PURO
DESTELLO
Para Charo Guarino y Charo González
Dennie baja del coche y no puede refrenar un
estremecimiento al ver aquella cabaña, como sujeta a la tierra con alfileres, y
ya incluso le asalta un pequeño temblor cuando de ella, tras apoyarse un
segundo en el quicio de la puerta, sale Bud, enfundado en un peto granjero
medio raído.
Ya no le queda mucho brillo en aquella mirada, quizá sí
mantiene la apostura que tanto la desveló en su momento. Todo ha ido demasiado
deprisa para ambos, él en Yale, la clínica que la acogió a ella, el derrumbe de
la bolsa; ahora no hay nada que deslumbre, más bien es una pátina que el tiempo
ha echado sobre ellos como si fuera un cruel hechicero.
Entra a la cabaña tras él y conoce a su mujer, de mirada
tímida, como amedrentada ante aquel sombrero y esas perlas que ahora hubiera querido
dejar en el coche. Pero no le da mucho tiempo a lamentarlo, porque en el suelo
gatea un pequeño que pelea con unos mocos rebeldes, incipientes.
Dennie se agacha mientras se hace un silencio aún más
espeso, y coge al bebé, lo levanta buscando en su rostro el alma del padre, la
misma de la que ella nunca podrá disfrutar. La sonrisa amarga es percibida por
el matrimonio cuando ella vuelve a dejar al niño en el suelo, le da la mano a
la mujer y sale de nuevo a pisar aquella tierra ingrata, seguida por un Bud que
mete sus manos en los bolsillos del peto y la acompaña hasta el coche,
enunciando vaguedades, tópicos y formulismos.
Nada ha sido como se prometieron, nada cumplió lo soñado,
el tiempo los ha llevado por caminos paralelos que nunca imaginaron menos
convergentes. Él le dice que nunca olvidará aquellos momentos, ella sigue
sonriendo con un rictus de dolor. El sol cae como el más inclemente de los
jueces, a lo lejos se oye borbotear a un viejo tractor.
Cada vez falta menos para llegar al coche, se dan la mano
con una formalidad exagerada, auspiciados por la curiosa mirada de la esposa
legal. Dennie sube al coche sabiendo que ya no hay destellos que la deslumbren,
y que la gloria de las flores y la belleza ya sólo podrá permanecer en el
recuerdo.
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