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viernes, 28 de agosto de 2020

METRÓPOLIS- EMPEÑARSE EN VIVIR

 EMPEÑARSE EN VIVIR

     Aquellas palabras siguen retumbando en su cabeza desde que salió, y acuden solas a su boca cada vez que un claxon o una voz le sobresaltan. No es fácil estar ahí, Brooks lo sabía y lo dejó escrito en aquel cuchitril, pero él no está dispuesto a seguir sus pasos.

     Por mucho que fuera la elección más sencilla, terminar de golpe colgando de una soga no justificaría tantos años y tantos sueños alimentados y cumplidos entre aquellas otras paredes. Descorcha la botella que ha distraído esa tarde del supermercado y le da un par de tragos sin dejar de leer el mensaje escrito en aquella viga, sobre su cabeza.

     No se trata de haber estado en un lugar, estar es una cosa y dejar huella otra muy diferente, él lo sabe porque lo ha visto durante tres cuartos de su vida. Se hartó de ver llegar a muchos y esfumarse a las pocas semanas, aunque siguieran allí, porque se iban borrando entre el polvo gris del patio, entre los interminables recuentos y el agotamiento de las voluntades.

  No, a él no le ocurrirá, ni aunque ya se hubiera institucionalizado. Lo que ha visto ahora no lo conocía pero no se va a rendir, nunca se rindió y controlar el mercado allí dentro fue su salvavidas, como otros tenían los suyos, como Andy tenía su ajedrez.

     Ha visto el revólver en el mismo lugar del escaparate, cada tarde durante semanas, al volver del insulso trabajo en el supermercado. Y como cada tarde se ha parado a contemplarlo, porque el paso siguiente sería muy fácil, pero ahí está lo que su amigo siempre decía, la diferencia entre empeñarse en vivir o empeñarse en morir.

     Hoy al fin ha reunido el valor y ha entrado. Apenas habló con el empleado y se lo señaló con la mano. Con el paquete en el bolsillo se sintió de nuevo poderoso, fugitivo y poderoso, y así ha llegado hasta su cuarto, clandestino a pesar de la decisión tomada.

     Coloca la silla sobre la mesa y se sube a ella, se ha vestido para la ocasión. Saca su navaja y marca su nombre junto al de Brooks. Él no acabará aquí, y se tiende vestido en la cama, toqueteando la brújula que al día siguiente le llevará a iniciar el viaje de su vida.


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