COLOFÓN
A las cinco de la tarde, como si el espíritu lorquiano hubiera decidido acompañar a este I Encuentro Literario de Autores de Cartagena, se inició la última de las mesas redondas, coordinada por Antonio Parra, y que acogió a un buen ramillete de nombres de la narrativa cartagenera, además de contar con la visita del autor murciano Pedro Pujante, quien desde que comenzaran los preparativos del encuentro se mostró muy interesado en participar en el mismo.
Desde el inicio ya se demostró la variedad de tendencias que se respira entre los novelistas de la ciudad, mientras que Ignacio Borgoñós, Ana Ballabriga, David Zaplana o Carlos Lluch referían las obras en las que habían elegido Cartagena como escenario, Miguel Ángel Casaú o Manuel Francisco Mota se habían alejado un tanto de nuestra geografía, aunque sin dejar de incorporar pequeños detalles de la misma. Aunque todos estuvieron de acuerdo con Ana Ballabriga, cuando señaló que Cartagena es una ciudad tremendamente rica, por sus características, como escenario novelesco.
Pedro Pujante, Ignacio Borgoñós y Carlos J. Lluch |
Manuel Fco. Mota, Miguel Ángel Casaú, David Zaplana y Ana Ballabriga |
Ana Ballabriga, Antonio Parra y Pedro Pujante |
Y luego ya fue el público quien se adueñó de la tarde, porque ésta fue la mesa redonda que contó con mayor número de intervenciones desde el patio de butacas, con cuestiones tales como la forma de gestionar el final de una novela, qué siente el autor cuando tiene que eliminar alguna escena, cómo se escribe a cuatro manos (curiosidad para Ana Ballabriga y David Zaplana), si hay vacío tras terminar una novela, si en ella mandan los personajes o el narrador, o incluso cuáles son las manías más notorias que tienen los autores a la hora de escribir.
Pero la tarde no podía finalizar sin que se clausurase de forma brillante esta primera edición de ELACT, y así se produjo a la lectura del fallo del I Concurso de Microrrelatos, galardón que recayó en el autor catalán Héctor Daniel Olivera, quien envió un vídeo agradeciendo el premio y deseando mucha suerte a este encuentro. Igualmente, se entregaron también dos menciones: Beatriz Plaza fue distinguida como participante fiel, por su asistencia a todas las mesas redondas, y Manuel Acosta recibió el homenaje de toda la sala, señalado entrañablemente como Patrón del I ELACT, por su inestimable, desinteresada e incansable colaboración.
Francisco Marín, impulsor y alma de este encuentro, cerró el acto emplazando a todo el público para que asista al II ELACT, y al mismo tiempo citándolos a todos para participar en la mesa redonda en la que se analizará esta primera edición, que se celebrará el próximo 7 de mayo con el fin de corregir errores y mejorar el próximo año. Posteriormente, y como hermanamiento con el grupo de escritores y amigos que acudieron desde Molina de Segura, Paco López Mengual, Julia Robles, Juande Saéz o Pedro Brotini entre otros, tuvo lugar la cena de despedida del encuentro, celebrada en la Vieja Taberna, casa del también novelista Obdulio López.
Beatriz Plaza y Francisco Marín |
Antonio Parra, Manuel Acosta y Francisco Marín |
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