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miércoles, 3 de abril de 2019

CARVALHO, PROBLEMAS DE IDENTIDAD - CARLOS ZANÓN

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Reseña: “CARVALHO – Problemas de identidad” de Carlos Zanón por Antonio Parra

Título
Carvalho. Problemas de identidad.
 Datos publicación
Editorial Planeta. Barcelona 2019. 350 págs.

  Datos del autor
Carlos Zanón (Barcelona, 1966) es autor de los libros de poemas El sabor de tu boca borrachaIlusiones y sueños de 10.000 maletas, En el parque de los ososAlgunas maneras de olvidar a Gengis Khan, la antología Yo vivía aquí (1989-2012) y Banco de sangre. En el ámbito narrativo es autor de las novelas Nadie ama a un hombre bueno, Tarde, mal y nunca, No llames a casa, Yo fui Johnny ThundersTaxi, y del libro de relatos Marley estaba muerto.
Su narrativa ha sido traducida y publicada en Estados Unidos, Alemania, Francia, Holanda e Italia. Colabora como articulista, crítico musical o literario con periódicos, revistas y suplementos culturales.
  
Sinopsis de la obra
            Sin saber bien cómo ni por qué, Carvalho anda desgarrado entre Barcelona y Madrid. En Barcelona le quedan los restos de su tribu y el despacho en el que sigue trabajando. En Madrid anda perdido en el laberinto de una mujer casada con un prohombre de la política nacional, y que le ha desestabilizado más de lo que consiguió nadie antes. Quizá se está haciendo viejo o le asaltan —como al propio país— problemas de identidad a todos los niveles: ¿quién eres, Carvalho?, ¿qué quieres?, ¿qué buscas? Estamos en 2017 y las placas tectónicas de la sociedad parecen moverse de un modo inédito. Los problemas de siempre, la desaparición de una prostituta o una vieja amiga que acude en busca de ayuda por un sangriento crimen familiar. En lo personal, la complicidad con Biscúter pasa por horas bajas, y su salud no es la mejor noticia del momento. Y sigue odiando la música moderna y quemando libros.

Reseña
Homenaje
            Largo era el empeño que le cayó en suerte, o que aceptó Carlos Zanón, de esos que dan puro vértigo por la enjundia del personaje, y desde que se anunció, la expectación ha ido creciendo entre los fieles al género. Al fin se desveló el misterio y hay que ser justos con el resultado, porque Zanón no ha “resucitado” a Carvalho, sino que ha elegido el camino de ponernos delante a un detective nuevo, a un hombre no tan nuevo, más bien un tanto viejo y cansado, que de vez en cuando habla del otro, e incluso de El Escritor, como un reconocimiento hacia un Vázquez Montalbán al que conoció y que le tomó a él como modelo para crear a su personaje.
            Un salto hacia adelante y sin red, pero con redaños narrativos, que le ha salido bien a Zanón, porque este Carvalho es mucho de Zanón, aunque sobrevivan en el sustrato también muchos de los guiños del que conocimos, algunas recetas, Biscúter y un par o tres de personajes más, cuatro si incluimos a Charo, solo nombrada aquí como si de una particular Dulcinea de chabola se tratase. Eso sí, la trama ha cuajado, porque a los amores de este crepuscular Carvalho por la pareja de un asesor político de ringorrango de Madrid hay que sumarle también la muerte de una anciana y su nieta, y la desaparición de algunas prostitutas en las colinas de Montjuich, allí donde la vida vale menos a medida que ahora se escalan las faldas de la montaña.
            Pasa el tiempo, eso sí, Carvalho se debilita, tiene ayudantes, errores tecnológicos, zarandeos entre Madrid y Barcelona, falsas promesas, la fugaz aparición de Juliette Binoche, Biscúter en MasterChef, libros quemados, sexo pero menos, crítica social pero menos, nihilismo pero más, mucho más, y una ciudad que Zanón conoce muy bien y en la que sabido moverse con soltura, ayudado por Pepe pero también por otra media docena de homenajes literarios. El reto ahora está en saber si volverá y cómo lo hará.

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