Pretende
cruzar José Daniel Espejo el desierto en el que a veces se convierte la vida, y
lo hace con el calzado de los versos, pero también con el equipaje de la
mirada, de los ojos atentos a todo cuanto nos rodea, llámese alegría, lectura o
quimioterapia. Se puede desnudar el corazón, se puede desnudar el alma, y
hacerlo con una poesía contundente, firme incluso en el dolor, en esos momentos
en los que hasta parecería un sacrilegio refugiarse en un verso, pero en los
que no queda más remedio que apelar a su recuerdo.
Mal. José Daniel Espejo.
Balduque. Cartagena 2014.
56 págs. 10 euros.
(LA VERDAD, "ABABOL", 2/5/2015)
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