PINCELADAS
Hay muchas maneras de narrar, entre la omnisciencia exhaustiva y el trazo mínimo y sugerente se esconden muchos recursos y técnicas que en unas ocasiones responden a la voluntad del autor y en otras a lo que el lector desea encontrar en las páginas que decide abrir.
Ildefonso Vilches ha elegido, en esta ocasión, un camino que se acerca más a la pincelada breve que al sesudo reflejo de la digresión narrativa. Es decir, que para meternos en la vida y la historia de este protagonista el autor se vuelve casi azoriniano, utilizando unas postales breves a modo de capítulos en las que se nos van desgranando algunos acontecimientos vitales de una familia radicada en el entorno rural del primer tercio del pasado siglo.
Una familia rígida, sacudida por diferentes tragedias, un paisaje agreste a ratos, que modifica y condiciona la vida, y el alma, del protagonista, guerras como la de Marruecos o la Civil, y la dureza de una vida oscura, como era la del campo español de entonces, le sirven al autor para ir reflejando un fresco social en el que hallar la supervivencia.
Novela para sentarse a paladear con calma, porque en cada secuencia hay algo que guardar, un gesto, un atardecer, un dolor, alguna sonrisa efímera, pero siempre un golpe de pincel, un trazo prosístico que nos haga reflexionar o mirar a este puñado de personajes con otros ojos.
‘1927. Caído de este lado’.
Ildefonso Vilches
Ed. Adarve. 2024.
198 páginas.