Ahora, claro, llegan los lamentos, el artista (joder, si esa cara es arte yo me declaro iconoclasta pero ya mismo) alega que ella veía de vez en cuando su obra en el espejo, y que sólo reclamó cuando el padre y el novio vieron la jeta estrellada; la víctima exige una indemnización de 13.000 dólares por el destrozo vital, aunque yo creo que ya iba destrozada mentalmente desde casa. Hasta han surgido ya psicólogos, ¡cómo no!, alegando que Kimberley es ahora un monstruo circense, como el artista, vamos, para que luego digan que los circos no asustan.
ANTONIO PARRA SANZ (Madrid 1965), profesor de Lengua y Literatura, de Escritura Creativa y crítico literario. Novelas: Ojos de fuego, La mano de Midas (Premio Libro Murciano 2015), Los muertos de las guerras tienen los pies descalzos; Acabo de matar a mi editor, Dos cuarenta y nueve y Entre amigos (Serie Sonia Ruiz 6). Relatos: Desencuentros, El sueño de Tántalo, Polos opuestos, Cuentos suspensivos, Malas artes. Artículos: La linterna mágica, Butaca de patio. Ensayo: Tres heridas.
Vistas de página en total
miércoles, 17 de junio de 2009
LA LINTERNA MÁGICA - EL CABO DEL MIEDO
EL CABO DEL MIEDO
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
Que horror... el muchacho de arriba parece una serpiente.
A la chica de abajo se le puede decir que se ha "estrellado" y nunca mejor dicho jeje.
Esta gente de hoy en día...:)
Puestos a elegir me quedo con la chica. No obstante, el tipo tiene su lado cinéfilo-gore. ¿Vive en Cartagena?
Sois muy exagerados y muy alarmistas. Yo me tatué, siendo joven, la constelación de Andrómeda en la plazoleta del capullo. Y cabió entera.
O sea, que a tranquilizarnos...
Lo que más me gusta es el ascenso social del "tatuaje" y si no a ver. Desde los submundos de la delincuencia, los rudos marinos, los legionarios y el cuple de Sara Montiel hasta lo más "cool" de los jovenes de hoy dia.
Casi estoy pensando hacerme uno. Ya sabeis, al estilo del "Amor de madre" de los "legías". Pero lo que no se me ocurriria ni majara o bebido, o ambas cosas, sería ponerme en manos del tatuador de la foto. O lo mismo lo dejo y conservo mi ajada piel tal y como esta. Lo mismo es mejor.
Pues, sinceramente, me gusta cómo le quedó a la chica. El problema, radica en que no era la persona adecuada para ese tatuaje -algo que lamentará cada vez que se mire al espejo-. Hay que tener una serie de conceptos muy claros antes de dar el paso de tatuarse el cuerpo. Y es recomendable no hacerse el primero en una zona demasiado expuesta, por aquello del cansancio visual.
Para mi primer tatuaje, tardé años en decidirme por la zona del cuerpo y el diseño adecuado; casi 15 años después sigo encantado de llevarlo, a pesar de las modas estúpidas al respecto.
Saludos
Nelo
Publicar un comentario