nueva droga con mucho más
futuro. Asoman también los servicios secretos norteamericanos e israelíes, el
poder del Sha iraní, todo ello intentando encajar en unas tradiciones mafiosas
que parecen necesitar nuevos aires, y para cuyo fin se eligen los métodos más
drásticos posibles. Una lectura que nos evoca cierto aire al cine de aquella
década, con French Connection a la cabeza, y que nos arrastrará gracias a su
más que frenético ritmo.
‘ORO
NEGRO’ Dominique Manotti.
Off Versátil. Barcelona 2020. 360 págs. 21’90 euros.
(LA VERDAD, "ABABOL", 22/02/2020)
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