INTERSECCIONES
Presente y pasado, realidad y ficción, locura y cordura, vida y muerte, justicia e injusticia, culpabilidad o inocencia, entre esas intersecciones se mueve Mónica Rouanet en una novela muy especial en la que la autora ha echado una gran parte de sí misma, reflejando al mismo tiempo algunos acontecimientos extraños que ella vivió personalmente, y que le causaron un impacto tan considerable como la curiosidad que le llevó a saber algo más de los mismos. Una serie de cruces que alimentan la existencia de unos peculiares personajes a los que ella ha dado voz manteniéndose al margen como narradora, dejándoles todo el protagonismo que merecen para que le cuenten al lector directamente su historia.
Unos
personajes jóvenes que han sido ya, a pesar de su edad, muy baqueteados por la
vida, y a los que nos encontramos ingresados en una clínica psiquiátrica,
intentando recuperarse, tratando de recomponer más de una rotura mental, como
la de la propia Alma, la chica que se erige en narradora de una tremenda
historia y que descubre, al ingresar en la clínica, que tiene unas capacidades
muy especiales, justo las que nos llevarán a conocer otro plano muy diferente
de la realidad. Esa clínica, en tiempos no muy lejanos, fue un colegio para
niños sordos, en una época en la que dichos niños eran arrinconados por la
sociedad, eran olvidados por la gente supuestamente normal, porque su
existencia era algo incómodo, cuando no una lacra de cara a la imagen social
que ciertas familias se empeñaban en mantener a toda costa.
A partir de
ahí, Mónica Rouanet va jugando con el lector, con los planos temporales (y no
sólo con los planos reales), mostrando hechos de manera muy bien dosificada al
mismo tiempo que da buena cuenta de cómo transcurre la vida en un centro de
este tipo. Lo sobrenatural se mezcla con la realidad más cruda gracias a un
magnífico uso de las voces narrativas, especialmente de una segunda voz que no
es nada fácil de practicar.
Con cada
capítulo, breve y medido, se va desenredando la madeja que el tiempo, el
destino y la muerte fueron tejiendo hasta cubrir aquel antiguo colegio, o sus
dos plantas superiores. Con cada situación, Mónica Rouanet intenta también
educar nuestros oídos y nuestras conciencias, para que nunca más vayan a existir
niños olvidados, y para que sus voces no se pierdan en la nada ni en la tibieza
de la ignorancia social.
‘NO OIGO A LOS NIÑOS JUGAR’. Mónica Rouanet.
Roca. Barcelona 2021. 320 págs. 18 euros.
(LA VERDAD, "ABABOL", 12/06/2021)
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